Leo Franco afila sus reflejos

Los reflejos afilados de Leo Franco limaron el mejor juego del Racing. Ocho paradas del portero argentino, tres de ellas remates a bocajarro, mantuvieron la victoria m¨ªnima del Atl¨¦tico, que s¨®lo tuvo 12 minutos potables. Los 12 primeros. Del resto se encarg¨® Leo Franco. ?l y la candidez de los delanteros racinguistas, que desaprovecharon centros espl¨¦ndidos. Busca un 9 el Racing y, en efecto, lo necesita. El Atl¨¦tico lo que necesita es sostener el prometedor arranque de El Sardinero. Debut¨® en la Liga el joven Ag¨¹ero. Jug¨® la ¨²ltima media hora y dej¨® un buen pase en profundidad con la derecha a Torres, pero tambi¨¦n la promesa de grandes tardes junto al capit¨¢n rojiblanco.

El trabajo psicol¨®gico de Aguirre durante la pretemporada surti¨® efecto apenas un cuarto de hora. El Atl¨¦tico transmiti¨® sensaci¨®n de poder¨ªo y Torres pareci¨® dispuesto a comerse el mundo. En ese lapso, el capit¨¢n envi¨® un pase magistral en profundidad a Petrov que el b¨²lgaro dilapid¨®; remach¨® a gol un contragolpe en el que lo mejor fue su toque de primeras a Mista, y se permiti¨® la frivolidad de lanzar un vole¨®n desde el centro del campo, como en el colegio, que golpe¨® entre el larguero y el portero, To?o. Ah¨ª se acab¨® el Atl¨¦tico. Entr¨® en un periodo de ensimismamiento que se alarg¨® hasta el final. Permiti¨® que se alzara el Racing, que creci¨® poco a poco, pacientemente, aupado por la clase de Felipe Melo y el empuje de Munitis. Y lo invit¨® definitivamente al partido justo antes del descanso. Cuando Seitaridis acometi¨® por detr¨¢s a Melo, en el centro del campo, en una jugada intrascendente, y le clav¨® la bota en la rodilla al brasile?o. La expulsi¨®n encamin¨® al Atl¨¦tico a la ducha cabizbajo y a la espera de una buena tunda del entrenador Aguirre.

Entr¨® Ag¨¹ero, y Torres, casualidad o no, volvi¨® al escenario: una pareja para marcar una ¨¦poca

Claro que antes Pablo Alfaro s¨®lo recibi¨® la tarjeta amarilla tras entrar como un karateca y arrollar a Jurado, sustituido en el descanso por Gabi. No le faltaron detalles de clase a Jurado, pero aprendi¨® c¨®mo se las ganas los defensas profesionales. Y acab¨® magullado.

El t¨¦cnico mexicano cubri¨® la baja del Seitaridis con otro lateral derecho, Valera, sacrificando al extremo izquierdo, Petrov, intrascendente en la primera parte, y dejando en juego a los dos delanteros: Mista y Torres. Fue, sin embargo, el Racing el que remat¨® primero, y de qu¨¦ manera, en un cabezazo a pocos metros de Christian ?lvarez que Leo Franco salv¨® con una mano verdaderamente milagrosa.

?Cu¨¢nto ech¨® de menos ayer el Racing un delantero! Llegaban centros al ¨¢rea como caramelos, bien de Vitolo, bien de Munitis, que los atacantes echaron invariablemente a la papelera. En eso entr¨® Aganzo, de regreso a casa tras su fugaz aventura israel¨ª, pero se qued¨® con el dedo en el gatillo. Entr¨® tambi¨¦n Ag¨¹ero -centro de gravedad muy bajo- y, casualidad o no, Torres volvi¨® al escenario, anunciando el nacimiento de una pareja con calidad para marcar una ¨¦poca.