Espa?a, fuera de los Juegos de Pek¨ªn

Espa?a no jugar¨¢ el Europeo sub 21 de 2007. Ni los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn 2008. Los malos tiempos que viven los chicos mayores se han contagiado a los m¨¢s j¨®venes como si el mal fuera hereditario. Espa?a ni siquiera brilla ahora en las categor¨ªas inferiores, campo habitualmente abonado a los ¨¦xitos. Ya no. Los sub 21 no acuden a un Europeo desde hace seis a?os y tampoco se clasificaron para los Juegos de Atenas. Los dos pr¨®ximos a?os ver¨¢n las grandes citas por la televisi¨®n. El desconcierto en la selecci¨®n se ha filtrado a la cantera, que ayer qued¨® despachada por Italia en terreno propio.

Los italianos han hecho fortuna de rechazar la pelota. ?Para qu¨¦ la quieren? Chiellini y Montolivo marcaron dos goles en los dos primeros tiros a puerta de los azzurri. Y ya se sabe, Italia es el equipo m¨¢s feliz del mundo cuando tiene carta blanca para aplicar el cerrojazo. El que orden¨® Casiraghi con el viento a favor fue de libro. Italia se atrincher¨® alrededor de su porter¨ªa y dej¨® a Espa?a d¨¢ndose cabezazos contra el muro. El equipo de S¨¢ez arranc¨® el partido de manera impecable, con el acelerador a fondo y el bal¨®n de una banda a otra. El dominio era total. Italia aguantaba con todos los pretorianos metidos en la cueva a la espera de probar suerte en el contragolpe. Apenas Pell¨¦ se manten¨ªa en punta. Las ¨®rdenes del ex juventino Casiraghi para el resto eran las de siempre: defender y correr.

Ra¨²l Garc¨ªa parec¨ªa un gigante en el centro del campo, Silva bailaba cerca de Kepa y el equipo rondaba el ¨¢rea de Curci. Toque, toque, toque... A Italia le quemaba el bal¨®n en las botas si lo manten¨ªa m¨¢s de un minuto. Pasado ese tiempo, lo echaban a volar unos cuantos metros. Ni siquiera los cerebros, Montolivo y Aquilani, se empe?aban en conservarlo. Lo suyo era otra cosa. La racaner¨ªa italiana se reforz¨® con el gol de Chiellini, una bendici¨®n para su equipo en forma de volea. Era su primera llegada hasta Moy¨¤. El tanto desconcert¨® tanto a Espa?a como reforz¨® la propuesta italiana, que dio el golpe de gracia en pleno mareo espa?ol con otro vole¨®n, esta vez de Montolivo. La defensa dej¨® una autopista libre a Palladino para el centro. Un pecado capital, porque Italia no perdona.

S¨¢ez jug¨® todas sus cartas al ataque. Soldado agit¨® a la defensa en lugar de Kepa, y Jurado entr¨® por Arizmendi. El gui¨®n se acentu¨® de forma descarada. Espa?a se volc¨®, Soldado caz¨® con precisi¨®n un centro de Gavil¨¢n y las distancias se acortaron. Dio igual. Italia segu¨ªa sin inmutarse, confiada en su maestr¨ªa innata para sacar oro de la nada. Plant¨® su trampa defensiva, mordi¨® los tobillos de los espa?oles y cont¨® con el gui?o del ¨¢rbitro, que racane¨® un penalti a Soldado. El partido, c¨®mo no, acab¨® en una peque?a t¨¢ngana. Por mucho que lo busc¨®, Espa?a estaba condenada, fuera de nuevo del Europeo y de los Juegos Ol¨ªmpicos, v¨ªctima del mal fario que persigue a la selecci¨®n.