El Sevilla revienta al Bar?a
El cuadro andaluz, que estuvo colosal, se regala una fiesta en Montecarlo a costa de un rival irreconocible
Baila, canta y toca las palmas el Sevilla, dichoso porque es el campe¨®n de campeones, por m¨¢s que al Barcelona se le tenga por el mejor equipo del mundo. Lozano y vitalista, el equipo andaluz se regal¨® una fiesta extraordinaria en el futbol¨ªn de M¨®naco mientras los azulgrana continuaban en el F¨®rum Grimaldi. Empachado de trofeos individuales, el Bar?a revent¨® como colectivo cuando se disputaba la Supercopa. Adulado y ocioso, jug¨® como un pobre en el pa¨ªs de los ricos, estrangulado por la determinaci¨®n del Sevilla, un equipo que se afirm¨® tanto en su f¨²tbol vigoroso como supo negar la magia azulgrana.
Ning¨²n rival ha esterilizado mejor al Bar?a, que descont¨® la primera de las seis copas a las que aspiraba despu¨¦s de convenir que la felicidad en el Camp Nou era eterna y no pasajera. Y pocos equipos han sabido jugarle tan bien a los azulgrana como el de Juande Ramos. La goleada silenci¨® a la hinchaba barcelonista y aviv¨® a la sevillista, que se desahog¨® al grito de "?Bar?a, cabr¨®n, saluda al campe¨®n!". Actu¨® el Sevilla con la ilusi¨®n de un debutante frente a la opulencia del acaudalado que se le adivin¨® al Barcelona, siempre fuera de la final.
BARCELONA 0 - SEVILLA 3
Barcelona: V¨ªctor Vald¨¦s; Belletti, M¨¢rquez, Puyol, Sylvinho (Giuly, m. 72); Xavi (Iniesta, m. 56), Motta (Gudjohnsen, m.56), Deco; Messi, Ronaldinho y Eto'o.
Sevilla: Palop; Alves, Javi Navarro, Escud¨¦, David; Jes¨²s Navas (Maresca, m. 75), Poulsen, Renato, Adriano (Puerta, m. 79); Kanout¨¦ y Luis Fabiano (Mart¨ª, m. 46)
Goles: 0-1 M. 7. Renato combina con Luis Fabiano, que chuta y el brasile?o recoge el rechace de Vald¨¦s y marca.
0-2. M. 45. Vald¨¦s despeja un c¨®rner, Jes¨²s Navas cabecea desde la frontal y Kanout¨¦ peina a gol por encima del portero azulgrana.
0-3. M. 90. Maresca transforma un penalti cometido por Puyol sobre Puerta.
?rbitro: Stefano Farina (Italia). Amonest¨® a Sylvinho, Alves, Kanout¨¦, Javi Navarro, Palop, Escude y Maresca.
Lleno en el estadio Luis II de Montecarlo.
Al Bar?a le llev¨® demasiado tiempo llegar al estadio Louis II. A la hora del partido todav¨ªa permanec¨ªa entre la pasarela mar¨ªtima de Montecarlo y el casino, ajeno a las exigencias de un encuentro de f¨²tbol, muy distra¨ªdo, poco espabilado, irreconocible por m¨¢s que Rijkaard dispuso una alineaci¨®n cl¨¢sica, respetuosa con el significado del torneo y la jerarqu¨ªa del vestuario, sin hueco para los fichajes. Mal asunto cuando enfrente est¨¢ el Sevilla. El equipo de Juande se despleg¨® con seriedad, muy bien puesto en la cancha, especialmente fuerte en la presi¨®n defensiva, ¨¢gil en las transiciones y atento en las jugadas de estrategia.
No hab¨ªan pasado diez minutos y el Sevilla ya hab¨ªa contado tres remates estupendos y un gol en una jugada de Renato, protagonista del partido en sus inicios, muy vigilante en la marca a Xavi y siempre presto para tirar la contra. Igualmente diligente estaba Poulsen con Deco. Los sevillistas no le daban aire a los azulgrana. Apretaron muy bien en la divisoria y cortaron la l¨ªnea de pase de los volantes del Bar?a. No romp¨ªan los medios por el interior ni los extremos por las bandas. La falta de desborde de Messi y Ronaldinho impacient¨® tanto al equipo que a ambos no les qued¨® m¨¢s remedio que ejercer a menudo como trescuartistas.
No est¨¢ acostumbrado el Barcelona a que el marcador le lleve la contraria. Hasta el momento ganaba f¨¢cil. Anoche, sin embargo, se encontr¨® con un rival que dif¨ªcilmente pierde. A favor de corriente, los sevillistas no s¨®lo inutilizaron a los barcelonistas sino que antes de alcanzar el descanso doblaron su ventaja a la salida de un c¨®rner con un remate de Kanout¨¦ que retrat¨® de nuevo la falta de tensi¨®n defensiva del Bar?a, igualmente desconectado en ataque. Equipo de pierna fuerte, duro mentalmente y bien organizado, el Sevilla se cerr¨® tan bien que s¨®lo tom¨® un remate en una arrancada de Eto'o.
Faltos de velocidad y nervio, incapaces de abrir la cancha, los azulgrana se enredaron en el balc¨®n del ¨¢rea y no encontraron la manera de ganarse un solo disparo en condiciones en tres cuartos de hora. No sab¨ªan maniobrar en campo contrario por m¨¢s que Palop y los centrales se aflojaron en unos cuantos balones que cruz¨® Belletti, el ¨²nico que encontr¨® campo y espacio para dar fe de vida barcelonista. El equipo m¨¢s ofensivo del continente no sab¨ªa como atacar el Sevilla. El partido exig¨ªa la intervenci¨®n inmediata de Rijkaard y, sin embargo, fue Juande Ramos quien retir¨® antes a Luis Fabiano para meter a Mart¨ª y blindar el triunfo.
No le qued¨® m¨¢s remedio al Barcelona que mover el banquillo para animar al equipo. Rijkaard cambi¨® de conductor, y Xavi fue sustituido por Iniesta, mientras Gudjohnsen ocupaba la plaza de Motta. Redoblado el ataque a costa de la defensa, el Bar?a se fue a por el partido. La nueva propuesta del campe¨®n de la Champions abri¨® la contienda porque el titular de la Copa de UEFA acept¨® el intercambio de golpes. Los remates se alternaron en las dos porter¨ªas por dos veces hasta que la entrada de Giuly por Sylvinho acab¨® por desequilibrar al Barcelona y habilitar al Sevilla.
Desestructurados los barcelonistas y destemplado Ronaldinho, los sevillistas alcanzaron la goleada desde la racionalidad. Embobado como estaba el Bar?a, el Sevilla marc¨® en los momentos que demandaba el partido como s¨®lo hacen los equipos que juegan con grandeza. La gloria es para el mejor, y hoy el Sevilla es el campe¨®n de campeones.
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