'El mot¨ªn del Caine'
EL PA?S presenta ma?ana, por 8,95 euros, la pel¨ªcula de Edward Dmytryk sobre un capit¨¢n enfrentado a sus oficiales
El Caine es un dragaminas que sirve bajo bandera estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, pero la pel¨ªcula que realiz¨® Edward Dmytryk en 1954 no trata de ninguna batalla y ni siquiera aparecen los enemigos a los que se enfrenta la Marina aliada en ninguna de sus secuencias. Es, m¨¢s bien, una historia de orden moral y lo que pone en escena es la legitimidad de unos oficiales de amotinarse cuando su capit¨¢n padece una crisis de mando durante un tif¨®n. Humphrey Bogart es ese capit¨¢n, en una soberbia interpretaci¨®n donde se vale de unas cuantas peque?as bolas met¨¢licas, que manipula una de sus manos en sus momentos delicados.
La m¨²sica de Max Steiner, un maestro indiscutible para dar el tono y la atm¨®sfera de un drama humano en momentos de hondo patetismo, transmite de inmediato el car¨¢cter solemne de cuanto se trata en la pel¨ªcula. ?Qu¨¦ deben hacer unos oficiales cuando consideran que su capit¨¢n pierde de tanto en tanto la cordura acosado por fantasmas paranoicos? ?D¨®nde est¨¢n las fronteras entre la lealtad inmediata a un mando y la responsabilidad de velar por una tripulaci¨®n? ?Hasta qu¨¦ extremo y en qu¨¦ momentos se puede cuestionar no s¨®lo las ordenanzas, sino la autoridad de quien est¨¢ al mando de una empresa?
De todas estas cuestiones se ocupa El mot¨ªn del Caine. La peripecia se cuenta desde las experiencias de un joven oficial, un alf¨¦rez de familia acomodada que despu¨¦s de haber realizado una brillante carrera acad¨¦mica se incorpora al dragaminas en su primera misi¨®n, que anda enamorado de una cantante en un idilio que tiene todas las de perder ante su exigente madre. La pel¨ªcula es una adaptaci¨®n de la novela con la que Herman Wouk gan¨® el Pulitzer en 1952 y cuya versi¨®n teatral hab¨ªa sido un ¨¦xito un a?o despu¨¦s con Henry Fonda en el papel del capit¨¢n neur¨®tico.
Estaba cantada su adaptaci¨®n a la gran pantalla y fue el productor Stanley Kramer, en la ¨²ltima de sus incursiones en estas materias antes de dedicarse a la realizaci¨®n, el encargado de llevarla a buen puerto. S¨®lo la prepro-ducci¨®n llev¨® 15 meses. Embarcarse en una historia de desobediencia a la autoridad no iba a gustar a la Marina y fue necesario pactar el gui¨®n. Lo que exigi¨®, incluso, que se contratara al propio autor de la novela para que limara aquellos elementos que resultaban m¨¢s conflictivos: la excesiva cobard¨ªa del capit¨¢n y que los tripulantes no aparecieran como una panda de tipos poco disciplinados y escasamente competentes.
Se arreglaron las cosas, se film¨® la pel¨ªcula con un gran reparto, fue un ¨¦xito indiscutible, pero las siete candidaturas que tuvo para los Oscar de aquel a?o no sirvieron de mucho y El mot¨ªn del Caine no se llev¨® ninguna estatuilla. M¨¢s de cincuenta a?os despu¨¦s de su estreno conserva intacto su poder de seducci¨®n. La s¨®lida interpretaci¨®n de sus protagonistas sirve en bandeja un complejo dilema moral y ya se sabe que para muchos las pel¨ªculas con juicio incluido tienen un aliciente a?adido.
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