La joven Duras y la verdad de su amante
Los diarios, escritos en su adolescencia por la autora francesa, revelan sus primeros amor
Cre¨ªamos que Marguerite Duras (Saig¨®n 1914-Par¨ªs 1996) lo hab¨ªa contado todo. De su infancia pobre y feliz en Indochina, de su adolescencia dram¨¢tica en el mismo pa¨ªs, de su dif¨ªcil juventud, de su compromiso pol¨ªtico, de sus amores. Unos cuadernos escritos entre 1943 y 1949 y que permanec¨ªan ocultos en un armario desde que el IMEC (Instituto Memorias de la Edici¨®n Contempor¨¢nea) los hered¨® en 1995, a la muerte de la escritora, vienen a completar lo que sab¨ªamos y, sobre todo, a cambiar el tono del relato.
Es la editorial POL la que publica las 446 p¨¢ginas bajo el t¨ªtulo Cahiers de la guerre et autre textes. Por ejemplo, para cualquier conocedor de la obra de Duras, la figura de la madre, tal y como aparece en la formidable Un dique contra el Pac¨ªfico, es la de una mujer que lucha contra el destino, una hero¨ªna desesperada que se enfrenta a las olas del oc¨¦ano como batalla contra la corrupci¨®n administrativa. Si recordamos El amante tambi¨¦n recordaremos la delicadeza del amante chino, su paciencia de hombre enamorado y el misterio de esa espera. El dolor nos pone ante el regreso, del campo de concentraci¨®n, de Robert Antelme, antrop¨®logo y escritor tambi¨¦n de un ¨²nico libro, La especie humana. En otros libros Duras nos pone en contacto con el mundo en el que ha vivido una vez acabada la II Guerra Mundial. Se trata de El marinero de Gibraltar o de Los caballitos de Tarquinia que evocan las vacaciones italianas de Duras con su esposo, su amante Dionys Mascolo y su amigo editor y escritor Elio Vittorini.
"Sent¨ª de golpe un contacto h¨²medo y fresco en mis labios. Me produjo repulsi¨®n"
Los cuadernos que aparecen ahora privan a la madre de esa grandeza de locura de tragedia griega y nos la muestran como una luchadora desequilibrada, como alguien que no soporta la menopausia, que tiene grandes dificultades para manejar hijos y criados, alguien que empuja a su hija a la prostituci¨®n para que su amante le pague, a ella tambi¨¦n, noches de copas en Saig¨®n, lejos de la ruinosa casa, que no se encuentra frente al Pac¨ªfico, sino ante el mar de China. "Mi madre fue para nosotros una vasta llanura por la que erramos mucho tiempo sin encontrar su dimensi¨®n" escribe Marguerite refiri¨¦ndose a su dif¨ªcil relaci¨®n entra la madre y sus hijos.
La verg¨¹enza de la pobreza, de ser una francesa colonizadora pobre, aparece en todas la notas de Duras. "Era la podredumbre de Raig¨®n" dice de ella misma, haci¨¦ndose eco de unos rumores que aseguran que "me acuesto con ind¨ªgenas". En ese momento "ten¨ªa 15 a?os y L¨¦o a¨²n no me hab¨ªa tocado". Va sola al cine y no tiene dinero para pagarse una butaca entre la colonia francesa. "Cuando llegu¨¦ las luces estaban prendidas. Era demasiado pronto, la sesi¨®n no hab¨ªa empezado. Al fondo de la platea hab¨ªa las tres hileras ocupadas por franceses. Tuve que cruzar todo el cine bajo la mirada de la platea. Sola. Nadie te acompa?aba cuando ibas a los asientos populares. No di ning¨²n paso atr¨¢s. La traves¨ªa de la sala por mi personaje se dio en medio del profundo silencio provocado por la aparici¨®n misma del personaje. Recuerdo que no recuerdo como camin¨¦. El mundo entero me miraba. Nunca hab¨ªa visto una blanca en aquellas hileras de sillas. Todo, sab¨ªa todo lo que pensaban y yo lo pensaba al mismo tiempo. Todo bailaba ante mis ojos y me sent¨ªa en un estado de irrealidad avanzada. Manten¨ªa una relaci¨®n estrecha con la verg¨¹enza. Era la verg¨¹enza en marcha. Simplemente, era rid¨ªcula".
La literatura, el poder relacionar ese momento de angustia con la construcci¨®n de una vida, dentro de la estructura de un relato, hab¨ªa dado otra dimensi¨®n a esa verg¨¹enza. Ella, la hero¨ªna de las novelas, lucha contra ella o es derrotada por la verg¨¹enza pero la trasciende, la sit¨²a en un contexto novelesco. En el fragmento la joven Marguerite se encuentra "sentada en una silla de mimbre, transpirando a mares, con el bolso en las rodillas" y se le hace interminable la espera hasta que se apagan las luces y la pel¨ªcula le permite escapar al mundo.
La madre le pega. El hermano mayor le pega a¨²n m¨¢s fuerte. "Cre¨ªa que mi hermano iba a matarme". ?l le lanza de cabeza contra un piano. Los golpes acaban por ponerla en los brazos de L¨¦o, el amante chino, en realidad anamita. Y mucho menos distinguido y bello que en la novela: "Sent¨ª de golpe un contacto h¨²medo y fresco en mis labios. La repulsi¨®n que me produjo es literalmente indescriptible. Empuj¨¦ a L¨¦o y escup¨ª. L¨¦o no sab¨ªa que hacer. Me hab¨ªa besado un feto, la fealdad hab¨ªa entrado en mi boca, hab¨ªa comulgado con el horror. Escup¨ª en el pa?uelo, escup¨ª sin parar, escup¨ª toda la noche y, al d¨ªa siguiente, al recordar, escup¨ªa de nuevo".
No todo remite a los a?os en Indochina. Duras tambi¨¦n opina de De Gaulle, y se indigna cuando este logra capitalizar para s¨ª el trabajo de la Resistencia, opina sobre literatura y manifiesta su admiraci¨®n por Rimbaud, Shakespeare, Dostoievski o Moli¨¨re y su aburrimiento ante madame de Sevign¨¦, Corneille o Racine. "Prefiero las obras hijas de la inspiraci¨®n que las que son fruto de la inteligencia humana. En realidad s¨®lo soy sensible a la inteligencia de los animales" dice y relaciona esa actitud con el da?o que le hac¨ªan los insultos -basura, guarra, ladilla-que le dispensaba su hermano y que ella estimaba merecidos.
Como sucede siempre en estos casos, id¨¦nticos a las exposiciones que nos muestra los esbozos m¨¢s o menos inspirados que luego han de convertirse en una tela inmortal, es obligado preguntarse sobre el inter¨¦s real de estos cuadernos. ?Nos permiten leer la obra de Duras bajo otra luz? ?El personaje cobra otra dimensi¨®n? El car¨¢cter abiertamente autobiogr¨¢fico de la creaci¨®n de Duras hace que los cuadernos tengan un valor especial, que se lean como parte integrante de un todo, como un cap¨ªtulo m¨¢s de un ¨²nico libro que engloba novelas, ensayos, teatro o cine. En cualquier caso, quedan m¨¢s de cuarenta cajas de notas pendientes de lectura y an¨¢lisis.
Babelia
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