El sudor

En Sayonara, baby (La Sexta) entrevistan a Pau Gasol, el espa?ol que m¨¢s gan¨® el a?o pasado (casi 13 millones de euros), seg¨²n publica esta semana la revista Tiempo. El entrevistador, Andr¨¦s Montes, no le habla de dinero, faltar¨ªa m¨¢s, pero tampoco se limitan a comentar los resultados del Mundial de baloncesto; Gasol explica un nuevo juego de cartas que se est¨¢ poniendo de moda pese a su nombre, la pocha. A Gasol le paga tanto la NBA por encestar, aunque una parte sustancial de los ingresos se los proporciona Nike por lucir su marca en las zapas. Como sigo muy de lejos el baloncesto, yo en realidad conoc¨ªa m¨¢s al jugador como publicitario en la tele, donde ocupa un sitio estelar junto a Ronaldinho, que un d¨ªa promociona coches y otro desodorantes, y mi admirado Rafa Nadal, que como tiene un b¨ªceps que se lo pisa anuncia un navegador automovil¨ªstico y se permite ol¨ªmpicamente una est¨¦tica de pandillero del Bronx. En la frase "sudar la camiseta" est¨¢ el quid del anuncio de desodorante del gran futbolista brasile?o, que acaba el spot chorreando, y al joven tenista de Manacor llevamos m¨¢s de un a?o sigui¨¦ndole con fervor en sus sudores y en esas voces de auto-jaleo tan enternecedoras. Lo que me llam¨® la atenci¨®n fue que Gasol, que no ven¨ªa de la cancha, compareciera en la entrevista tambi¨¦n con el pelo h¨²medo. Las millonadas, para no despertar envidia, hay que sudarlas.

El mejor sudor de la noche del mi¨¦rcoles fue el de las sienes de Paul Newman en Cortina rasgada (Digital+). Estrenada en pleno furor antiamericano (por la guerra de Vietnam) y en una atm¨®sfera ya presesentayochista, la pel¨ªcula fue mal recibida, incluso por los m¨¢s fieles hitchcockianos, entre los que me cuento con orgullo. Ha sido siempre una obra maestra algo exagerada de trazo, y tiene algunas de las escenas m¨¢s memorables del director: el di¨¢logo de la pareja en el mont¨ªculo, el viaje en el falso autob¨²s de l¨ªnea. Y, por supuesto, la m¨¢s famosa de todas: la muerte del agente de la Stasi en la cocina campestre, lecci¨®n de cine y ejemplo actoral de una frente sudada por el remordimiento.