Las "purificaciones" de la vieja mezquita
El poeta visionario William Blake escribi¨® que "la historia es un papel deleznable que se comen las ratas". Duras palabras en la aventura de imaginar un pasado lejano, de verlo sin disponer de ese fr¨¢gil papel del documental. Interpretar Alicante siempre ha sido complicado. Archivos destruidos por el descuido, las guerras o el abandono... Todo tipo de ratas. Y as¨ª, el paisaje de nuestra memoria se convierte en un tablero de probabilidades e indicios, una sensaci¨®n titubeante cuando entramos en un recinto como la iglesia de Santa Mar¨ªa.
En el siglo XII, seg¨²n Al-Idrisi, la ciudad almohade de Laqant era poco importante. "Hay en ella un mercado, una mezquita mayor y otra menor", escribi¨®. En 1246, Alicante fue tomada por Fernando III de Castilla; sus moradores capitularon y siguieron habitando la Vila Vella, donde estaba situada la mezquita mayor, que no tard¨® en ser "purificada". Qu¨¦ gran palabra la "purificaci¨®n". Las dos mezquitas de la villa fueron convertidas al culto cristiano, antes de ser derruidas y alzar sobre sus cimientos dos iglesias: Santa Mar¨ªa, en la mezquita mayor, y San Nicol¨¢s en la menor. Seg¨²n el cronista decimon¨®nico Rafael Viravens, el 2 de febrero de 1265, Jaume I "mand¨® purificar y bendecir la mezquita que los ¨¢rabes ten¨ªan en la Vila Vella, dedic¨¢ndola a Santa Mar¨ªa". La nueva iglesia de Santa Mar¨ªa fue terminada probablemente a principios del XV, siguiendo los modelos g¨®ticos de la ¨¦poca. De la mezquita s¨®lo permaneci¨® una puerta hasta el XVI y las pilas de las abluciones.
Todos los conflictos que han sacudido Alicante tienen alg¨²n episodio en esta iglesia
La calma nunca ha durado mucho en Alicante. Durante la madrugada del 31 de agosto de 1484, un descuido del sacrist¨¢n, que dej¨® una antorcha mal apagada, provoc¨® un devastador incendio que afect¨® gravemente al altar, al presbiterio y arruin¨® el coro de madera. En 1691, la flota francesa bombarde¨® Alicante durante la guerra declarada por Luis XIV. Los ca?onazos destruyeron el aula capitular y el altar mayor de Santa Mar¨ªa. Y quince a?os m¨¢s tarde, en plena guerra de sucesi¨®n, los buques ingleses aplicaron sus ca?ones contra Santa Mar¨ªa. En su muro exterior quedan aquellos impactos. Todos los conflictos b¨¦licos que han sacudido Alicante tienen alg¨²n episodio en su iglesia m¨¢s antigua. Durante la guerra civil del 36, su siller¨ªa qued¨® destrozada tras un asalto con el que hicieron desaparecer unas reliquias del incendio de 1484.
Las "purificaciones" de la historia han dado a este edificio una autenticidad ¨²nica en Alicante. En su fachada conviven arm¨®nicamente una portada barroca de 1721, de influencia italiana y con elementos pr¨®ximos al rococ¨®; una torre del siglo XIV, que fue c¨¢rcel-asilo hasta el siglo XIX; la otra torre del XVIII, con su reloj construido por un sacerdote de Monforte. Y en su interior destaca la capilla del Bautismo del siglo XIV, con su pila de m¨¢rmol de Carrara; el ¨®rgano del XVII, la escultura de granito de la virgen, dos columnas salom¨®nicas con girnaldas... La belleza de Santa Mar¨ªa quiz¨¢s radique en su constante recuperaci¨®n a trav¨¦s del tiempo, y en su asombrosa permanencia. La destrucci¨®n o el amor, que cant¨® el poeta. O quiz¨¢s las dos cosas.
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