"A Trist¨¢n no le doy la mano"
Pandiani, ariete del Espanyol, se mide con el Mallorca y su rival del Depor
El abucheo le doli¨® en el alma. La temporada pasada, Walter Gerardo Pandiani (Montevideo, Uruguay, 1976), delantero del Espanyol, recibi¨® reiterados insultos de los aficionados del Mallorca, donde jug¨® en el ejercicio 2002-03. "La ¨²ltima vez que fui a Son Moix (ahora Ono Estadi) no me acogieron bien. Es una l¨¢stima porque en la isla dej¨¦ una huella importante con 20 goles y una Copa", rezonga Pandiani. El motivo: el pasado invierno prefiri¨® el Espanyol al Mallorca, con el que ten¨ªa casi firmado un contrato. "Pero los medios se empe?aron en publicar otro tipo de mentiras y la gente se lo crey¨®", matiza el ariete. Ahora espera que no se repita la historia. Aunque con Diego Trist¨¢n, compa?ero suyo en el Deportivo que viste la zamarra bermell¨®n, es otra cosa.
En el Deportivo, Pandiani se gan¨® un sitio en al principio de la temporada 2003-04, cuando marc¨® sendos goles en las siete primeras jornadas de Liga. Diego Trist¨¢n, por aquel entonces, estaba lesionado. Pero cuando a Pandiani se le moj¨® la p¨®lvora de su rifle -como se le apoda-, cuando dej¨® de marcar goles, el t¨¦cnico Javier Irureta le supli¨® por Trist¨¢n. "Yo me he matado por este equipo. He jugado lesionado cuando ha hecho falta. Pero te matas, te entrenas y te rompes para que luego llegue el fin de semana y juegue el que no tiene que jugar", sentenci¨® el delantero, en una clara acusaci¨®n a Irureta por entender que no impon¨ªa disciplina y favorecer¨ªa a jugadores que descuidan sus obligaciones profesionales. A su salida del Deportivo, Pandiani dej¨® otro recado: "En ese equipo hab¨ªa gente que faltaba a los entrenamientos, que llegaba tarde, y quiz¨¢ lo hac¨ªa con una copa de m¨¢s". Pero no puso nombre y apellidos a sus declaraciones. "La prensa se?al¨® a Trist¨¢n y el sevillano se dio por aludido. No es una casualidad", esgrime el uruguayo; "en mi equipo nadie hace el pelotudo. Tuve problemas con ¨¦l y se lo dije todo a la cara. Pero fue como hablar con una pared". Y contundente, asevera: "No me interesa para nada lo que Diego Trist¨¢n haga con su vida. A ¨¦se yo no le doy la mano. No lo conozco. Como a cualquier rival, en el campo lo reviento". No pasar¨¢ lo mismo, sin embargo, con Ariel Ibagaza, con quien coincidi¨® en el Mallorca. "Con El Ca?ito siempre jugaba a cartas, compart¨ªa mate e, incluso, hac¨ªamos barbacoas las familias de ambos en los d¨ªas festivos", rememora Pandiani.
Pero no es lo ¨²nico positivo que sac¨® del Mallorca. "Formamos un magn¨ªfico grupo. Creo que nunca voy a estar en un vestuario tan unido y tan feliz de jugar juntos. M¨¦rito, en parte, del grand¨ªsimo entrenador que es Gregorio Manzano", cuenta. No en vano, la mitad de la plantilla desayunaba cada d¨ªa en un bar argentino de la isla y luego sal¨ªa en caravana hacia el entrenamiento. Por las tardes, Pandiani iba a buscar a sus hijos al colegio y los llevaba a la escuela del Mallorca. "Ahora est¨¢n en la del Espanyol", apostilla. El mayor, de 12 a?os, marc¨® en un equipo de Galicia 87 goles en 40 partidos. El peque?o, de seis, es un interior zurdo que porta el 10 en la espalda. "Y tengo uno mediano que prefiere el tenis", a?ade con orgullo. Hoy Pandiani no echa de menos el sosiego de la isla. "Vivo en medio de la monta?a y tengo el mar bien cerca de casa. Aqu¨ª en el Espanyol estoy de lujo y muy tranquilo", afirma. Quiz¨¢ hoy est¨¦ un poco m¨¢s nervioso en el Ono Estadi, donde se medir¨¢ con el Mallorca, su ex equipo, y con Diego Trist¨¢n, su rival.
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