Memoria intimista de Manolo Escobar
El cantante repasa su obra en un espect¨¢culo cercano al cabar¨¦ literario dirigido por el vanguardista Xavier Albert¨ª
Manolo Escobar es el artista que personaliza al cantante popular espa?ol, con todo lo que eso significa en su medio siglo de carrera. No es f¨¢cil definir el t¨¦rmino popular en estos tiempos, donde prevalece lo ef¨ªmero, pero no es nada dif¨ªcil situar a Escobar entre los cantantes que inmediatamente quedan asociados a un largo periodo de la vida de Espa?a, a una conexi¨®n profunda con el pueblo llano y a un mundo de prejuicios ideol¨®gicos. La derecha cultivada lo consideraba un producto demasiado populista. Para la izquierda representaba la idiotizaci¨®n que el franquismo procuraba vender desde su veta m¨¢s paternalista. En medio, Manolo Escobar guard¨® silencio y todav¨ªa lo guarda. "Nunca he tenido preocupaciones pol¨ªticas", dice, y suena a la clase de silencio que toda una generaci¨®n interioriz¨® desde la infancia para preservarse de problemas. No hab¨ªa que hablar ni de curas, ni de pol¨ªtica. Ahora, con 74 a?os, llega a Madrid asociado a Xavier Albert¨ª, uno de los principales personajes de la vanguardia esc¨¦nica espa?ola, para hacer un espect¨¢culo.
Albert¨ª, el experto en las graves profundidades de Thomas Bernhardt, y Escobar, el referente de lo que se ha llamado Espa?a profunda. El resultado: De Manolo a Escobar, que se representar¨¢ en el teatro Alb¨¦niz de Madrid los d¨ªas 13, 14, 16 y 17 de este mes.
No toda la intelectualidad de los a?os sesenta y setenta observ¨® a Escobar con los prejuicios al uso. En su libro Cr¨®nica sentimental de Espa?a, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n hizo un inolvidable perfil del cantante. "La canci¨®n de protesta castellana la iniciaron, reci¨¦n estrenados los felices sesenta, los andaluces tipo Manolo Escobar con canciones como No se compra ni se vende el cari?o verdadero", escribi¨®. Cuando la productora catalana Focus contact¨® con Xavier Albert¨ª, el ex director del Festival Grec no lo dud¨®. Pens¨® que a trav¨¦s de Manolo Escobar se pod¨ªa hacer una radiograf¨ªa de los ¨²ltimos 50 a?os de la historia espa?ola.
De Manolo a Escobar es un espect¨¢culo teatral donde el cantante desgrana su vida y su carrera. En el espect¨¢culo se huye de grandes orquestaciones, cuerpos de baile, palmeros e imaginer¨ªa folcl¨®rica. Para realizar el texto se llam¨® al dramaturgo Marc Rosich, formado en la alternativa y prestigiosa Sala Beckett de Barcelona, quien tambi¨¦n comparte escenario con Escobar en el papel de maestro de ceremonias. El espect¨¢culo se acerca m¨¢s al cabar¨¦ literario berlin¨¦s de entreguerras que a los shows a los que acostumbra el cantante.
"Nunca hab¨ªa hecho un teatro musical intimista y me hac¨ªa mucha ilusi¨®n, a m¨ª no se me van las ganas de seguir probando cosas", dice este artista, que nunca fue a cantar a El Pardo ni a La Granja, espacios a los que acud¨ªan los artistas de la ¨¦poca para actuar ante Franco. Escobar mantiene un abultado calendario de galas, exigidas por un p¨²blico incondicional. Pero quer¨ªa enfrentarse a una experiencia cuando menos curiosa. Detr¨¢s queda una biograf¨ªa que recuerda a la de tantos espa?oles de la posguerra. Fue educado en los a?os cuarenta, y en su propia casa, por un maestro republicano depurado. Con sus primeros ¨¦xitos pudo atender a una de sus dos pasiones declaradas: el arte. En su colecci¨®n figuran varios de los pintores m¨¢s innovadores del arte contempor¨¢neo espa?ol. "El arte para m¨ª lo es todo, es como un alimento que necesito, la pintura es algo important¨ªsimo, si no tuviera un cuadro a mi alrededor que mirar lo echar¨ªa todo en falta".
A la hora de hablar de su colecci¨®n no se anda con romanticismos y deja claro que las obras de su propiedad que m¨¢s valora suelen ser las que m¨¢s valor tienen en el mercado. "Mi m¨¦rito es que han sido compradas con poca cartera, y dicen que es una buena colecci¨®n", se?ala Escobar, que nunca acude a las galer¨ªas a dejarse recomendar o guiar por expertos. "Me gusta olisquear y elegir lo que me voy a llevar". Empez¨® comprando dibujitos de finales del XIX y principios del XX de cl¨¢sicos catalanes, como Casas o Nonell, pero su personal obra de arte, su colecci¨®n, recoge s¨®lo y exclusivamente arte contempor¨¢neo espa?ol: Quejido, V¨¢zquez D¨ªaz, Jardiel, Luis Gordillo, Broto, Alcolea, Miquel Barcel¨®, Alfonso Albacete, Gonzalo Sucre, Iturrino, "y muchos, muchos m¨¢s, algunos grandes amigos", a?ade.
Hizo todo su recorrido art¨ªstico y personal acompa?ado de una mujer que llevaba pantalones, fumaba, conduc¨ªa y con la que adopt¨® una hija. Son datos biogr¨¢ficos del hombre que defini¨® en los escenarios a "la Espa?a" de la emigraci¨®n y el subdesarrollo. Aquel muchacho del pueblo almeriense de El Ejido, que emigr¨® a Catalu?a con su familia y una cabra para sobrevivir, dice que sigue en el mismo sitio, con la misma est¨¦tica y las mismas coplas, viendo desde el escenario c¨®mo "cambia el p¨²blico y la sociedad". Lo dice un hombre de costumbres fijas.
Babelia
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