M¨¢s cebollas, alg¨²n ajo
Hab¨ªa le¨ªdo un art¨ªculo reciente en estas mismas p¨¢ginas de Jordi Gracia en el que matizaba, comentaba, correg¨ªa comentarios o art¨ªculos de otras personas que hab¨ªan escrito sobre la memoria colectiva, as¨ª que esperaba que dijese algo sobre mi "raci¨®n de cebollas".
S¨¦ que es una autoridad en la materia y reivindicador de la figura de Dionisio Ridruejo, pues previo al trabajo de la ficci¨®n le¨ª alg¨²n que otro documento en hemeroteca y libros, entre ellos, alguno del profesor Gracia pero tambi¨¦n del propio Ridruejo. Y lamento que en su celo no haya tenido tiempo de leer mi art¨ªculo entero, pues hay un p¨¢rrafo completo donde le reconozco a Ridruejo ese car¨¢cter casi ¨²nico de, siendo uno de los responsables del fascismo espa?ol, reconocerlo como un error y esforzarse por decirlo a la sociedad. Le reconozco su idealismo, honradez y valor. Aunque tambi¨¦n se?alo que le falt¨® el reconocimiento de la culpa, algo que tiene un car¨¢cter vivencial profundo pero tambi¨¦n un sentido moral. No fue capaz de expresar el peso de la culpa, si la sent¨ªa, por, entre otras cosas, su decisivo papel en la creaci¨®n de la Divisi¨®n Azul, que integrada en el Ej¨¦rcito alem¨¢n particip¨® en el ataque a Rusia. Pues "Rusia era culpable", y ello llev¨® muerte a rusos y espa?oles. Con responsabilidades tan grandes me asombra un poco su autocr¨ªtica tan deportiva, donde no percibo pesar alguno.
Por otro lado, atendiendo a la indicaci¨®n del se?or Gracia, he vuelto a leer las Explicaciones de Ridruejo, previas a su libro Escrito en Espa?a, y me afirmo con m¨¢s convencimiento en esta idea.
Pero el se?or Gracia considera "extravagante" el traer la culpa a colaci¨®n, como nos la ha tra¨ªdo el se?or G¨¹nter Grass. Pero el tema de mi art¨ªculo no era Torrente o Ridruejo, quer¨ªa ser espec¨ªficamente la culpa. En Alemania ser¨ªa impensable trivializar el papel de la culpa en la formaci¨®n de la memoria y conciencia colectiva, aqu¨ª se nos dice que es extravagancia y puerilidad. Somos capaces de encontrar cualquier disculpa para evitar hablar de la culpa, somos as¨ª en este alegre pa¨ªs que no la conoce.
Lo ¨²nico que rectificar¨ªa del art¨ªculo publicado es la palabra "ego¨ªsta" que, debido a correcci¨®n celosa, perdi¨® la t de "egotista" con la que califiqu¨¦ a Ridruejo. Por lo dem¨¢s, uno agradece lo de la extravagancia, que significa vagar por fuera, andar por libre. Ya me gustar¨ªa.
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