Instant¨¢neas de la Espa?a de hoy
1. C¨®mo paliar los efectos de la sequ¨ªa. Cuentan de Brigitte Bardot que, durante su estancia en Almer¨ªa -en un apartamento hoy demolido al pie de la Alcazaba y con vistas al tercermundismo ex¨®tico de La Chanca- orden¨® que le llenaran la ba?era con agua mineral: la del grifo no conven¨ªa a la delicada exquisitez de su organismo. La ocurrencia de la actriz, juzgada entonces caprichosa, resulta hoy muy ¨²til de cara a la alarmante escasez de recursos acu¨ªferos que afecta a los bloques de viviendas de lujo y resorts-golf de Alhama de Murcia, Cabo de Cope y La Manga, dise?ados como es sabido por urbanizadoras ecologistas y aprobados por los municipios de dichas localidades gracias a los buenos resortes de las primeras con los muy desinteresados ¨¦mulos del se?or Zaplana.
?Por qu¨¦ no regar el c¨¦sped de los nueve hoyos -?y qui¨¦n sabe si llenar las piscinas!- con agua embotellada? Ello aliviar¨ªa los problemas creados por el exiguo nivel de los embalses de la cuenca hidrogr¨¢fica del Segura y pondr¨ªa una nota de refinamiento en las ofertas de promoci¨®n de nuestros ecourbanistas a sus distinguidos clientes.
2. Consejos para futuros pol¨ªticos que se quieran forrar. Negarse en redondo a asistir, desde la ni?ez, a las clases de lengua. Huir como de la peste de los gram¨¢ticos y sus lecciones de sintaxis, coordinador de frases, conjugaci¨®n de verbos. Su aprendizaje podr¨ªa ser fatal para sus intereses y frustrar sus aspiraciones a una carrera brillante como la de los ediles del Ayuntamiento marbell¨ª. En vez de perder el tiempo con tales sandeces, memorizar las conversaciones grabadas en el curso de la Operaci¨®n Malaya: "...Yo, si no cobramos, no hago papeles para nadie, lo siento, lo siento. No. Y a ¨¦ste se lo he dicho, mira se lo he repetido como trescientas veces. Digo no Miguel, que s¨ª que s¨ª, digo mira, important¨ªsimo, pero ?t¨² has visto lo que hay aqu¨ª? Digo s¨ª, s¨ª, s¨ª, digo divinamente, lo he visto divinamente y digo, y m¨¢s cuando me mand¨¦is la documentaci¨®n", etc¨¦tera.
Las facultades de Ciencias Empresariales han tomado buena nota de esas grabaciones y las difunden en sus clases. ?Esto es ser Bachelor in Business Administration, se?or m¨ªo! ?Esto, y un poquillo de olfato! ?Raz¨®n ten¨ªa Erasmo cuando hablaba de la locura de los gram¨¢ticos y otra gente de su rahez!
3. ?ltimas ramificaciones de la trama. En uno de sus paseos cotidianos por las playas de Castell¨®n descubri¨® junto a la piscina de Pedro Jota una botella de aspecto sospechoso cuya etiqueta le conturb¨®. El ex Polic¨ªa Cient¨ªfico que le acompa?aba procedi¨® de inmediato a examinarla y certific¨® que su contenido se correspond¨ªa al marbete, un tanto sucio y descolorido por efecto de la intemperie. ?Se trataba nada menos que de ¨¢cido b¨®rico! ?El explosivo?, pregunt¨®. Bueno, uno de los posibles ingredientes del explosivo, dijo el ex Polic¨ªa Cient¨ªfico, salido voluntariamente del Cuerpo por su desacuerdo con las conclusiones apresuradas de sus compa?eros. ?O te crees el cuento de que s¨®lo sirve para matar cucarachas? ?Como si no supi¨¦ramos que a esa gente le importa un comino el aseo!
El manantial informativo de la botella desemboc¨® como un r¨ªo en un mar de hip¨®tesis. ?Qui¨¦n la hab¨ªa dejado all¨ª? ?Obedec¨ªa ello a un compl¨® destinado a implicar a Pedro Jota en la oscura trama etarroislamista autora de los atentados del 11-M para interferir en el proceso electoral y provocar la ca¨ªda del Gobierno? ?O era indicio de un plan oculto cuyo objetivo cifraba en enturbiar las investigaciones en curso? Las conjeturas bailaban en sus cabezas cuando, de vuelta al pueblo, divisaron a un barbudo ensimismado al parecer en especulaciones teol¨®gicas, quiz¨¢ yihadistas. Le fotografiaron discretamente con sus telefonitos mientras se perd¨ªa a lo lejos, camino de la piscina de Pedro Jota. Empezaban a atar cabos, a calcular las ramificaciones de la pen¨²ltima conspiraci¨®n para encubrir la verdad de lo acaecido.
El ex Polic¨ªa Cient¨ªfico se frotaba las manos. ?Vaya notici¨®n! ?A qui¨¦n se lo vender¨ªan m¨¢s caro? Barajaban nombres de peri¨®dicos de difusi¨®n nacional, pero cambiaron la idea. ?Necesitaban un ¨¢mbito de proyecci¨®n mucho m¨¢s vasto, condigno a la importancia de la nueva pista! ?Aquel islamista barbudo no era un inmigrante moro cualquiera! ?Su camis¨®n y sus andares apuntaban a Oriente Pr¨®ximo, qui¨¦n sabe si Afganist¨¢n!
En el caf¨¦ donde se repon¨ªan de sus emociones con sendos carajillos, recibieron la visita del Testigo Protegido. No del confidente asturiano, sino de un colega suyo que informaba tambi¨¦n sobre los etarras y frecuentaba los locutorios de Lavapi¨¦s. La zona costera contigua a la piscina de Pedro Jota, dijo, era punto de cita de gentuza de toda laya. Unos hablaban eusquera y otros urdu. Se intercambiaban papeles y papelinas. Les hab¨ªan grabado sus llamadas telef¨®nicas a distintos lugares del mundo, pero la investigaci¨®n estaba en sus comienzos y no quer¨ªan despertar su recelo y ponerles en fuga. Se aventuraban con cautela por aquel campo sembrado de minas altamente explosivas, cuando su amigo el Perito confirm¨® sus sospechas. ?Todos llevaban all¨ª botellas de ¨¢cido b¨®rico so pretexto de limpiar la piscina, pero sus intenciones eran m¨¢s aviesas! ?Quer¨ªan implicar a personalidades del mundo pol¨ªtico y vender el producto al mejor postor! De mutuo acuerdo, redactaron a ocho manos un informe sobre el caso y lo enviaron en sobre lacrado a la CNN y a los miembros fiables del Consejo General del Poder Judicial.
escitor.
Juan Goytisolo es
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