Un sue?o modernista con m¨¢rmol rosa
Hubo una vez una burgues¨ªa aut¨®ctona, surgida en esta tierra meridional, que quiso mostrar a todos su car¨¢cter cosmopolita. Era una burgues¨ªa orgullosa, ajena al caciquismo provinciano, que se relacionaba con pol¨ªticos y gentes de la m¨¢s alta alcurnia y que era capaz de manifestar, por ejemplo, su sensibilidad ante las ¨²ltimas tendencias de Par¨ªs, tras la Exposici¨®n Universal de 1900, ante el Art Nouveau, el eclecticismo de las formas y los nuevos materiales en l¨ªnea libre que, bajo la etiqueta de Modernismo, estallaba en Europa y que en Espa?a tuvo su epicentro en Catalu?a.
Hubo una vez... Bueno, en estas latitudes s¨®lo se conoce un caso con semejante pretensi¨®n; una huella plasmada en una casa se?orial palaciega, situada en el n¨²mero 27 del c¨¦ntrico Carrer Major, de Novelda, en una comarca de vi?as en bolsa y marmolistas tit¨¢nicos. "Esta construcci¨®n -escribe Irene Garc¨ªa Ant¨®n-, desde siempre, acapar¨® la atenci¨®n y despert¨® la codicia por la ostensible funci¨®n simb¨®lica de poder que manifiesta". Es la actual Casa-Museo Modernista, una edificaci¨®n alejada de la zona de influencia de este estilo art¨ªstico, que merece ser visitada y que nos invita a la reflexi¨®n.
La casa que levant¨® Antonia Navarro es una caso aislado, surgido a contramano
En la primavera de 1905, la casa fue inaugurada por su propietaria, Antonia Navarro, que la abri¨® para celebrar la boda de su hija. Viuda joven y ¨²nica descendiente de un agricultor enriquecido por las finanzas, esta mujer aguerrida se hizo construir una morada aristocr¨¢tica con la que mostrar¨ªa su gran riqueza y su influencia en medios pol¨ªticos, su brillantez social al m¨¢s alto nivel y sus ilusiones de alta burgues¨ªa. Esa energ¨ªa de los valores burgueses qued¨® reafirmada con piedra caliza blanca de Bateig, m¨¢rmol rosa, hierro forjado y ladrillo rojo.
Antonia Navarro, latifundista del marquesado de La Romana, encarg¨® al arquitecto Pedro Cerd¨¢n el dise?o y construcci¨®n de una vivienda familiar mostrada hoy como una divisa sorprendente. Gran amigo de la familia, Cerd¨¢n seleccion¨® a los mejores operarios, pintores, ebanistas, decoradores...; realiz¨® una esmerada selecci¨®n de materiales y lo dispuso todo en funci¨®n de la arquitectura: desde la iluminaci¨®n hasta el lenguaje ornamental que hac¨ªa furor en Barcelona.
El sue?o de la burgues¨ªa, por esta vez, ha producido arte. Los monstruos los puso el siglo XX. La Guerra Civil convirti¨® el palacete en el cuartel general del ej¨¦rcito italiano. As¨ª comenz¨® su deterioro, el saqueo de los vencedores y el vandalismo de la posguerra. Durante el franquismo, y hasta los a?os setenta, el palacete fue cedido a un colegio religioso. Nada sobrevivi¨®. El gran sal¨®n de baile fue transformado en capilla, el patio porticado en lugar para el recreo, las habitaciones en aulas y el comedor fue amueblado con peque?as mesas para los escolares. En julio de 1975, la Caja de Ahorros de Novelda adquiri¨® el inmueble, que ha sido restaurado con delicadeza.
La casa que levant¨® Antonia Navarro es un caso aislado, surgido a contramano en un lugar ins¨®lito. Irrepetible. Los burgueses alicantinos no se han prodigado precisamente por su amor a la arquitectura. Ahora s¨®lo les interesa el urbanismo adosado y los campos de golf. R¨¢pido. Toma el dinero y corre.
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