La voz de ensue?o

La voz de ensue?o de Mayte Mart¨ªn brill¨® en todo su esplendor. Es una voz de m¨²ltiples registros, muy trabajada, que juega desde el casi susurro hasta el puro grito y lo hace con naturalidad absoluta, sin denotar ninguna resistencia. Dividi¨® su recital en dos partes bien distintas. La primera dedicada al cante tradicional, de siempre; la segunda, a sus propias creaciones, m¨¢s modernas. Debo confesar que me gust¨® m¨¢s la primera, en la que hizo cantes de ida y vuelta -vidalita y guajira-, malague?as con cantes abandolaos, siguiriyas con cabal y fandangos de Huelva.

En los mal llamados cantes de ida y vuelta, que mejor ser¨ªa decirles de ascendencia americana, cantes poco frecuentados por los cantaores actuales, la voz de Mayte tuvo una dulzura extraordinaria, realmente deliciosa. En las malague?as dej¨® o¨ªr los ecos de Antonio Chac¨®n, rematando con dos cantes abandolaos. Las siguiriyas las abri¨® con el inolvidable Reniego de Tom¨¢s Pav¨®n; remat¨® con otro cante raro hoy d¨ªa, la cabal del Pena, de gran belleza. Por ¨²ltimo, los fandangos de Huelva, a los que dio su comp¨¢s y su gracia tan especial.

En la segunda parte hizo composiciones suyas y una del guitarrista Jos¨¦ Luis Mont¨®n, que se uni¨® con Chico Fargas al grupo. Son temas de moderna concepci¨®n e interesantes. El ¨¦xito fue enorme. Sus acompa?antes tuvieron igualmente una noche memorable.