Valencia, por fin, libre de coches
A finales de este mes, coincidiendo con la celebraci¨®n europea de la semana de la movilidad, nuestro ayuntamiento capitalino va a poner en marcha, por fin, un proyecto moderno, innovador, sostenible, dir¨ªamos revolucionario, para mejorar de manera sustancial, la habitabilidad de la ciudad.
Se trata de un completo programa que prioriza, por este orden, los desplazamientos a pie, en bici, en transporte colectivo y al mismo tiempo disuade el uso indiscriminado del autom¨®vil. La ciudad recuperar¨¢ as¨ª buena parte de su dignidad, que supone favorecer el uso tranquilo de la calle, no solo para moverse, tambi¨¦n, y sobre todo, para encontrarse, conversar, mirar, intercambiar, relacionarse...
Al tiempo, importantes aspectos de la vida econ¨®mica, social y cultural revivir¨¢n y mejorar¨¢n, como ha sucedido en muchas ciudades europeas. Nuevos negocios de peque?a escala anidar¨¢n en la ciudad hist¨®rica, potenciando el ocio, el comercio y la cultura.
El cambio en el modelo de movilidad generar¨¢ ahorros en el gasto familiar de transporte, lo que liberar¨¢ recursos para otros menesteres m¨¢s gratificantes. Pero ser¨¢ sin duda la salud p¨²blica, f¨ªsica y mental, la m¨¢s beneficiada del proyecto. La contaminaci¨®n del aire en las ciudades, responsabilidad directa del tr¨¢fico, una especie de bomba silenciosa, mata o lesiona a m¨¢s personas que los accidentes por impacto en toda la red viaria (OMS, informe 2003). Los motores calientan el planeta pero en primera instancia el h¨¢bitat urbano, lo que a su vez nos lleva en verano al despilfarro energ¨¦tico del aire acondicionado, que a su vez calienta m¨¢s la ciudad. Adem¨¢s, las m¨¢quinas ensucian de ruido y part¨ªculas el aire e impiden una adecuada limpieza de las calles.
Es obvio que todo este c¨²mulo de efectos nocivos para la salud individual y colectiva eran y son de sobra conocidos y no supon¨ªan, por s¨ª mismos, argumentos suficientes para que los gobiernos tomaran cartas en el asunto para salvaguardar el bienestar de los ciudadanos y los valores m¨¢s preciados de la ciudad. Ha tenido que ser la Justicia la que se decidiera a aplicar las leyes que protegen la salud p¨²blica, declarando zonas saturadas de tr¨¢fico, lo que obligar¨¢ a cerrar a la circulaci¨®n rodada numerosas calles y a la postre, a forzar al ayuntamiento a poner en marcha el nuevo plan...
Tan en serio se ha tomado la situaci¨®n el gobierno de Barber¨¢, que incluso se est¨¢ planteando rectificar el equ¨ªvoco proyecto de remodelaci¨®n de la Avenida del Puerto, yendo m¨¢s all¨¢ de lo que algunos cr¨ªticos reincidentes planteaban hace un a?o: nada menos que convertir toda la calle en un huerto lineal, plantado de verduras y hortalizas, para consumo de los barrios vecinos... con lo que pasar¨¢ a llamarse Avenida del Huerto.
Color¨ªn colorado, este cuento se est¨¢ acabando y hay que volver a la cruda realidad...
No sin destacar el escaso sentido de la democracia que tienen muchos de nuestros gobernantes. ?Pues no vienen diciendo -v¨¦ase entre otros el caso de Alcoi- que hay que conseguir un consenso para peatonalizar parte de la ciudad? ?A qu¨¦ consenso se refieren? ?Al que consiste en convencer a la minor¨ªa de ciudadanos -s¨ª, minor¨ªa, por muy ruidosa que sea- que usan a diario el coche sin restricciones, para que renuncie voluntariamente a usar la calle de modo hegem¨®nico y respete los derechos de la mayor¨ªa?...
?Es que el actual modelo de movilidad es el resultado de alg¨²n consenso social, por mucho que la mayor¨ªa se resigne a soportar una situaci¨®n tan injusta y da?ina para todos? ?O m¨¢s bien este modelo se explica por unas decididas pol¨ªticas p¨²blicas que en su mayor¨ªa, favorecen los intereses de los ciudadanos motorizados, excluyendo de los presupuestos al resto de personas?...
Reflexionemos... y exijamos un cambio urgente, y pong¨¢monos a la altura de las ciudades que desde hace tiempo vienen cambiando el paso. Ya no podemos seguir lament¨¢ndonos de los efectos perversos del modelo vigente, vergonzante, sino empezar a debatir una alternativa radicalmente distinta. El PSOE, a la expectativa de ganar las pr¨®ximas elecciones, plante¨® recientemente establecer en su programa electoral un peaje para acceder a los centros hist¨®ricos, aunque pronto ech¨® marcha atr¨¢s, en un ejemplo m¨¢s del temor que suscita en los partidos molestar a los ciudadanos motorizados: doble error. En primer lugar, porque el problema no se reduce a peaje s¨ª o no; el asunto tiene mucho m¨¢s calado y existen probados sistemas integrales para abordarlo: la cuesti¨®n se reduce a tr¨¢fico o ciudad. En segundo lugar, se trata de un error de c¨¢lculo electoral, pues est¨¢ ampliamente demostrado que la mayor¨ªa de los ciudadanos, independientemente de su opci¨®n pol¨ªtica, acepta de buen grado las nuevas pol¨ªticas sobre movilidad. Por cierto, Ken Livingstone fue reelegido alcalde de Londres en 2004, tras implantar el impopular peaje para acceder al centro y prometiendo en su campa?a ampliar la medida. Tomen nota.
Joan Olmos es ingeniero de Caminos y profesor titular de Urbanismo en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia.
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