Guerra a¨¦rea sobre Alemania
"Cuando explot¨® la primera bomba, la onda explosiva arroj¨® a los ni?os muertos contra el muro. Se hab¨ªan asfixiado el d¨ªa anterior en un s¨®tano. Hab¨ªan depositado sus cuerpos en el cementerio porque sus padres combat¨ªan en el frente y hab¨ªa que buscar primero a las madres. S¨®lo hallaron una, pero yac¨ªa aplastada bajo los escombros. As¨ª era la represalia". El laconismo y la precisi¨®n despiadada de las im¨¢genes de esta novela no tienen parang¨®n en la literatura, en todo caso es comparable a los veinte primeros minutos de Salvando al soldado Ryan, de Steven Spielberg. Represalia recrea con verismo fotogr¨¢fico setenta minutos de un ataque a¨¦reo aliado en junio de 1944, focalizando minuto a minuto c¨®mo la tormenta de fuego, desatada por la ca¨ªda masiva de las bombas, funde y carboniza el asfalto, los coches, los cuerpos humanos.
REPRESALIA
Gert Ledig
Traducci¨®n de Rosa Pilar Blanco
Min¨²scula. Barcelona, 2006
232 p¨¢ginas. 16,50 euros
Escrita con el claro prop¨®sito de desanimar cualquier pretensi¨®n de idealizar la espantosa realidad de la guerra, la novela describe un escenario de juicio final -el t¨ªtulo alude a la respuesta de los aliados contra las devastaciones de la aviaci¨®n hitleriana-, en el que no se distinguen culpables e inocentes, sino s¨®lo artilugios de guerra m¨¢s o menos resistentes. "Quien todav¨ªa gem¨ªa, fue reducido al silencio. El que gritaba, lo hac¨ªa en vano. La t¨¦cnica aniquilaba a la t¨¦cnica. Doblaba postes, despedazaba maquinaria, abr¨ªa cr¨¢teres, derribaba muros. La vida era un simple despojo". Soldados y civiles, alemanes y americanos, todos son usados de pasto humano para alimentar la maquinaria infernal de la batalla, dirigida por militares decididos a ganarse una ¨²ltima condecoraci¨®n.
Gracias a su perfecto dominio de la t¨¦cnica del montaje, Gert Ledig logra una representaci¨®n simult¨¢nea del padecimiento de una treintena de personajes: un pelot¨®n de adolescentes, sacrificado por un nazi enloquecido que pretende responder a la lluvia de bombas con artiller¨ªa ligera; un aviador americano derribado, perdido en medio de la ciudad en llamas; una muchacha enterrada bajo metros de placas de cemento de un refugio antia¨¦reo con un desconocido que la viola; un matrimonio endomingado en espera de la muerte, jugando al bridge en el sal¨®n de su casa; el jefe del grupo de b¨²squeda, corriendo ansioso de capturar al aviador americano. Ledig ¨²nicamente va enhebrando hechos, se abstiene de los comentarios. Y es esta mirada desnuda, desilusionada, la parquedad de las frases, lo que otorga autenticidad al texto y le confiere su singular valor testimonial. Con su vocabulario elemental y su sintaxis sencilla, Represalia decididamente no est¨¢ a la altura est¨¦tica de la novel¨ªstica alemana de los a?os cincuenta, encabezada con obras como Palomas en la hierba, de Koeppen, o El tambor de hojalata, de Grass, pero constituye la ¨²nica novela que enfrenta al lector con el inimaginable espanto de la guerra de bombardeo, sin suavizar las consecuencias y sin explicaciones morales o metaf¨ªsicas.
Precisamente ¨¦sa fue la causa de su rechazo cuando Represalia se public¨®, en 1956. La cr¨ªtica calific¨® la segunda novela de Gert Ledig, que hab¨ªa sido celebrado como novel esperanzador el a?o anterior por ?rgano de Stalin -la descripci¨®n de dos d¨ªas y dos noches de la batalla de Stalingrado-, de "perversi¨®n repugnante" y "pintura de horror intencionadamente macabra". Los alemanes de los a?os del "milagro alem¨¢n" no soportaban recordar la cruda verdad de tanta muerte y destrucci¨®n. Despu¨¦s de lanzar un tercer relato de rechazo total de la guerra, enmudeci¨® como novelista. No lleg¨® a ver la reedici¨®n de su mejor trabajo; muri¨® antes de conocer la entusiasta acogida que dispensaron la cr¨ªtica y los lectores a Represalia, medio siglo despu¨¦s de su primera aparici¨®n.
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