Alegr¨ªa mojada
Cuando la alegr¨ªa campa no hay tormenta que la escampe. La segunda noche de fiesta en el F¨®rum ofreci¨® im¨¢genes para abonar esta idea, ya que mientras The Pinker Tones actuaban a eso de las cuatro de la madrugada, una furiosa y breve tormenta azot¨® al p¨²blico, que, lejos de amilanarse, decidi¨® que los paraguas tambi¨¦n deb¨ªan bailar. Con las gradas en movimiento y el p¨²blico moj¨¢ndose por espacio de casi un cuarto de hora, el grupo barcelon¨¦s pudo decir orgulloso que se hab¨ªa impuesto a los elementos. Al menos aquella noche no hab¨ªa lluvia suficiente en el cielo para apagar las ganas de baile de los barceloneses que se concentraron all¨ª, en el que es el espacio m¨¢s concurrido de las fiestas.
La gratuidad convoca en el F¨®rum un gent¨ªo que recuerda el tiempo de la recta del estadio
Lo es tanto que los m¨¢s viejos ya pueden rememorar im¨¢genes que recuerdan aquellas noches de los ochenta en la recta del estadio previas al BAM, con los gent¨ªos convocados por la gratuidad. Porque sin desmerecer ni a Nawja ni a The Pinker Tones, los dos grupos principales del s¨¢bado, parec¨ªa la gratuidad, m¨¢s que los nombres, lo que hab¨ªa convocado all¨ª a las masas. Era tanto el p¨²blico, que Nawja, toda inocencia, toda sinceridad, no pudo por menos que afirmar: "Resulta impresionante, no cre¨¢is que estoy acostumbrada", refiri¨¦ndose a la multitud que segu¨ªa su actuaci¨®n. A pesar de todo, estuvo algo fr¨ªa. Nawja nunca se ha distinguido por su dinamismo en escena y su pop electr¨®nico no mostr¨® bases lo suficientemente bailables como para prender en la multitud, que, eso s¨ª, asisti¨® respetuosa a la fr¨¢gil actuaci¨®n de la actriz y cantante.
Lo que no recuerda en absoluto a la recta del estadio son las atracciones que ahora se estilan en las fiestas. Hay norias y t¨®mbolas, por supuesto, pero tambi¨¦n puestos de "chorizos a la brasa del pueblo" donde por extensi¨®n se han especializado en franckfourt (sic) y en los que la mayor parte de los camareros hablan ¨¢rabe entre s¨ª. Tambi¨¦n hay una nueva atracci¨®n vertiginosa en la que los usuarios son introducidos en una bola que se lanza al vac¨ªo proyectada por un inmenso tirachinas que la mantiene prendida por dos tirantes el¨¢sticos. S¨®lo verla ya revolv¨ªa en el est¨®mago el chorizo del pueblo.
Y para la memoria, la expresi¨®n de payaso triste del responsable de un puesto de caballitos que a las 3.30 horas esperaba en vano alg¨²n cr¨ªo para justificar all¨ª su presencia a tales horas. S¨ª, los tiempos cambian, pero no tanto como para conseguir clientela infantil casi de madrugada.
Tampoco en los tiempos de la recta del estadio hubiese habido un set en directo como el de Uusitalo, el fin¨¦s que hace del house y del micro house sus se?as de identidad. A base de capas de sonido, bases g¨¦lidas y reiteraci¨®n digital, Uusitalo cerr¨® con brillantez la programaci¨®n electr¨®nica en el Espacio Movistar.
All¨ª, al igual que en todos los espacios de la fiesta, s¨®lo hay disponible bebidas de baja graduaci¨®n, lo que hace pensar que las autoridades han perdido la confianza en el comportamiento del p¨²blico y ponen tiritas antes de ver heridas. Deben de considerar que es precisa m¨¢s tutela, dado que la poblaci¨®n tiene un comportamiento menos fiable que hace 20 a?os. Las cosas cambian, y no siempre a mejor, como recordaba un padre de familia que, a¨²n con ganas de m¨²sica en directo, se encontr¨® con que s¨®lo pod¨ªa beber refrescos y cerveza.
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