El Zaragoza rectifica a tiempo frente al Levante
Tanto le cost¨® desperezarse al Zaragoza que a punto estuvo el Levante de arrebatarle el partido. Empe?ado en rehusar el juego por las bandas, en emborracharse por el centro, el conjunto aragon¨¦s perdi¨® toda una mitad. Y cuando V¨ªctor Fern¨¢ndez dio libertad a Aimar, vari¨® el dibujo t¨¢ctico al situar una l¨ªnea de tres zagueros, pero fue tarde, no demasiado porque logr¨® empatar, contrarrestar el orden que impone L¨®pez Caro y el marcaje de Camacho sobre Aimar.
Visto lo visto, no cuesta imaginarse a Camacho durante la semana lanzando dardos a una foto de Aimar, o, mientras se lavaba los dientes en el ba?o, emulando a un perro rabioso con un recorte de peri¨®dico del argentino en el espejo. Muchos lo tildar¨ªan de aburrido. Otros, de antif¨²tbol. Pero todos admitir¨ªan que su faena de anular a Aimar fue perfecta. Camacho se mud¨® de lapa infranqueable, de mosca cojonera, de pegamento extra fuerte. Y result¨® fant¨¢sticamente porque a Aimar le debi¨® de coger tort¨ªcolis en la primera parte; siempre jug¨® de espaldas a la porter¨ªa.
ZARAGOZA 2- LEVANTE 2
Zaragoza: -C¨¦sar; Diogo, Sergio, Piqu¨¦ (Celades, m. 46), Juanfran; Ponzio (?scar, m. 46), Zapater, Aimar, D'Alessandro; Ewerthon (Sergio Garc¨ªa, m. 71) y Diego Milito. No utilizados: Miguel, Movilla, Lafita y Chus Herrero.
Levante: Molina; Descarga, ?lvaro, Alexis, Rubiales; Camacho, N?Diaye; Ettien (Carmelo, m. 82), Riga (C¨¦sar, m. 86), Kapo; y Luyindula (Tommasi, m. 63). No utilizados: Cavallero, Nino, Robert y Meyong Z¨¦.
Goles: 0-1. M. 21. Camacho empalma un bal¨®n desde el borde del ¨¢rea. 0-2. M. 43. Ettien deja sentado a Juanfran y le cede el cuero a Kapo, que lo empuja a la red. 1-2. M. 60. Celades engatilla un bal¨®n al borde del ¨¢rea. 2-2. M. 78. Diego Milito remata un bal¨®n en la l¨ªnea de gol.
?rbitro: Teixeira Vitienes. Mostr¨® la cartulina amarilla a Camacho y Alexis.
Unos 25.000 espectadores en la Romareda.
El trabajo del medio centro, adem¨¢s, tuvo su recompensa. En lo que debi¨® de ser un robo de inspiraci¨®n al propio Aimar, Camacho empalm¨® desde el borde del ¨¢rea un rechace de la defensa blanquilla al fondo de la red. Luego, hundido el Zaragoza, Kapo empuj¨® un bal¨®n a la red tras magn¨ªfica jugada de Ettien.
Del Zaragoza poco se supo en la primera parte, m¨¢s que fue un aut¨¦ntico caos. Se empecin¨® D'Alessandro en buscar las diagonales por el centro en vez de profundizar por las bandas. Recul¨® Ponzio en su posici¨®n de interior derecho para acabar de medio centro de auxilio o de lateral de refuerzo. Se atragantaron Sergio y Piqu¨¦ con las r¨¢pidas piernas de Luyindula, que ca¨ªa a los costados repetidamente para desbloquear el centro y dar entrada a Kapo y Riga. Y se atasc¨® Aimar con Camacho como adhesivo. M¨¦rito del planteamiento conservador de L¨®pez Caro, que desarbol¨® el juego ofensivo aragon¨¦s al poner cinco medios. Eso y que el Levante es un equipo muy trabajado: siempre coberturas defensivas para hacer un dos contra uno, siempre movimientos junto con el desplazamiento de la pelota, y siempre bien marcada la l¨ªnea del fuera de juego.
Pero V¨ªctor Fern¨¢ndez, en la segunda mitad, se arriesg¨® al poner una l¨ªnea defensiva de tres. Con Celades sobre el c¨¦sped, con igualdad de hombres en la medular, con libertad de marcaje Aimar, todo cambi¨®. El partido se convirti¨® en un aut¨¦ntico correcaminos, donde cada equipo cont¨® con innumerables ocasiones. Pero en el guirigay, en el caos, el Zaragoza es el rey. As¨ª, Celades aprovech¨® un rechace de la defensa levantina para reducir distancias y Diego Milito, a jugada de Sergio Garc¨ªa, empuj¨® una pelota al fondo de las mallas. Le faltaron minutos al Zaragoza para arreglar el desaguisado de la primera mitad, para contrarrestar el trabajo de Camacho y orden de L¨®pez Caro.
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