Harta del euro tonto

Estoy harta de ser yo siempre la que pague el euro tonto: harta de entrar a las siete y cinco y pagar hasta las ocho, y de entrar a las siete menos cinco y pagar desde las seis; harta de darme de baja el d¨ªa 20 y de que llegue el recibo hasta el 30, y de que siga llegando en los meses siguientes.

Harta de darme de alta en otro el 10 del mes siguiente y volver a pagar los 30 d¨ªas completos; harta de que si reclamo porque me han cobrado cuando ya me hab¨ªa dado de baja, me digan que los recibos se pagan a mes vencido, y si reclamo porque me han cobrado cuando a¨²n no he consumido nada, es que los recibos se pagan por meses adelantados.

Estoy harta de la comisi¨®n de servicio, la de cancelaci¨®n, la de apertura, la de correo, la de mantenimiento, la de la actualizaci¨®n del IPC, la de tramitaci¨®n y la del incremento del combustible; harta de que todo se cobre por meses completos cuando lo debo yo y se abone por fracciones de d¨ªas y hasta de horas cuando me lo deben a m¨ª.

Harta del establecimiento de llamada, del importe m¨ªnimo, de los tel¨¦fonos 902, de la atenci¨®n al cliente, del 0%, del 3 - 2, de la oferta para nuevos abonados y del todo incluido; harta de contratar con una llamada gratuita que dura dos minutos y de reclamar con 20 llamadas, de media hora cada una, a un n¨²mero de los de euro por minuto.

Harta de tocar una tecla en el m¨®vil y no poder parar ya la conexi¨®n a internet. Harta de darle mi nombre completo, DNI, n¨²mero de cuenta, domicilio, tel¨¦fono de contacto y n¨²mero de expediente a la posici¨®n 193.

Harta de recibir ofertas con logotipo y papel brillante, firmadas por el director de marketing, y reclamaciones en papel blanco sin firma ni remite. Harta, harta y cansada de pagar el euro tonto, de pagarlo yo siempre.