Cuatro 'hiroshimas'
Little boy ten¨ªa una potencia de 15 kilotones y su explosi¨®n el 6 de agosto de 1945 termin¨® con la vida de 140.000 personas. Nunca una sola bomba hab¨ªa conseguido ni conseguir¨ªa nunca m¨¢s hasta hoy unos efectos tan letales. Fat man, la que cay¨® tres d¨ªas m¨¢s tarde sobre Nagasaki, con una potencia de 21 kilotones, produjo la mitad de v¨ªctimas mortales. La explosi¨®n anunciada el pasado lunes por las autoridades de Corea del Norte no alcanz¨® ni siquiera un kilot¨®n de potencia, a pesar de que se esperaba la detonaci¨®n de una bomba nuclear de cuatro kilotones. Ya se est¨¢ considerando muy seriamente la posibilidad de que haya sido una explosi¨®n fallida, o incluso un fraude destinado a blandir la amenaza nuclear s¨®lo con la detonaci¨®n de simples explosivos qu¨ªmicos. Del r¨¦gimen cruel y grotesco del Querido L¨ªder, Kim Jong-il, puede esperarse cualquier cosa.
Desde el 20 de marzo de 2003, d¨ªa en el que las tropas americanas entraron en Irak, hasta hoy, se han producido alrededor de 600.000 muertes violentas en el pa¨ªs ¨¢rabe, seg¨²n una encuesta elaborada por un equipo de investigadores norteamericanos e iraqu¨ªes que publica la revista m¨¦dica brit¨¢nica The Lancet. El n¨²mero de muertes puede ser todav¨ªa mayor, pues los m¨¢rgenes de error del estudio abren una horquilla entre unos 400 y 900 mil muertos. La guerra de Irak se sit¨²a as¨ª en las proporciones de v¨ªctimas mortales alcanzadas por los cinco a?os de guerra civil americana (1861-1865). Equivale tambi¨¦n a cuatro veces el holocausto de Hiroshima.
La encuesta corrige y mejora los m¨¦todos de otra anterior, realizada a finales de 2004, en la que se evaluaban en unos 100.000 los civiles muertos en Irak, la mayor parte como resultado de los bombardeos americanos. La primera encuesta de la prestigiosa revista m¨¦dica fue duramente criticada, pero sus autores aseguran que el m¨¦todo ahora utilizado se ajusta plenamente a lo usual en las cat¨¢strofes y hambrunas. Las cuentas ofrecidas por Estados Unidos hasta diciembre pasado eran de 30.000 civiles fallecidos, 20 veces menos que la cifra de Lancet. El portal de Internet iraqbodycount.org, que s¨®lo recoge los datos de fallecidos por muerte violenta publicados por medios de comunicaci¨®n, se halla ya cerca de la cifra de 50.000, todav¨ªa muy lejos del balance ahora conocido.
Las cifras escalofriantes de Hiroshima y Nagasaki cerraron la guerra mundial en el Pac¨ªfico. Se intent¨® justificar aquella matanza de civiles inocentes mediante los beneficios de la paz. El argumento no sirve todav¨ªa para la guerra de Irak, con sus cuatro hiroshimas, puesto que no ha terminado, no tiene visos de terminar y no se sabe de nadie que conozca el camino que conduce a su final. Los muertos civiles de esta guerra tienen su origen, en una primera y ya muy sangrienta etapa, en los bombardeos americanos; y luego en los atentados terroristas mediante coches bomba, y en los ataques y enfrentamientos sectarios, incluida la actividad de escuadrones de la muerte formados por polic¨ªas y militares de las comunidades enfrentadas. Los secuestros, las desapariciones y el funcionamiento de checas y c¨¢rceles privadas son el pan de cada d¨ªa. Constantemente aparecen montones de cad¨¢veres de personas asesinadas despu¨¦s de haber sido torturadas: 110 cuerpos han sido localizados en Bagdad en estas condiciones desde este lunes. En Irak no rige ley alguna ni nadie impone el orden, si no es en las ¨¢reas estrechamente vigiladas de las bases americanas y brit¨¢nicas y de las zonas gubernamentales. La guerra civil cabalga alegremente por todo el resto del territorio iraqu¨ª, por m¨¢s que moleste esta expresi¨®n a la propaganda del Gobierno americano.
Toda esta matanza interminable no ha servido para introducir la democracia en Irak y en la zona. Tampoco para cortocircuitar el terrorismo. Menos todav¨ªa para evitar la proliferaci¨®n de las armas de destrucci¨®n masiva que Sadam Husein no ten¨ªa. Sus efectos han sido los contrarios: no hay democracia en la regi¨®n y ya se ha visto que queda de la que hay en L¨ªbano y en Palestina. Irak es una enorme f¨¢brica del terrorismo mundial. Y los estados gamberros se proveen de armas de destrucci¨®n masiva para evitar que Bush haga con ellos lo que hizo con Sadam Husein. Toda Asia sabe muy bien el peligro real que entra?a la prueba nuclear de Pyongyang. Pero mientras arda Irak, la bombita del Querido L¨ªder es el dedo que mira el tonto cuando le se?alan la luna.
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