Que no se olviden del juego
El ¨¦xito de Espa?a en el Mundial de Jap¨®n, y sobre todo el extraordinario seguimiento que tuvo en los aficionados, provoc¨® toda una cascada de reacciones al comprobar la enorme diferencia existente entre el inter¨¦s que provoca la selecci¨®n en comparaci¨®n con el que suscita la Liga dom¨¦stica. Hubo muchos comentarios que tocaron pr¨¢cticamente todos los temas posibles. Que si el sistema de competici¨®n no es el id¨®neo, que si el problema de identificaci¨®n por la enorme rotaci¨®n de jugadores, en su mayor¨ªa extranjeros, que si no se vende bien lo que tenemos y otras muchas reflexiones. Todas tienen sus dos caras, por lo que, dependiendo de qui¨¦n efect¨²e el an¨¢lisis, la tendencia ir¨¢ en uno u otro sentido, not¨¢ndose en m¨¢s de una ocasi¨®n intereses o justificaciones partidistas. Pero hay una cosa de la que se ha hablado bien poco. Del juego. Del producto final. Todo lo anterior, haci¨¦ndolo perfectamente, puede aumentar la expectaci¨®n, el dramatismo o una mejor conexi¨®n entre la afici¨®n y su equipo, pero todo debe estar sustentado con un espect¨¢culo que se encuentre a la altura de las expectativas creadas. Porque una disfunci¨®n entre lo anunciado y lo mostrado, entre la ficci¨®n del anuncio y la realidad del partido, puede provocar el efecto contrario al esperado. Si te est¨¢n contando que estamos ante la mejor Liga del mundo despu¨¦s de la NBA, con un mont¨®n de jugadores importantes, donde reina la igualdad y la pasi¨®n est¨¢ asegurada desde la primera jornada, y luego eso no se traduce en unos partidos que confirmen lo publicitado, pues todo lo trabajado en la venta se queda en nada.
Ser¨ªa una simpleza pensar que las victorias lo justifican todo. Para nada. Y sobre todo en los grandes mercados, donde las opciones de ocio son numerosas. No s¨®lo eso, sino que para conseguir ampliar el circulo de inter¨¦s, es decir, poder provocar su observaci¨®n no s¨®lo de forma local como ocurre en la actualidad, se necesita que el juego posea ciertas caracter¨ªsticas relacionadas con sus aspectos m¨¢s atractivos. Y aqu¨ª s¨ª que encontramos un problema de envergadura, pues el devenir de los ¨²ltimos a?os muestra una inclinaci¨®n indisimulada hacia un estilo industrial, donde la defensa de rompe y rasga no es un medio que desemboque en una r¨¢pida transici¨®n, sino un fin en s¨ª mismo. Los entrenadores juegan sus partidas de ajedrez y, ante la m¨¢s m¨ªnima duda, el control es la soluci¨®n. Por todo ello, ser¨ªa de agradecer un compromiso colectivo a favor de la b¨²squeda y apuesta por otras opciones m¨¢s agradecidas a primera vista y sin necesidad de saber distinguir entre defensas 2-1-2, 1-2-2 o 1-4 para lograr disfrutarlas. Dos preguntas para terminar al hilo de esta primera jornada ?Qu¨¦ resulta m¨¢s descorazonador, la derrota del Bar?a en Alicante o los 51 puntos que logr¨®? ?Por qu¨¦ estaba tan radiante la afici¨®n del Real Madrid al terminar el partido ante el Unicaja, por la victoria o porque hab¨ªan comprobado que las ideas de Joan Plaza prometen sacarles del aburrimiento sufrido anteriormente, a?o del t¨ªtulo de Liga incluido?
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