Analfabetos en comunicaci¨®n
Es maestro. Da clases de tecnolog¨ªa a chavales de entre 12 y 14 a?os en el Instituto Balmes de Barcelona: "A los chicos, lo que m¨¢s les gusta son las pantallas". V¨ªdeo, televisi¨®n, ordenador, m¨®vil: las pantallas de todos los tama?os fascinan a los contempor¨¢neos. "Lo dif¨ªcil es explicarles ese milagro, lo que hay detr¨¢s. Una realidad desconocida y poderosa". Resume lo importante en los primeros 15 minutos, "luego cuesta mucho fijar la atenci¨®n; los chicos viven en la cultura del zapping". Pura pedagog¨ªa de maestro preocupado, desde hace mucho, por lo que llaman educaci¨®n en comunicaci¨®n (EC): "Ser analfabetos comunicativos deja a los ni?os y j¨®venes a merced del poder de las pantallas" y de quienes las llenan de contenidos.
En 2001, con un grupo de seis maestros y periodistas, forma Aula M¨¨dia, una iniciativa "para aprender a leer los medios de comunicaci¨®n, que se han constituido como ¨²nica columna de la conciencia colectiva en detrimento de la escuela". Hoy el proyecto, nacido en Barcelona, agrupa en una red -la Xarxa- a 2.700 personas de Catalu?a que pretenden que la educaci¨®n, desde la escuela primaria, prepare a los j¨®venes para saber seleccionar entre la enorme oferta de los muy divertidos, variados y omnipresentes profesores audiovisuales. El ?qui¨¦n educa? se convierte en ?qui¨¦n comunica? Es un juego de riesgo entre gigantes multimedia (las pantallas, los medios de comunicaci¨®n) y enanos comunicativos (la escuela). "Lo que la escuela construye en una semana, lo puede deshacer la televisi¨®n en una tarde", recuerda, "la frase es caricatura de una realidad con la que nos topamos todos los d¨ªas".
Barcelon¨¦s de Gr¨¤cia, de 49 a?os, hijo de una familia humilde que hizo el esfuerzo de llevarle a un colegio religioso y de pago -La Salle-, logr¨® una beca para licenciarse en Ingenier¨ªa T¨¦cnica. A los 18 a?os entr¨® de aprendiz en Hidroel¨¦ctrica de Catalu?a (luego FECSA y Endesa); pas¨® entre amperios, cables y alta tensi¨®n 14 a?os con un buen sueldo. "Quer¨ªa hacer algo m¨¢s, as¨ª que entr¨¦ como interino a ense?ar tecnolog¨ªa en secundaria. Me gustaba educar, hab¨ªa sido monitor de esplais". En 1992 gana la oposici¨®n a profesor titular. Hab¨ªa combinado esto con viajes por Europa y colaboraciones period¨ªsticas en revistas alternativas, ecologistas y libertarias. "Soy un periodista chusquero", se define. Hace un posgrado de realizaci¨®n de v¨ªdeo en la Universidad Polit¨¦cnica y un master en la Universidad Aut¨®noma sobre Educaci¨®n y Comunicaci¨®n: "Creo en la formaci¨®n permanente". As¨ª une su base tecnol¨®gica con la vocaci¨®n educativa y comunicativa.
Hoy dedica a la ense?anza media jornada y la otra media se zambulle en ese proyecto de educar en comunicaci¨®n que es Aula M¨¨dia. "Nos estrenamos divulgando en Internet (www.aulamedia.org) un estudio de la Fundaci¨®n Jaume Bofill. La sorpresa fue la enorme respuesta que tuvimos, y comenzamos a divulgar experiencias de educaci¨®n en comunicaci¨®n que comenzaban". Los diarios fueron pioneros, luego las radios: "Los j¨®venes que hac¨ªan diarios y programas de radio en los colegios ten¨ªan m¨¢s criterio y capacidad cr¨ªtica que los dem¨¢s". Se movieron, lanzaron un manifiesto memorable que firmaron m¨¢s de 40 instituciones -desde sindicatos de ense?anza hasta asociaciones de padres- pidiendo que la educaci¨®n en comunicaci¨®n se integrara en los planes de estudios. Las administraciones les atendieron amablemente: "Hoy sabemos que oyen pero no escuchan", dice, convencido de que el movimiento, como en otros pa¨ªses, es imparable.
En 2002, en un congreso en Sevilla, la Unesco sentencia que "la educaci¨®n en comunicaci¨®n forma parte de los derechos fundamentales de los ciudadanos en todos los pa¨ªses del mundo (...) y contribuye a establecer y mantener la democracia". La Uni¨®n Europea publica un libro con la misma idea. Y ellos se dedican a trabajar: divulgan, a trav¨¦s de una revista y varios suplementos en Internet, pero tambi¨¦n en DVD, recursos educativos; fomentan las experiencias entre educadores y medios de comunicaci¨®n, y forman al profesorado y a los padres. "Los padres son referencia para los hijos. El consumo racional de comunicaci¨®n no ha de sustituir experiencias vivas: es muy distinto para un ni?o tener amigos reales que amigos que salen en la tele o en los videojuegos. En Jap¨®n muchos chicos se encierran en sus casas con esos amigos virtuales...". Un tema enorme que tambi¨¦n se liga con el fracaso escolar y, desde luego, con la vida familiar. Sus m¨¦todos son directos: han logrado que los chavales hagan videoclips, informativos y spots de publicidad. "S¨®lo conociendo c¨®mo se trabaja en comunicaci¨®n pueden dejar atr¨¢s el analfabetismo y desarrollar esp¨ªritu cr¨ªtico". As¨ª est¨¢n las cosas. Un nuevo documento, con fecha de mayo pasado, las define con suma concreci¨®n.
m.riviere17@yahoo.es
PERFIL
Fue ingeniero t¨¦cnico, luego maestro y periodista. Hoy da clases de tecnolog¨ªa a chavales de 12 a 14 a?os y se dedica a sensibilizar a la sociedad sobre la educaci¨®n en comunicaci¨®n. "Somos analfabetos frente a las pantallas", dice. En 2001, con seis maestros y periodistas, crea Aula M¨¨dia. Hoy tienen detr¨¢s una red de 2.700 personas. La Unesco reconoce como un derecho la educaci¨®n en comunicaci¨®n: "El objetivo es hacer ciudadanos responsables y cr¨ªticos". El diagn¨®stico est¨¢ hecho: ahora se trata de c¨®mo moverse en la avalancha comunicativa.
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