"La inmigraci¨®n ilegal requiere una respuesta europea"
La entrevista arranca de forma ligeramente accidentada. An¨ªbal Cavaco Silva (Boliqueime, 1939), ha entrado en la sala principal del palacio de Bel¨¦m, en Lisboa, dispuesto a someterse a la sesi¨®n fotogr¨¢fica. Con discreci¨®n, uno de sus asesores le advierte de que la corbata, impecable como el resto de su indumentaria, parece tener una mancha. Es imperceptible, pero el presidente se levanta, sale de la habitaci¨®n y regresa a los pocos minutos con una distinta, igual de impecable que la anterior.
Se trata de un detalle sin importancia, pero revela el car¨¢cter perfeccionista del presidente de la Rep¨²blica portuguesa. Car¨¢cter que se extiende a la pol¨ªtica. Fue primer ministro entre 1985 y 1995, llev¨® a Portugal a cotas in¨¦ditas de prosperidad tras integrarse en la UE al mismo tiempo que Espa?a, y sali¨® del Gobierno con fama de hombre eficaz, pero autoritario y fr¨ªo. En 1996 perdi¨® contra pron¨®stico las primeras elecciones presidenciales a las que se present¨®.
"Las democracias se caracterizan por el trato a sus enemigos. La tolerancia y el respeto a los derechos humanos son nuestro gran activo"
"S¨®lo cuando venga el proyecto [de la ley del aborto] me pronunciar¨¦. Si no, mis palabras podr¨ªan ser utilizadas por un partido contra otro"
"Basta comparar lo que eran Portugal y Espa?a en 1986 y lo que son ahora. Europa supuso una gran plusval¨ªa para los dos pa¨ªses"
La reacci¨®n fue contundente. Se retir¨® durante una d¨¦cada, escribi¨® dos vol¨²menes de memorias y dio clases y conferencias de Econom¨ªa (es catedr¨¢tico). En diciembre volvi¨® a ser candidato a las presidenciales y se sac¨® la espina. Venci¨® en la primera vuelta a M¨¢rio Soares, el mito socialista que, paradojas de la historia, le hab¨ªa amargado sus a?os de primer ministro desde la presidencia. Cavaco le cruji¨®: 50,5% por 14,3%.
Ma?ana inicia su primera visita de Estado a Espa?a como presidente. Le acompa?an cuatro ministros (Econom¨ªa, Exteriores, Ambiente y Ciencia) y una quincena de j¨®venes emprendedores, cient¨ªficos y artistas. Seg¨²n afirma en la entrevista, Espa?a y Portugal viven el mejor momento en la historia de sus relaciones, aunque deben abrir nuevas ¨¢reas de cooperaci¨®n y entendimiento.
Cavaco, un hombre profundamente cat¨®lico, evita pronunciarse sobre un asunto que le incomoda: la convocatoria de un refer¨¦ndum para la despenalizaci¨®n del aborto, que debe aprobar o rechazar en las pr¨®ximas semanas. Hoy, tras seis meses de cohabitaci¨®n pac¨ªfica (de momento) con el primer ministro socialista, Jos¨¦ S¨®crates, el presidente presume de actuar con "neutralidad absoluta". Se considera m¨¢s viejo y m¨¢s sabio. Y parece sincero. Pero le sigue costando mucho hacer autocr¨ªtica.
Pregunta. Su d¨¦cada como primer ministro se cerr¨® con logros indudables, pero dej¨® de usted una imagen de hombre distante y fr¨ªo. Dos frases c¨¦lebres -"nunca me equivoco y rara vez tengo dudas" y "d¨¦jenme trabajar"- le han marcado desde entonces. ?Qu¨¦ ha aprendido en los 10 a?os que ha estado alejado del poder?
Respuesta. Soy un hombre contento con la vida, me ha tratado bien. No sal¨ª de la jefatura del Gobierno nada frustrado. Trabaj¨¦ mucho, y Portugal dio un paso adelante. Me fui con la conciencia tranquila, y eso es importante en la vida pol¨ªtica. Volv¨ª a mi puesto de catedr¨¢tico universitario. Y volv¨ª con toda tranquilidad. No esperaba regresar, y por eso escrib¨ª mis memorias. Pero donde aprend¨ª de verdad fue durante el paso por el poder. Tuve suerte: viv¨ª muchos cambios en el mundo. Cuando acab¨¦ la etapa de primer ministro era una persona mucho m¨¢s rica. Y no en el sentido material. En ese sentido, me empobrec¨ª. Durante a?os mantuve cierta distancia hacia las cuestiones pol¨ªticas, y de alguna forma, psicol¨®gicamente, gan¨¦ la preparaci¨®n para ejercer hoy una funci¨®n que es diferente.
P. Su regreso a la pol¨ªtica pareci¨® el de un salvador de la patria. ?A?oraba el poder?
R. No creo en salvadores. Las circunstancias mandan. Hoy estoy aqu¨ª sentado gracias a que antes estuve ah¨ª [hace un vago gesto se?alando su escritorio] como primer ministro, relacion¨¢ndome con un presidente de la Rep¨²blica que no era de mi partido [Soares]. Creo que eso fue enriquecedor para m¨ª. Ten¨ªa una vida estupenda, nunca me hubiera presentado si no hubiera estado absolutamente convencido de que pod¨ªa contribuir a situar a Portugal otra vez en la senda del crecimiento. Y sin querer volver a gobernar, ni a legislar, porque el presidente no gobierna ni legisla. Aunque, eso s¨ª, tiene la fuerza que da haber sido elegido directamente por el pueblo.
P. ?Y no echa de menos la capacidad ejecutiva, como primer ministro, de cambiar las cosas?
R. Puedo ayudar a cambiar. Hace poco, los dos grandes partidos han firmado un pacto para reformar la Justicia; es la primera vez que pasa algo parecido en Portugal. El presidente favoreci¨® ese clima. El presidente habla todas las semanas con el primer ministro durante mucho tiempo: tiene que ser informado sobre la pol¨ªtica interna. Tengo un di¨¢logo franco, abierto y constructivo con ¨¦l; hablo con el ministro de Defensa si es necesario, y con el de Exteriores... La palabra del presidente es muy importante en Portugal. Tiene que ser muy cuidadoso si no quiere crear inestabilidad.
P. ?La edad le da serenidad?
R. Los a?os dan sabidur¨ªa. Sobre todo si se vive intensamente y se superan obst¨¢culos. Acumul¨¦ experiencia y llegu¨¦ a primer ministro todav¨ªa joven. Ahora s¨¦ de manera m¨¢s amplia y completa c¨®mo debe comportarse un presidente. Aunque s¨®lo llevo seis meses.
P. ?Y cu¨¢l es su balance?
R. He procurado poner en pr¨¢ctica lo que promet¨ª. He actuado seg¨²n lo que dije, no seg¨²n lo que otros imaginaron o inventaron que iba a hacer.
P. ?Convocar¨¢ el refer¨¦ndum sobre la despenalizaci¨®n del aborto?
R. Acaba de presentarse en el Parlamento la propuesta para el refer¨¦ndum. Despu¨¦s ser¨¢ discutida y vendr¨¢ aqu¨ª. El presidente no puede anticiparse al debate de los legisladores. Debo ser cuidadoso. S¨®lo cuando venga el proyecto me pronunciar¨¦. Si no, mis palabras podr¨ªan ser utilizadas por un partido contra otro y eso romper¨ªa el principio de neutralidad.
P. Pero parece que hay consenso sobre la iniciativa, lo cual deber¨ªa facilitar su aprobaci¨®n. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre el hecho de que haya mujeres perseguidas a causa de esa ley, una de las m¨¢s restrictivas de Europa?
R. Ustedes hacen su an¨¢lisis. Permitan que el presidente haga el suyo un poco m¨¢s adelante.
P. La CIA utiliz¨® los aeropuertos portugueses, entre 2002 y 2005, para m¨¢s de 100 vuelos ilegales. ?Cree que los Gobiernos de Dur?o Barroso, Santana Lopes y S¨®crates conoc¨ªan esos vuelos?
R.Hay una investigaci¨®n en marcha del Parlamento Europeo y de varios parlamentos nacionales. El portugu¨¦s est¨¢ siguiendo el asunto. De acuerdo con la informaci¨®n que tengo, el Gobierno portugu¨¦s no hizo nada que fuese en contra del Derecho Internacional. No tengo ninguna informaci¨®n que vaya en el sentido de decir que Portugal haya ejecutado acciones contra el Derecho Internacional o los derechos humanos. Eso es lo que les puedo decir. Como saben, hay una petici¨®n del Parlamento Europeo para ampliar la informaci¨®n. El ministro portugu¨¦s ya estuvo en el Parlamento y se manifest¨® dispuesto a colaborar. No puedo a?adir m¨¢s. Yo no era presidente en ese tiempo, por tanto, es una cuesti¨®n que queda fuera de mi actividad. Pero insisto, no hay ninguna indicaci¨®n que sostenga que el Gobierno portugu¨¦s actuara de forma incorrecta.
P. Tambi¨¦n el Gobierno espa?ol afirma eso. Pero lo cierto es que los vuelos existieron. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre esas actividades?
R. Creo que los Estados europeos, y no s¨®lo los europeos, deben tener conocimiento de lo que ocurre en sus espacios a¨¦reos; y su actuaci¨®n en relaci¨®n con las peticiones para utilizar su espacio a¨¦reo deben respetar las normas internacionales. Yo dije que no, cuando era primer ministro, a un transporte de armas para un pa¨ªs de Oriente Medio. Y le dije que no a un aliado de Portugal. Pero ahora no tengo informaci¨®n suficiente para juzgar o censurar lo que han hecho los pa¨ªses afectados.
P. Y en cuanto a la existencia de c¨¢rceles secretas en Europa...
R. Hayan existido o no esas c¨¢rceles secretas, las democracias se caracterizan por el respeto en la forma en que tratan a sus enemigos. La tolerancia y el respeto a los derechos humanos son nuestro gran activo. Y por eso entiendo que el Parlamento Europeo pueda estar preocupado porque en su territorio haya sucedido eso. Aunque de momento no hay datos que lo demuestren.
P. ?El Papa atendi¨® m¨¢s a su condici¨®n de te¨®logo que a la de jefe de Estado al hablar del islam?
R. Creo que es absurdo pensar que el Papa haya podido querer atacar a una religi¨®n. Se sabe que es un defensor del di¨¢logo entre religiones, y creo que ha demostrado una gran humildad al justificar lo que quiso decir. No creo posible que el Papa haya querido ofender a otras religiones. Y mucho menos al islam.
P. Su visita a Espa?a se produce cuando se cumplen dos d¨¦cadas del ingreso de ambos pa¨ªses en la UE. ?Cu¨¢l es su balance?
R. La visita es especial porque tenemos una relaci¨®n especial con Espa?a. Tengo una inmensa estima y consideraci¨®n al rey Juan Carlos, que cuando yo era primer ministro hizo mucho para profundizar el di¨¢logo entre los dos pa¨ªses. En cuanto al balance de la experiencia europea, somos dos casos de ¨¦xito. Basta comparar lo que eran Portugal y Espa?a en 1986 y lo que son ahora. Europa supuso una gran plusval¨ªa para los dos pa¨ªses. Y ha sido un marco decisivo para las relaciones entre ambos pa¨ªses. Cambi¨® completamente nuestra manera de relacionarnos.
P. ?Qu¨¦ pa¨ªs lo ha hecho mejor en este tiempo?
R. En los primeros 15 a?os de adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea, los dos pa¨ªses consiguieron resultados muy buenos, y el ritmo de progreso de Portugal fue incluso mejor que el espa?ol. Mejoramos 20 puntos porcentuales nuestro atraso en desarrollo respecto a la media europea. A partir de 2000, Espa?a ha mantenido un dinamismo econ¨®mico muy fuerte y el portugu¨¦s ha aflojado, as¨ª que Espa?a se ha ido alejando... Pero creo que Portugal va a reencontrarse con la senda del desarrollo europeo. De todos modos, ambos pa¨ªses deben sentirse orgullosos de lo que han hecho en estos 20 a?os. Tambi¨¦n nosotros hemos dado una gran plusval¨ªa a Europa: la relaci¨®n de Europa con Latinoam¨¦rica, Brasil, ?frica y el sur del Mediterr¨¢neo es muy diferente hoy a lo que era. La presencia de los dos pa¨ªses ib¨¦ricos ha beneficiado mucho a la Uni¨®n.
P. Usted es el ¨²ltimo pol¨ªtico en activo de los tiempos del Tratado de Maastricht. ?C¨®mo puede superar la UE su actual crisis?
R. El tratado de Maastricht fue firmado bajo la presidencia portuguesa y estoy muy orgulloso de eso. Fue un gran ¨¦xito, la Uni¨®n Monetaria reforz¨® a Europa como potencia econ¨®mica mundial. Pero no me gusta la palabra crisis para definir el actual momento de la UE. Prefiero la palabra dudas. Dudas que resultan, adem¨¢s, del ¨¦xito de Europa, que atrae a 10 pa¨ªses del Este y a otros como Croacia, Turqu¨ªa, Bosnia-Herzegovina o Serbia que ambicionan entrar lo antes posible. Se habla de crisis por los referendos de Francia y Holanda sobre el tratado constitucional. Pero hemos seguido avanzando. Hemos firmado las perspectivas financieras 2007-2013, se ha moldeado una nueva pol¨ªtica energ¨¦tica, se ha profundizado en la Agenda de Lisboa...
P. La par¨¢lisis ante fen¨®menos como el de la inmigraci¨®n ilegal, el conflicto de Oriente Pr¨®ximo o la tragedia africana parece indiscutible...
R. Admito que el peso pol¨ªtico est¨¢ por detr¨¢s del peso econ¨®mico. Lo que hace falta es m¨¢s Europa, no menos. La gente demanda que la UE d¨¦ respuestas a sus problemas concretos: inseguridad, desempleo, inmigraci¨®n ilegal, seguridad social... La salida debe ser ¨¦sa: los l¨ªderes deben explicar a los ciudadanos, que son cada vez m¨¢s exigentes y no est¨¢n interesados en el debate institucional, que Europa es la respuesta para los problemas, no la causa. La inmigraci¨®n ilegal es desde luego un fen¨®meno europeo, y requiere una respuesta europea. La globalizaci¨®n econ¨®mica tambi¨¦n exige que no actuemos a la defensiva, sino mir¨¢ndola como una oportunidad para desarrollar juntos m¨¢s tecnolog¨ªa e innovaci¨®n y resolver el problema del empleo.
P. ?Y sobre Oriente Pr¨®ximo?
R. L¨ªbano es la frontera sur de Europa, y lo que sucede all¨ª habla sobre Europa, que tiene que demostrar que puede contribuir a mantener una paz duradera en la regi¨®n. Europa es la primera interesada en esa paz que debe estar basada en la creaci¨®n de un Estado palestino, la garant¨ªa de fronteras seguras para Israel y un Estado liban¨¦s con soberan¨ªa plena sobre todo el territorio. Espero que tengamos ¨¦xito, porque la ONU ha puesto la carga sobre la Uni¨®n Europea al colocar primero un mando franc¨¦s y despu¨¦s uno italiano. Pero la regi¨®n es muy dif¨ªcil, los odios se han acumulado durante mucho tiempo, hay muchos extremismos...
P. Como primer ministro coincidi¨® en numerosas ocasiones con Felipe Gonz¨¢lez en cumbres bilaterales y europeas. ?C¨®mo fue su relaci¨®n?
R. Con Felipe contribuimos decisivamente al nuevo clima de relaciones entre los dos pa¨ªses. Primero a trav¨¦s de las cumbres, que hoy siguen teniendo un papel importante para estimular el di¨¢logo pol¨ªtico a todos los niveles, la cooperaci¨®n, los acuerdos bilaterales... Ten¨ªamos una relaci¨®n cordial... Somos de la misma generaci¨®n.
P. ?Pero hab¨ªa qu¨ªmica?
R. Ten¨ªamos buena qu¨ªmica, una ¨®ptima relaci¨®n y un buen di¨¢logo. Y hab¨ªa concertaci¨®n en las materias de integraci¨®n a la UE. En la mayor¨ªa de los casos nuestras posiciones converg¨ªan. Portugal y Espa?a tuvieron un papel importante en negociaciones dif¨ªciles de aquel tiempo, como la de los fondos Delors. Entonces comenzaron a destruirse las desconfianzas hist¨®ricas y dejamos de vivir de espaldas. Hoy, por suerte, la relaci¨®n ya no depende del l¨ªder pol¨ªtico de all¨ª o aqu¨ª, hay gran interdependencia. Espa?a es nuestro gran socio econ¨®mico, el pa¨ªs donde exportamos m¨¢s, un 30% del total, y del que m¨¢s importamos, tambi¨¦n casi un 30%. Y Portugal es el tercer cliente de Espa?a, tras Francia y Alemania. Espa?a nos vende m¨¢s que a Latinoam¨¦rica, a Am¨¦rica, a Asia, y a todos los nuevos pa¨ªses de la UE. Nada de lo que pasa en Espa?a es irrelevante para Portugal y nada de lo que pase en Portugal puede ser irrelevante para Espa?a.
P. Le acompa?an cuatro ministros, casi una minicumbre. Quiz¨¢ despierte recelos en el primer ministro...
R. Ya en campa?a dije que mi mandato ser¨ªa de cooperaci¨®n estrat¨¦gica con S¨®crates. Estoy cumpliendo mis compromisos: contribuir a un clima de estabilidad pol¨ªtica y de confianza para la movilizaci¨®n de los ciudadanos. En las relaciones externas, el Gobierno y el presidente act¨²an de manera conjunta. Por eso el Gobierno decidi¨®, lo que me satisface mucho, que vinieran conmigo cuatro ministros, como reconocimiento de esa relaci¨®n especial con Espa?a. La situaci¨®n es excelente, la m¨¢s estrecha de siempre. Pero todav¨ªa hay campos por explorar. Ciencia e innovaci¨®n, por ejemplo. A veces pueden surgir proteccionismos disfrazados aqu¨ª y all¨¢; deben ser resueltos con di¨¢logo.
P. En la pr¨¢ctica hay dificultades para articular mecanismos ib¨¦ricos. El Mercado Ib¨¦rico de la Electricidad a¨²n es una utop¨ªa.
R. No todo est¨¢ hecho ni todo est¨¢ resuelto, y tal vez ese punto es uno de los que no est¨¢n todav¨ªa claros. Pero ¨¦sa es una materia del Gobierno. Las sociedades mixtas tienen que ser ampliadas, aunque ya hay muchas empresas espa?olas en Portugal
[1.050, 500 de ellas con capital mayoritario] y 400 empresas portuguesas en Espa?a. La interdependencia ser¨¢ mayor a¨²n en el futuro. Si Europa es un mercado ¨²nico, la pen¨ªnsula ser¨¢ a¨²n m¨¢s un mercado ¨²nico natural. Las empresas portuguesas deben pensar en t¨¦rminos de mercado ib¨¦rico. No hay que tener miedo, no podemos tener prejuicios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Visitas oficiales
- Declaraciones prensa
- An¨ªbal Cavaco Silva
- Polizones
- Pol¨ªtica exterior
- Portugal
- Contactos oficiales
- Uni¨®n Europea
- Europa occidental
- Inmigraci¨®n irregular
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Gente
- Pol¨ªtica migratoria
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Migraci¨®n
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Demograf¨ªa
- Sociedad