Sobre la memoria hist¨®rica

Mi abuelo Epifanio fue fusilado en Santander. Crec¨ª creyendo que mi abuelo, marinero de profesi¨®n, se hab¨ªa ahogado en la mar, una heroicidad a los ojos infantiles. Pero cuando realmente pens¨¦ en mi abuelo como un h¨¦roe fue cuando en Espa?a se empez¨® a hablar de libertad, democracia.

Descubr¨ª el verdadero motivo de su muerte y comenc¨¦ a pensar en todo lo ocurrido en la familia. Mi abuela Ana cri¨® a sus seis hijos bajo las miradas del entorno represivo que la ve¨ªa como "la viuda de un rojo". Ella fue digna de admiraci¨®n y, sin embargo, muri¨® sin reclamar nada.

Uno de sus hijos es mi padre, a quien nunca sabr¨¦ c¨®mo agradecer las ideas que me ha inculcado: de ¨¦l he aprendido a pensar y vivir en libertad, y ¨¦l me ense?a, con su ejemplo de vida, que el respeto al ser humano est¨¢ por encima de cualquier otro ideal. ?sta es la herencia que hemos recibido de mi abuelo, ?qu¨¦ m¨¢s memoria hist¨®rica necesito?

Leo que se ha paralizado una exhumaci¨®n en Cuenca por falta de fondos p¨²blicos y me pregunto si los que, como mi abuelo, murieron por unos ideales ver¨ªan con buenos ojos que gastemos los recursos en desenterrar huesos antiguos en lugar de pensar en el futuro destinando esos mismos recursos y esfuerzos a mejorar la educaci¨®n, la sanidad o la cultura, por ejemplo.