Elige: matrimonio o televisi¨®n

B¨¦atrice Sch?nberg presenta los telediarios de la televisi¨®n p¨²blica France2 todos los fines de semana. Desde hace a?os y a satisfacci¨®n de todos, sin que se le conozca filiaci¨®n o simpat¨ªa pol¨ªtica alguna. Pero desde el pasado verano B¨¦atrice es tambi¨¦n madame Borloo pues est¨¢ casada con Jean-Louis Borloo, ministro de la Cohesi¨®n Social y candidato a ser primer ministro si la derecha gana las elecciones presidenciales de la primavera de 2007.

Por eso, porque no basta con ser honrado sino que tambi¨¦n hay que parecerlo, la direcci¨®n de France2 ha pedido a la periodista-presentadora que deje de aparecer en pantalla y de dirigir los telediarios "desde el momento en que comience la campa?a presidencial". Para la directora de los informativos de France2 ¨¦sta arranca "cuando los dos principales partidos hayan elegido sus candidatos, es decir, que aunque el del PS debiera conocerse en noviembre, el de la UMP no ser¨¢ definitivo sino a partir del 14 de enero. Es entonces cuando B¨¦atrice deber¨¢ dejar la antena".

Algunos sindicatos piden que se respete la vida privada y que no haya discriminaciones

Su retorno al trabajo est¨¢ previsto una vez terminadas las elecciones. "Solo el hecho de que Jean-Louis Borloo fuese nombrado primer ministro suspender¨ªa era reincorporaci¨®n. No queremos que ella nos cree dificultades pero tampoco se las queremos crear a ella", concluye la directora. En la televisi¨®n p¨²blica francesa quienes aparecen en pantalla no pueden compatibilizar su trabajo con ninguna otra ocupaci¨®n remunerada.

Existe un precedente reciente relativo a los peligros de un conflictos de intereses entre sentimientos y pol¨ªtica. En 1977, la presentadora de la emisi¨®n m¨¢s popular de la privada TF1, Anne Sinclair, decidi¨® abandonar su entrevista semanal cuando su compa?ero, Dominique Strauss-Kahn, fue nombrado ministro de Econom¨ªa y Finanzas del gobierno de Lionel Jospin.

Los sindicatos aparecen divididos respeto el caso Sch?nberg. La CGT y el SNJ -de orientaci¨®n comunista el primero, estrictamente profesional el segundo- pidieron en su momento que la presentadora-esposa de ministro fuese apartada de la pantalla. FO y CFTC -el primero es una extra?a s¨ªntesis de troskopopulismo y el segundo es de inspiraci¨®n cristiana- defendieron la continuidad de B¨¦atrice "en nombre del respeto de la vida privada y en contra de toda discriminaci¨®n". La boda entre Borloo y Sch?nberg fue vendida en exclusiva al semanario Paris-Match y ocup¨® su primera p¨¢gina.

Un total de 52 diputados de la mayor¨ªa conservadora en el poder, militantes de la UMP (Uni¨®n por un Movimiento Popular) han denunciado el caso: "No vemos por qu¨¦ el hecho de estar casada con un pol¨ªtico y ministro puede poner en duda la honestidad profesional de la periodista. ?Acaso los maridos y las esposas piensan y votan igual?". Alegan que la suspensi¨®n de B¨¦atrice Sch?nberg "es inaceptable en una democracia que no quiere ni debe convertirse en una democracia popular de los a?os cincuenta", referencia incomprensible a los reg¨ªmenes comunistas en los que a menudo, el culto a la personalidad llevaba a que el poder y los medios de comunicaci¨®n estuviesen en manos no solo del partido ¨²nico sino de una familia, como fue el caso de la Ceaucescu a partir de los a?os sesenta.