De la acera a la pasarela
Una ex prostituta brasile?a promueve una exitosa firma de ropa donde las meretrices trabajan y suben a la pasarela
Acaban de estrenarse en la feria de Pr¨ºt-¨¤-Porter de Par¨ªs, donde la secci¨®n SO Ethic, reservada a lo que se considera "moda ¨¦tica y comercio justo", ha recibido 20 piezas de la colecci¨®n primavera-verano de una marca ins¨®lita, la brasile?a Daspu. Ha llegado la ropa, pero no sus modelos, que son prostitutas. Al contrario que las maniqu¨ªes profesionales, en la pasarela esas mujeres de formas opulentas sonr¨ªen y lanzan gui?os a la audiencia. La compa?¨ªa y sus modelos han alcanzado un ¨¦xito notable en Brasil.
Desde febrero pasado, al mundo de las pasarelas y el mercado de la moda se sum¨® esa marca nueva y peculiar, Daspu, abreviatura directa de "das putas". La han creado mujeres que se ganan la vida por las calles con el objetivo primordial de quitarse la ropa y vender el cuerpo. La propuesta es ofrecer a la clientela com¨²n, pero tambi¨¦n al mercado espec¨ªfico de su oficio, "ropas insinuantes, sensuales, pero sin vulgaridad". Nada de transparencias osadas.
La marca Daspu ha sido creada por una ONG que defiende regular la prostituci¨®n
Daspu ha sido creada por la ONG Davida, que presta asistencia a las prostitutas a trav¨¦s de campa?as de prevenci¨®n de enfermedades de transmisi¨®n sexual y participa activamente para defender derechos de las mujeres que ejercen la prostituci¨®n. La fund¨® en 1992 Gabriela Silva Leite una ex estudiante de Sociolog¨ªa que en sus tiempos de facultad se dedic¨® a la prostituci¨®n. Retirada desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, esta mujer lucha porque se regule la prostituci¨®n. Mientras, busca alternativas para financiar la entidad. Daspu re¨²ne a 22 meretrices de las zonas de baja prostituci¨®n callejera de R¨ªo, que elaboran los trajes. Los resultados de las ventas se destinan a la ONG.
El capital inicial de la marca ha sido aportado directamente por Davida. Silva Leite busc¨® recursos directamente en el mercado. "Mucho se habla de la responsabilidad social de las empresas, pero la verdad es una sola: ?a qu¨¦ empresa le interesa asociar su imagen a la de una puta?", dice.
Seg¨²n los estudios hechos por Davida, los ingresos medios de una prostituta que trabaja en las calles de R¨ªo de Janeiro oscilan alrededor de unos 350 euros al mes.
Aun reconociendo que las perspectivas son pesimistas, la ONG lanz¨® una intensa campa?a ante el Congreso brasile?o para que la prostituci¨®n sea reconocida como profesi¨®n, con los mismos derechos que cualquier otra, como asistencia social y jubilaci¨®n, adem¨¢s del reconocimiento de sus sindicatos. Y mientras tanto, busca "alternativas de mercado" para reforzar la caja y seguir con su trabajo de apoyo a las prostitutas.
Los desfiles de la marca Daspu son un ¨¦xito. Las piezas m¨¢s populares son las camisetas, con un precio de alrededor de 10 euros. Las ropas m¨¢s caras, unos vestidos de noche con tajos insinuantes y escotes generosos, cuestan alrededor de 40 euros.
Hace unos meses, al ver rechazada su petici¨®n para participar en la Rio Fashion Week, una intensa semana de desfile de las m¨¢s prestigiosas marcas del mercado brasile?o de la moda, Daspu promovi¨® un desfile paralelo, y por primera vez mezcl¨® a sus modelos con otras que no eran prostitutas. El ¨¦xito hizo que toda la producci¨®n disponible de la marca se agotara en dos d¨ªas. Mientras la top model brasile?a Giselle B¨¹ndchen cobraba alrededor de 80.000 euros para desfilar tres veces en la Fashion Week, a menos de dos kil¨®metros de distancia, Daspu recib¨ªa en desfile un p¨²blico mayor que el de la maniqu¨ª consagrada.
Curiosamente, los ba?adores de Daspu fueron considerados bastante m¨¢s comedidos que los de otras marcas para el p¨²blico sofisticado que frecuenta la playa de Ipanema. "Cuesti¨®n de postura y buen gusto", dijo Silva Leite.
Una veterana activista
Gabriela Silva Leite naci¨® en S?o Paulo hace 55 a?os, en una familia cat¨®lica y conservadora. En 1969 ingres¨® en la Facultad de Sociolog¨ªa de la Universidad de S?o Paulo. En esa ¨¦poca decidi¨® dedicarse a la prostituci¨®n. "Para m¨ª, esa opci¨®n, adem¨¢s de conveniente, porque ganaba en dos noches el sueldo de un mes como oficinista, era una forma de salir del discurso y entrar en la pr¨¢ctica de la revoluci¨®n de costumbres", explica.
En 1979, todav¨ªa bajo la acidez del r¨¦gimen militar, Silva Leite organiz¨® la primera marcha p¨²blica de protesta contra la brutalidad y la corrupci¨®n de la polic¨ªa, que reuni¨® a miles de prostitutas que contaron con el apoyo de artistas famosos. Ocho a?os despu¨¦s, organiz¨® el I Encuentro Nacional de Prostitutas, en R¨ªo, que reuni¨® solamente a 80 mujeres. Ahora la Red Nacional de Prostitutas, creada por ella, re¨²ne a 30 asociaciones de todo el pa¨ªs.
Silva Leite defiende que la prostituci¨®n es una profesi¨®n. "Si la miseria fuese la causa de las mujeres que optan por esa vida", plantea, "?cu¨¢ntos millones de putas no estar¨ªan en ese momento por las calles de este pa¨ªs?".
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