Primer rev¨¦s para el Gobierno Prodi
Telecom Italia no s¨®lo est¨¢ en el centro de una gigantesca red de espionaje. Tambi¨¦n es la clave de la primera crisis grave del Gobierno de Romano Prodi, acusado por la oposici¨®n, y por parte de sus propios aliados, de maniobrar en secreto para reordenar, a trav¨¦s de Telecom, el sector de las telecomunicaciones. Los problemas de Prodi no tienen, por el momento, relaci¨®n alguna con el espionaje. Derivan m¨¢s bien de su err¨¢tica actitud respecto a la reconversi¨®n de la empresa, de sus propias contradicciones y de la sospecha fundada de que intent¨® presionar a la anterior presidencia de Telecom para renacionalizar, en todo o en parte, las infraestructuras de telefon¨ªa fija.
Toda la clase pol¨ªtica qued¨® sorprendida cuando Prodi se enfrent¨® p¨²blicamente a Marco Tronchetti Provera y le acus¨® de mentir, por no haberle informado con antelaci¨®n del proyecto de vender Tim, la divisi¨®n de telefon¨ªa m¨®vil. Prodi proclam¨®, adem¨¢s, que Tim no deb¨ªa acabar en manos extranjeras, con frases que recordaron a las usadas por el ex gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, cuando en 2005 bloque¨® las OPA lanzadas por el BBVA y ABN Amro sobre bancos italianos. La extra?eza general se agudiz¨® al revelar Telecom, tras la dimisi¨®n de Tronchetti, que hab¨ªa recibido de la presidencia del Gobierno un borrador de plan industrial que implicaba el retorno al sector p¨²blico de la red de telefon¨ªa fija.
Acci¨®n personalista
El m¨¢s directo asesor de Prodi, Angelo Rovati, asumi¨® toda la responsabilidad de la redacci¨®n y el env¨ªo del plan y present¨® la dimisi¨®n. El cortafuegos, sin embargo, no funcion¨® del todo. No parec¨ªa muy probable que Rovati, amigo y colaborador leal de Prodi durante a?os, tomara por su cuenta una iniciativa de ese calibre. Los principales aliados de Prodi -Piero Fassino (Dem¨®cratas de Izquierda) y Francesco Rutelli (La Margarita)-, creyeron ver confirmadas sus sospechas de que el presidente del Gobierno hab¨ªa adoptado una l¨ªnea de acci¨®n personalista, ajena al Parlamento y a su propio Gabinete. Ya hab¨ªa recibido cr¨ªticas en ese sentido cuando presid¨ªa la Comisi¨®n Europea. Entonces, la oposici¨®n se creci¨® y exigi¨® que Prodi compareciera de inmediato ante el Parlamento.
Romano Prodi se neg¨® en redondo. "?Pero nos hemos vuelto todos locos?", dijo. No contaba con que en el Senado, donde el centroizquierda dispone de una mayor¨ªa exigua, fuera aprobada una moci¨®n que exig¨ªa la comparecencia del presidente del Gobierno. Y que la C¨¢mara de Diputados, donde la mayor¨ªa gubernamental es m¨¢s c¨®moda, planteara las mismas exigencias. Prodi tuvo que ceder. El d¨ªa 28 dar¨¢ explicaciones ante la C¨¢mara, y despu¨¦s ante el Senado. Es la primera gran derrota parlamentaria del Professore, a la espera de un presupuesto que se presenta dificil¨ªsimo.
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