M¨¢s luz sobre Bush

Poco a poco, cinco a?os despu¨¦s del atentado, se va haciendo la luz sobre las perversas actuaciones de la Administraci¨®n de Bush tras el 11-S. A la admisi¨®n por el presidente de que Estados Unidos mantiene c¨¢rceles secretas fuera de su territorio para los sospechosos de terrorismo, y de que se aplican en ocasiones m¨¦todos de interrogaci¨®n algo "duros", se ha sumado la confirmaci¨®n en un extenso informe del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado, cuyo n¨²cleo es una apreciaci¨®n interna de la CIA, de que no hubo v¨ªnculos entre el r¨¦gimen de Sadam Husein y Al Qaeda. Queda vac¨ªa as¨ª la tesis que usaron los neoconservadores pr¨¢cticamente al d¨ªa siguiente del 11-S para lograr imponer su insensata agenda de invadir Irak, a resultas de lo cual hoy Al Qaeda s¨ª est¨¢ instalada en la antigua Mesopotamia.

La opini¨®n p¨²blica americana ha vivido en un enga?o del que se ha resistido a salir. ?Lo har¨¢ ahora? La ocasi¨®n se presentar¨¢ en las elecciones de noviembre, en las que se renuevan la C¨¢mara de Representantes y una tercera parte del Senado. Si los republicanos pierden el control de una sola C¨¢mara, los dem¨®cratas podr¨¢n abrir comisiones de investigaci¨®n para aclarar las grandes mentiras y abusos de esta Administraci¨®n.

Bush ha hecho p¨²blico, adem¨¢s, que 14 personas han sido transferidas desde esas prisiones en el extranjero al campo de Guant¨¢namo, coincidiendo con la sentencia del Supremo que viene a exigir que a los detenidos se les apliquen las convenciones de Ginebra sobre la guerra. La gravedad de estas revelaciones, ahora ya oficiales, no ha impedido que el presidente insista en que el Gobierno de Washington ha actuado dentro de la ley, como si se tratase de una banal cl¨¢usula de estilo.

Bush no s¨®lo no muestra prop¨®sito de enmienda respecto a sus excesos tras el 11-S, sino que intenta presentarlos como un ejemplo de eficacia en la obtenci¨®n de informaci¨®n y en la prevenci¨®n del terrorismo, cuyo fantasma ha vuelto a agitar ante sus conciudadanos al hablar de un pa¨ªs permanentemente en guerra.

El paso siguiente tras reconocer la existencia de c¨¢rceles secretas es que se llegue a desvelar d¨®nde se encuentran, lo que podr¨ªa colocar en dif¨ªcil situaci¨®n a pa¨ªses aliados de EE UU, algunos con credenciales democr¨¢ticas. A la luz de esta revelaci¨®n, tanto el Parlamento Europeo como el Consejo de Europa deber¨ªan reabrir sus investigaciones sobre los vuelos secretos de la CIA y las c¨¢rceles donde supuestamente se ha torturado a algunos de estos detenidos, mientras prosigue en varios pa¨ªses, incluida Espa?a, la investigaci¨®n judicial a este respecto. A diferencia de lo que parece pensar la Casa Blanca, se trata de combatir las pr¨¢cticas aberrantes con la ley, no de modificar la ley para que las pr¨¢cticas aberrantes se conviertan en normales.