Un sueco corriente se hace con el poder
El moderado Fredrik Reinfeldt derrota a los socialistas mezclando estilo y estrategia
"Ganamos porque los suecos decidieron dejar de cerrar los ojos ante el paro", "los socialdem¨®cratas son el partido de los subsidios, nosotros somos el nuevo partido de los trabajadores", "la sociedad es lo que gente hace de ella, no lo que se decide desde arriba". Frases como ¨¦stas repetidas durante una extenuante campa?a, que s¨®lo acab¨® con el cierre de los colegios electorales la noche del domingo, son las que han llevado al joven Fredrik Reinfeldt hasta el sill¨®n de primer ministro de Suecia y a conseguir el mejor resultado para los suyos, el Partido Moderado, desde 1928, con el 26% de los votos.
Como en su d¨ªa Tony Blair y ahora el l¨ªder conservador brit¨¢nico, David Cameron, o incluso la socialista francesa S¨¦gol¨¨ne Royal, Reinfeldt ofrece una combinaci¨®n de estilo y estrategia que augura una buena temporada en el poder a la nueva derecha sueca.
Descrito por quienes le conocen como un tipo amable, de modales suaves y que sabe escuchar, ha cultivado durante la campa?a la imagen de un sueco corriente de clase media, al que le gusta enredar en la cocina de su casa y amante de sus tres hijos peque?os, en marcado contraste con las tentaciones de grandeza de su rival pol¨ªtico, el hasta ahora primer ministro socialdem¨®crata G?ran Persson, que acaba de construirse una casa de campo en las afueras de Estocolmo cuyo lujo choca con el gusto por el igualitarismo de la inmensa mayor¨ªa de los suecos.
La estampa est¨¢ tan bien lograda que ayer varios tabloides ilustraban el resultado de las elecciones con una fotograf¨ªa a toda plana en portada de Reinfeldt besando a su mujer, Filippa, consejera en el Ayuntamiento de Taby, localidad al norte de la capital sueca donde residen.
Nacido en agosto de 1965 en ?sterhaninge, en la regi¨®n de Estocolmo, hijo de padres peque?os empresarios, Reinfeldt inici¨® su carrera pol¨ªtica a los 18 a?os enrol¨¢ndose en las juventudes del Partido Moderado. Estudi¨® Econ¨®micas, hizo un master en la Universidad de Fairfax en Estados Unidos y en 1991 result¨® elegido diputado en el Parlamento por primera vez. De aquellos a?os data su primer libro, Det sovande folket (El pueblo durmiente), que algunos de sus detractores recuerdan ahora, porque criticaba al Estado de bienestar y defend¨ªa las ventajas de una sociedad neoliberal.
Tras pasar por toda clase de comit¨¦s parlamentarios, a Reinfeldt le llega el momento de la verdad cuando es elegido por unanimidad en octubre de 2003 l¨ªder de los moderados. El joven pol¨ªtico no pierde un minuto en empezar a transformar el viejo partido conservador de las clases altas en una alternativa pol¨ªtica capaz incluso de atraer a parte del electorado tradicional de los socialdem¨®cratas. La estrategia de ocupar el centro se combina con un relevo generacional en las filas del partido y el respeto al Estado de bienestar. Se acabaron los ataques frontales de anta?o. Como dijo el domingo, "el modelo de bienestar n¨®rdico es en muchos aspectos un buen modelo, pero necesita m¨¢s participaci¨®n de los individuos".
Para llevar esta filosof¨ªa adelante de ligera reducci¨®n de los impuestos a los que menos ganan, de recorte de las prestaciones de desempleo y venta de los activos del Estado en algunas empresas, como las aerol¨ªneas SAS, la firma de telecomunicaciones TeliaSonera o el banco Nordea, necesitaba un instrumento: la Alianza por Suecia, la uni¨®n de los siempre divididos partidos del centro-derecha sueco bajo un programa com¨²n.
La primera semana de octubre, Reinfeldt asumir¨¢ el cargo de primer ministro. Enfrente tendr¨¢ a un viejo Partido Socialdem¨®crata, sin reflejos y sin direcci¨®n hasta el congreso extraordinario de marzo. Tras la derrota, muchos de sus partidarios se planteaban ayer qu¨¦ hubiera pasado si su rival hubiera sido la ministra de Exteriores, Anna Lindh, asesinada hace tres a?os.
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