Credibilidad
Cuando el Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) se ve obligado, por falta de cooperaci¨®n, a referir el tema nuclear iran¨ª al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ¨¦ste, por unanimidad, pide a Teher¨¢n que suspenda sus actividades de enriquecimiento de uranio, con la amenaza de imposici¨®n de sanciones si no cumple la petici¨®n, no existe una conspiraci¨®n internacional contra Ir¨¢n, sino sospechas m¨¢s que fundadas sobre el destino final del uranio enriquecido. Ir¨¢n, como todos los pa¨ªses del mundo, tiene el derecho a desarrollar su propia tecnolog¨ªa nuclear para usos pac¨ªficos, de acuerdo con el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear (TNP), del que Ir¨¢n es signatario. El temor de la comunidad internacional es que, a pesar de las reiteradas negativas de la jerarqu¨ªa clerical y civil iran¨ª, y dados los antecedentes de ocultaciones y enga?os por parte de Teher¨¢n, parte del uranio y plutonio que tratan de obtener los cient¨ªficos iran¨ªes se derive hacia usos militares y no s¨®lo civiles. No se trata, pues, de conspiraci¨®n alguna, sino de una falta de credibilidad total que Teher¨¢n se ha ganado a pulso.
Durante 18 a?os, hasta que un grupo opositor al r¨¦gimen de los ayatol¨¢s lo denunci¨® en 2003, Ir¨¢n ha ocultado al mundo experimentos que los inspectores del OIEA han considerado incompatibles con la transparencia exigida en el TNP. Tres a?os despu¨¦s, nadie sabe el n¨²mero de centrifugadoras que Ir¨¢n tiene en Natanz y en otras instalaciones esparcidas a lo largo y ancho del pa¨ªs. Mientras, los inspectores del organismo supervisor de la ONU encuentran cada d¨ªa m¨¢s dificultades para llevar a cabo su labor. La respuesta a la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad y al secretario general de la ONU, Kofi Annan, -quien, por cierto, significativamente no pudo ver al l¨ªder m¨¢ximo de la Revoluci¨®n, ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, durante su reciente visita a Teher¨¢n-, ha consistido en reiterar su negativa a suspender sus actividades de enriquecimiento, incluso temporalmente, como le ped¨ªa el m¨¢ximo organismo de Naciones Unidas. Y, eso s¨ª, ha vuelto a proponer su gran especialidad: conversaciones sobre conversaciones que, una vez m¨¢s, han reca¨ªdo sobre las espaldas de Javier Solana. Aunque, en realidad, no se necesitaba ser adivino para anticipar la respuesta iran¨ª. S¨®lo hab¨ªa que constatar hechos. Y los hechos se produjeron poco antes de vencer el plazo dado por el Consejo de Seguridad. Unos d¨ªas antes, el presidente Mahmud Ahmadineyad hab¨ªa inaugurado, cerca de Arak, un reactor de agua pesada destinado a la producci¨®n de plutonio, el material preferido por los expertos para la fabricaci¨®n de ojivas de misiles nucleares. Y para que el espect¨¢culo fuera completo, la marina iran¨ª prob¨®, con ¨¦xito, un misil de largo alcance mar-tierra disparado desde un submarino en el golfo P¨¦rsico, 24 horas despu¨¦s de la inauguraci¨®n del reactor.
Ir¨¢n se siente fuerte y desafiante. El programa nuclear constituye una cuesti¨®n de orgullo nacional para el ¨²nico pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo nunca dominado por el colonialismo, sea ¨¦ste otomano o europeo, aspecto que el r¨¦gimen explota hasta el paroxismo. La situaci¨®n internacional y regional, de momento, se decanta a su favor. Estados Unidos le ha desembarazado de sus enemigos al oeste, los talibanes de Afganist¨¢n, y al este, el Irak de Sadam Husein. El precio del petr¨®leo llena sus arcas, por ahora. Cuenta con una fuerza de choque, Hezbol¨¢, dispuesta a desestabilizar la regi¨®n a la menor indicaci¨®n de Teher¨¢n. Y, de paso, dos de los que votaron a favor del ultim¨¢tum del 31 de agosto, Rusia y China, tienen demasiados intereses en Ir¨¢n para apoyar la imposici¨®n de sanciones, por muy livianas que ¨¦stas sean. Ante este panorama, ?qu¨¦ cabe hacer? De momento, explorar una vez m¨¢s la v¨ªa diplom¨¢tica y tratar de que la cohesi¨®n actual de la comunidad internacional no se rompa. Hay que convencer a Ir¨¢n de que el aislamiento no es rentable. Pero, si Teher¨¢n persiste en su actitud, el Consejo de Seguridad debe aplicar sus propias resoluciones. Su prestigio est¨¢ en juego. A pesar de nadar en petr¨®leo, Ir¨¢n es vulnerable a las sanciones. Por ejemplo, importa, por falta de refiner¨ªas, m¨¢s del 40% de la gasolina que consume. Y muchos iran¨ªes de a pie comienzan a preguntarse por qu¨¦ no se atienden las m¨²ltiples necesidades del pa¨ªs antes de subvencionar, v¨ªa Hezbol¨¢, a los chi¨ªes del sur del L¨ªbano. Hablando de petr¨®leo. El rey Abdul¨¢ de Arabia Saud¨ª acaba de realizar un fruct¨ªfero viaje a Pek¨ªn. Los iran¨ªes no deber¨ªan olvidar esa visita cuando amenazan a Occidente con un eventual chantaje con el precio del crudo.
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