Todo ordenador esconde un esp¨ªa
Los buscadores almacenan y estudian los datos de cada petici¨®n que se realiza en sus p¨¢ginas
AOL 11110859 es una joven neoyorquina que, en marzo, se enamor¨®. A principios de mes, le confes¨® a su buscador de Internet que quer¨ªa comprar ropa bonita y, d¨ªas despu¨¦s, le pregunt¨® cu¨¢l era la mejor manera de perder su virginidad. Pasadas tres semanas, empez¨® a buscar fren¨¦ticamente datos sobre embarazos no deseados, y volvi¨® a confiar en su buscador para saber si deb¨ªa o no contarle sus sospechas a su madre y a sus amigas. A finales de abril, indagaba si podr¨ªa estar embarazada a pesar de tener la regla. Y en mayo, su enamorado le rompi¨® el coraz¨®n. "?Por qu¨¦ algunas personas hacen da?o a otras?", preguntaba, desesperada, a su buscador. "?C¨®mo se puede amar a alguien que te maltrata?".
AOL ha publicado datos que muestran los deseos y miedos de 650.000 usuarios
Las compa?¨ªas no dicen qu¨¦ hacen con la informaci¨®n ni cu¨¢nto tiempo la guardan
La historia de la usuaria 11110859 de AOL es s¨®lo una de las 650.000 que el portal estadounidense desvel¨® p¨²blicamente el pasado agosto. La compa?¨ªa coloc¨® en una p¨¢gina web los datos de 23 millones de b¨²squedas realizadas durante tres meses, con la intenci¨®n de que fueran utilizados por la comunidad investigadora. AOL pens¨® que sus usuarios no podr¨ªan ser identificados, ya que no desvelaba su identidad. Pero los resultados de sus b¨²squedas dec¨ªan m¨¢s de ellos, probablemente, que su direcci¨®n postal o n¨²mero de la seguridad social. AOL dej¨® al descubierto, en definitiva, los miedos, deseos, inseguridades e intenciones m¨¢s ocultas de sus clientes.
AOL se disculp¨® r¨¢pidamente, despidi¨® a dos empleados y retir¨® la p¨¢gina, pero ya era tarde. Casi 1.000 personas la hab¨ªan copiado y estaban analizando con lupa cada uno de los datos, hasta el punto de que The New York Times localiz¨® a uno de los clientes. La noticia, adem¨¢s, suscit¨® las dudas de la comunidad internauta sobre qu¨¦ datos guardan los buscadores, d¨®nde y durante cu¨¢nto tiempo los almacenan, y qu¨¦ hacen con ellos. En definitiva, ?qu¨¦ sabe su buscador sobre usted?
No es una pregunta intrascendente. Buscar es la actividad m¨¢s popular de Internet. En Espa?a, el 78% de los navegantes utiliza el servicio de los buscadores, seg¨²n datos de Red.es. Y esa informaci¨®n es una mina de oro. John Battelle, fundador de la revista Wired (la m¨¢s influyente del sector) acaba de publicar un extenso libro dedicado ¨ªntegramente a este negocio (Buscar, editorial Tendencias). Y en ¨¦l explica: "Enlace por enlace, clic por clic, la b¨²squeda posiblemente est¨¢ creando el aparato cultural m¨¢s duradero, s¨®lido y significativo de la historia de la humanidad: la base de datos de las intenciones. Tomada en su conjunto, esta informaci¨®n representa una base masiva de datos de deseos, necesidades y preferencias que se puede descubrir, citar, archivar, rastrear y explotar para todo tipo de fines".
Cuando un usuario realiza una b¨²squeda en Internet, lo hace porque necesita informaci¨®n, aunque quiz¨¢ no es consciente de que tambi¨¦n la est¨¢ ofreciendo. En cuanto teclea su pregunta y la env¨ªa al ciberespacio, se genera un fichero que los buscadores denominan log de servidor. En ¨¦l se encuentran m¨²ltiples datos, como el texto de la solicitud, el d¨ªa y la hora en que se realiz¨® y lo m¨¢s importante, la direcci¨®n IP, un n¨²mero ¨²nico que identifica al ordenador desde el que se realiz¨® la b¨²squeda. En Espa?a, ese n¨²mero es un dato car¨¢cter personal, y por tanto, est¨¢ protegida por la Ley de Protecci¨®n de Datos. Como explica V¨ªctor Domingo, presidente de la Asociaci¨®n de Internautas, "el caso de AOL no podr¨ªa haber sucedido en Espa?a, porque desvelar una direcci¨®n IP es delito". Domingo cree, en todo caso, que los usuarios tienen que ser conscientes de los datos que ofrecen en Internet, y de que la b¨²squeda es uno de los m¨¢s importantes. "Muestra todas nuestras costumbres, usos, tendencias, preferencias, deseos... Para un director de marketing, es el s¨²mmum. Una org¨ªa de datos".
Como los del usuario 710794 de AOL. Es aficionado al golf, y est¨¢ preocupado por su obesidad. Tiene, adem¨¢s, un Porsche y un Cadillac, y es fan del equipo de baloncesto de Tennessee. Est¨¢, adem¨¢s, muy interesado en ver fotos de lolitas, un t¨¦rmino frecuentemente utilizado en Internet para denominar las im¨¢genes de chicas j¨®venes desnudas. El usuario 17556639, mientras, parece estar especialmente interesado en vengarse de su esposa, o en escribir una novela negra, ya que sus b¨²squedas oscilan entre "matar a la mujer" y "fotos de gente muerta". La usuaria 005315, en cambio, est¨¢ intentando salir de una tormentosa relaci¨®n: "Ayuda para escribir una carta para un ex novio abusivamente narcisista" fue su compleja petici¨®n. Al n¨²mero 2708 le interesan las botas de mujer que fabrica Harley Davidson y "c¨®mo decir adi¨®s haciendo da?o", mientras que el 262465 apuraba sus ¨²ltimos d¨ªas antes de hacer la declaraci¨®n de la renta buscando v¨ªas para la "evasi¨®n de impuestos".
?Qu¨¦ hacen los buscadores con toda esta informaci¨®n? Google (9,4 millones de visitas al mes en Espa?a, 89,9% de cobertura) asegura que utiliza los logs de servidor internamente, para reforzar la seguridad de sus servicios o mejorar su calidad. Su especialista en privacidad en Europa, Peter Fleischer, explica que estudiar esos datos ha servido, por ejemplo, para que el sistema sugiera palabras cuando el usuario las teclea mal. Tambi¨¦n se utilizan para otro tipo de estudios "an¨®nimos y estad¨ªsticos", explica Fleischer. "Pero no compartimos esa informaci¨®n con nadie, a no ser que exista una orden judicial, v¨¢lida y concreta", a?ade. La compa?¨ªa no concreta durante cu¨¢nto tiempo guarda esos datos: "Mientras sean ¨²tiles", se limita a explicar Fleischer.
Microsoft, cuyo buscador tiene en Espa?a 8,6 millones de usuarios, asegura que la informaci¨®n sobre los datos de las b¨²squedas la controla Estados Unidos, y que la forma en que se maneja es confidencial. S¨ª asegura que se utilizan, sobre todo, para elaborar informaci¨®n estad¨ªstica como las listas de las palabras m¨¢s buscadas, y que la protecci¨®n de la intimidad se lleva "a rajatabla", seg¨²n Eduardo Sag¨¹¨¦s, director de comunicaci¨®n de MSN.
El tercer buscador del pa¨ªs es el de Yahoo!, con 4,7 millones de visitas y un 40% de audiencia. La compa?¨ªa se limita a explicar, por escrito: "Como la mayor¨ªa de empresas de Internet, mantenemos datos en la medida en que son de utilidad para ofrecer a nuestros usuarios la mejor experiencia en Internet".
La pregunta clave sigue siendo: ?por qu¨¦ los buscadores guardan todos estos datos, con el coste de almacenamiento consiguiente? Hay una explicaci¨®n muy simple: quieren ofrecer publicidad cada vez m¨¢s segmentada a sus clientes. El negocio de insertar publicidad en las b¨²squedas se basa en conocer cu¨¢les son exactamente las palabras m¨¢s solicitadas, y en informar a los anunciantes para que puedan pujar por ellas. Es decir, quien m¨¢s pague por la palabra "coche" aparecer¨¢ destacado en los resultados de una b¨²squeda. Este negocio mueve unos 80 millones de euros en Espa?a, y creci¨® m¨¢s de un 300% en el segundo semestre 2005, seg¨²n datos de IAB (Internet Advertising Bureau). Y las empresas quieren m¨¢s. Amazon acaba de registrar una patente para exprimir sus bases de datos, que incluyen los datos de las b¨²squedas de sus 60 millones de clientes, y poder deducir de ellas su nivel de ingresos, orientaci¨®n sexual, raza y religi¨®n.dej¨® al descubierto las intenciones, dudas, gustos, miedos y preferencias de sus clientes. Y es que los buscadores almacenan y manejan los datos de cada una de las peticiones que se realizan en sus p¨¢ginas. Las compa?¨ªas no aclaran qu¨¦ hacen exactamente con la informaci¨®n, ni durante cu¨¢nto tiempo la guardan. Mientras, el negocio de la publicidad crece en sus p¨¢ginas un 300%.
Google y las autoridades
Google hace muchos esfuerzos por tratar de explicar su pol¨ªtica de protecci¨®n de la intimidad. Adem¨¢s de tener un ejecutivo en Europa dedicado a este tema, la informaci¨®n que ofrece en su web es la m¨¢s profusa entre los buscadores. No es casualidad.
La compa?¨ªa ha tenido numerosos problemas con su pol¨ªtica de protecci¨®n de la intimidad, sobre todo en Estados Unidos, China y Brasil. El primer caso fue el m¨¢s sonado. Durante la preparaci¨®n de su defensa sobre la ley de protecci¨®n del menor, el Departamento de Justicia de EE UU pidi¨® a Yahoo!, MSN, AOL y Google que le diera los datos de millones de b¨²squedas de sus usuarios. Las tres primeras compa?¨ªas accedieron. Google dijo que la petici¨®n del Gobierno era "excesiva" y que no estaba justificada, as¨ª que se neg¨® a dar esos datos. Un juez le dio la raz¨®n.
La pol¨¦mica lleg¨® cuando Google -cuya filosof¨ªa de negocio incluye la declaraci¨®n "de no hacer el mal"- decidi¨® comulgar con las autoridades chinas y censurar los resultados de determinadas b¨²squedas, como "libertad" o "democracia". La empresa aduce que dar algo de informaci¨®n es mejor que no dar nada, y que no puede operar en el pa¨ªs sin cumplir sus leyes. China ya es el segundo mercado internauta del mundo, tras EE UU.
El tercer enfrentamiento ha ocurrido esta semana, en Brasil. Google se neg¨® a ofrecer datos de unos usuarios a las autoridades, pero s¨®lo por un defecto de forma en la orden judicial, seg¨²n explica Fleischer. "Estamos comprometidos a colaborar con las autoridades, pero tambi¨¦n a preservar la intimidad de nuestros usuarios. Intentamos mantener ese balance", resume.
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