Nada de ideolog¨ªa, si us plau
"La nostra just¨ªcia". El gran cartel que presidi¨® ayer la reuni¨®n de Artur Mas con jueces, fiscales, notarios, abogados y registradores, en un hotel de Barcelona, bien pod¨ªa dar impresi¨®n, incluso un poco de susto, a cualquier observador ligeramente despistado que entrara en el sal¨®n. Se supone que la justicia debe ser cualquier cosa menos propiedad de un partido y, seguramente, Converg¨¨ncia i Uni¨® no pretend¨ªa decir que era suya, sino, quiz¨¢s, que tiene un modelo propio de justicia para Catalu?a. El cartel, desde luego, no reflejaba mucho esos matices, pero tambi¨¦n es verdad que a la hora de los discursos Mas habl¨® casi de todo menos de la justicia, suya o ajena. Faltan cuatro d¨ªas de campa?a y ya no se trata de convencer a nadie con ofertas program¨¢ticas sino de apelar a las cosas del coraz¨®n. Miquel Roca, que acompa?¨® al candidato, junto con N¨²ria de Gispert (ella fue la ¨²nica que habl¨® del tema objeto de la reuni¨®n) lo dej¨® bastante claro: "No se trata de que vayan a votar con el carn¨¦ de procurador en la mano, sino con el de identidad". "Otro d¨ªa hablaremos de justicia", reconoci¨® sin empacho Roca, "hoy de lo que se trata es de pedirles que voten para que se haga justicia a Catalu?a".
Mas sigui¨® por la misma senda. Hace ya algunos d¨ªas que el candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat ha abandonado la explicaci¨®n de su programa para centrarse en una ¨²nica idea "salvadora": estas no son unas elecciones en las que cuenten los idearios o los credos. El candidato de CiU est¨¢ claramente empe?ado en quitar toda carga ideol¨®gica a la convocatoria y en llevarla al campo en el que cree que su oferta es m¨¢s segura: eficacia y estabilidad, frente a la inseguridad de un nuevo tripartito. Quiz¨¢s por eso Mas huye como de la peste de la pregunta de si puede llegar a gobernar en coalici¨®n con ERC, el partido que la mayor¨ªa de los electores identifica como el gran productor de l¨ªos y crisis en los ¨²ltimos tres a?os. A los abogados y notarios presentes en la sala esa idea seguramente les producir¨ªa escalofr¨ªos.
Excepci¨®n hecha de los incidentes que se registraron en los primeros d¨ªas en algunos actos del PP, se puede decir que la campa?a catalana esta siendo muy tranquila. Quiz¨¢s por eso resulta todav¨ªa m¨¢s sorprendente la man¨ªa de las autoridades de prohibir todo tipo de manifestaciones, como si la capital catalana fuera una olla a punto de explotar, en lugar de la amable ciudad que perciben estos d¨ªas todos los dem¨¢s. Primero fue la ins¨®lita suspensi¨®n de una cumbre europea de la vivienda por miedo a un pu?ado de okupas y antiglobalizadores; ahora la prohibici¨®n de que se manifiesten estudiantes y mossos d'esquadra, como si el hecho de que hubiera elecciones impidiera que nadie m¨¢s abriera la boca o tuviera alguna reivindicaci¨®n que defender. Parece que las ansias de quietud y de silencio proceden de la Junta Electoral Provincial y de su presidente, el titular de la Audiencia de Barcelona, Jos¨¦ Luis Barrera, empe?ado en evitarse el menor problema a base de prohibirlo todo por anticipado (en Girona y en Tarragona las manifestaciones fueron legales).
Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a ha ratificado -adem¨¢s de los dos pronunciamientos citados- tambi¨¦n la decisi¨®n de la Junta de prohibir una manifestaci¨®n de SOS Racisme para el pr¨®ximo domingo, a favor del derecho de voto de los inmigrantes. Curiosamente quienes m¨¢s han protestado han sido los candidatos del PP y de ICV. Los de Converg¨¨ncia no dicen nada, quiz¨¢s porque las propuestas de su l¨ªder, Artur Mas, sobre el tema de la inmigraci¨®n se han convertido en las m¨¢s pol¨¦micas de la campa?a.
La idea de que los inmigrantes puedan obtener m¨¢s f¨¢cilmente el permiso de residencia (nueva competencia de la Generalitat seg¨²n el nuevo Estatuto) si demuestran su inter¨¦s por la lengua y costumbres catalanas, provoca el entusiasmo m¨¢s o menos soterrado de sus militantes nacionalistas, pero tambi¨¦n la preocupaci¨®n de otros sectores sociales, que ya se han declarado dispuestos a combatir lo que denominan el "carn¨¦ por puntos" del inmigrante. Nadie entiende muy bien en esos ¨¢mbitos por qu¨¦ el PSC se mueve con tanta discreci¨®n en este asunto y no ha buscado un enfrentamiento m¨¢s directo con los convergentes.
Quiz¨¢s todo se deba a que la campa?a de los socialistas discurre disciplinada y tozuda, pero con una cierta sordina y falta de un toque de alegr¨ªa. El candidato, Jos¨¦ Montilla, tiene fama de serio y poco dado a fantas¨ªas, pero no se puede decir que su campa?a y sus asesores equilibren esas caracter¨ªsticas con un poco de chispa. M¨¢s bien parece que son ellos quienes se han contagiado algo de ese tono sosegado y poco mitinero de su dirigente. Menos mal, reconocen en la sede el PSC, que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero trae siempre algo m¨¢s de "marcha" y que todav¨ªa tiene previstas dos intervenciones. Una, ma?ana, en Tarragona. solg@elpais.es
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