M¨¢s Plut¨®n y menos Plat¨®n
Los argumentos ya manidos (carta al director publicada el 27 de agosto de 2006) de la nueva religi¨®n y la pluralidad de realidades sobre un mismo hecho esgrimidos contra la ciencia reflejan debilidad de ideas e incapacidad para explicar el mundo que nos rodea. Es un error, repetido hasta la saciedad, aludir a lo que la ciencia a¨²n no ha podido abordar, a sus titubeos frente a lo desconocido, con el fin de desprestigiarla y compararla as¨ª con la religi¨®n.
Pero ?por qu¨¦ no hablar de lo que la ciencia ha abordado ya? El mero hecho de que esta carta al director est¨¦ impresa en este peri¨®dico a trav¨¦s de un texto enviado por correo electr¨®nico, significa que la ciencia no se ha desviado un mil¨ªmetro de la realidad. No reconocer que la ciencia descubre realidades es estar ciego frente al avance de la tecnolog¨ªa. La ciencia ha hecho al mundo m¨¢s inequ¨ªvoco de lo que muchas personas se empe?an en creer. ?Ha podido hacer esto la filosof¨ªa o la religi¨®n? Tanto una como otra han buscado soluciones sentimentalmente satisfactorias a las cuestiones que nos plantea la naturaleza, lo que ha hecho que sus conclusiones permanezcan a la sombra de los valores pretendidamente humanistas. Valores que han cambiado con el tiempo.
A la ciencia, por el contrario, s¨®lo le interesa la realidad (que es ¨²nica, est¨¦n seguros), y ha sido constante en su b¨²squeda, si bien sus medios han tenido que lidiar con esos valores humanistas cambiantes. La investigaci¨®n cient¨ªfica trata de ser neutral, como lo es la realidad, y por ello unas veces gratifica, otras deja indiferente y otras veces duele, sin pretenderlo. Si el congreso de Praga y su conclusi¨®n sobre Plut¨®n ha tenido gran repercusi¨®n es porque se ha hablado de algo que conocemos, que hemos estudiado en el colegio, es "cultura general". El que otros congresos cient¨ªficos no tengan la misma repercusi¨®n habla por s¨ª mismo de nuestras carencias formativas.
Podemos seguir aferr¨¢ndonos al "mito de la caverna" o a la idea de un creador todopoderoso, pero si hay una realidad que la ciencia demuestra cada d¨ªa es que, aunque lo han pretendido, estas ideas no han sido necesarias para saber lo que sabemos del mundo en que vivimos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.