Espa?a funde a Nowitzki

Ante un rival por fin competitivo, Espa?a sac¨® a¨²n m¨¢s brillo y enjundia al magn¨ªfico juego que viene desplegando. Nowitzki ha situado a Alemania entre las mejores selecciones. Logr¨® la medalla de plata en el ¨²ltimo Campeonato de Europa y fue cuarta en la anterior Copa del Mundo. En ambas ocasiones dej¨® en la estacada a Espa?a. Esta vez, un s¨ªntoma m¨¢s de la mejor¨ªa experimentada, el cuadro espa?ol se quit¨® de en medio al germano de forma contundente, super¨¢ndole en todas las facetas. Nowitzki, la figura de la NBA, acab¨® desquiciado de tan pocos balones como le permiti¨® tocar la sensacional defensa que dispuso Pepu Hern¨¢ndez. Espa?a mantuvo la delantera durante todo el encuentro, resolvi¨® en un abrir y cerrar de ojos el ¨²nico momento dif¨ªcil (50-51), lleg¨® a disponer de 23 puntos de ventaja (67-90) y se permiti¨® jugar dosific¨¢ndose, sin bajar la intensidad pero sin apuro alguno, desde varios minutos antes de que se llegara al ¨²ltimo cuarto para firmar un marcador elocuente: 71-92.

Pocos conjuntos disponen de tantos recursos y jugadores para tirar del carro

Cada d¨ªa se consolida la impresi¨®n de que pocos equipos pueden estar a la altura del juego de Espa?a. Tambi¨¦n, la variedad de recursos que es capaz de poner en pr¨¢ctica y la cantidad de jugadores que pueden tirar del carro. Es justamente lo contrario de lo que le sucede a Alemania, que ha basado sus ¨¦xitos en el acertado dispositivo montado en torno a Nowitzki, del que depende por completo.

El surtido de facetas de Espa?a hace dif¨ªcil establecer una jerarqu¨ªa: la capacidad resolutiva de Navarro, que se mostr¨® tan r¨¢pido, listo y certero como es habitual a pesar de que fue dudoso hasta el ¨²ltimo momento por una lesi¨®n en un pie; la acertad¨ªsima defensa, con constantes cambios de individual a zonas de varios tipos, incluida una presi¨®n en toda la pista, y el marcaje de Garbajosa a Nowitzki, las providenciales intervenciones de Pau Gasol, la superioridad en los rebotes (26 a 22), los robos de bal¨®n (10 a 6) y las p¨¦rdidas de posesi¨®n (13 a 18), en el tiro (61% a 34% en triples) y en las faltas forzadas (34 tiros libres por 19).

Pero si a alguien perteneci¨® el partido fue a Calder¨®n. El base de los Raptors de Toronto lo manej¨® a su antojo. De entrada, desmoraliz¨® a Hamann con un festival de entradas a canasta. Puso en evidencia la primera v¨ªa de agua de la defensa alemana. Cuando trataron de negarle el tiro, se dedic¨® a abrir el bal¨®n de dentro a fuera y a repartir hasta seis asistencias. El manejo de Calderon y la velocidad de sus compa?eros permitieron a Espa?a explotar a fondo la posibilidad de cabalgar a base de triples. Los culebreos y los uno contra dos y hasta tres de Navarro tambi¨¦n causaron estragos.

En el otro lado de la cancha sucedi¨® lo contrario. La din¨¢mica y cambiante defensa espa?ola provoc¨® que los alemanes asumieran como un v¨ªa crucis muchas de sus posesiones. Les cost¨® hacer circular la bola desde el arranque de cada jugada. Nowitzki qued¨® atrapado en una tela de ara?a por la defensa de ayudas que practic¨® el cuadro espa?ol. Y result¨® definitivo que s¨®lo pudiera lanzar nueve veces, lo que, junto a tres tiros libres, le dej¨® en 14 puntos, una cifra paup¨¦rrima e insuficiente si Alemania quer¨ªa tener alguna posibilidad de ganar.

Uno de los pocos contratiempos con los que se encontr¨® Espa?a fue la mochila que supusieron las dos faltas consecutivas se?aladas a Pau y que obligaron a Pepu a preservarlo en bastantes fases y a limitar su participaci¨®n a poco m¨¢s de 20 minutos. El t¨¦cnico utiliz¨® de nuevo a Mumbr¨² y Jim¨¦nez en la posici¨®n de cuatro, en la que Espa?a anda algo coja debido a la baja de Felipe Reyes y pese a la buena aportaci¨®n de Marc Gasol. Otro momento dif¨ªcil fue el inicio del tercer cuarto, cuando Hamann, Green y Okulaja enlazaron tres triples que situaron a su equipo a un punto. Pero no cundieron los nervios en el espa?ol.

Los alemanes tambi¨¦n sufrieron problemas de faltas. Green, uno de los pocos efectivos en el tiro, perdi¨® fuelle en la segunda parte y Nowitzki termin¨® tan desesperado que reparti¨® alg¨²n palo m¨¢s de la cuenta, tuvo un pique con Mumbr¨² y se fue al banquillo tres minutos antes del final en una declaraci¨®n de rendici¨®n de su equipo, que decidi¨® preservar a su estrella. No fue su d¨ªa. Lo impidi¨® una Espa?a que consigui¨® dar brillo a m¨¢s de una estrella. Eso s¨ª, empezando por Calder¨®n.