Viaje al centro de la rebeli¨®n de Oaxaca
L¨ªderes de la revuelta son acusados de tener v¨ªnculos con grupos armados de la regi¨®n de Loxicha
La lista de agravios de Oaxaca es interminable. De los 50 municipios que la ONU considera m¨¢s pobres de M¨¦xico, 21 pertenecen a este Estado en conflicto permanente desde hace cinco meses. "El 40% de los municipios m¨¢s rezagados del pa¨ªs est¨¢n en Oaxaca", reconoce el propio gobernador, Ulises Ruiz, enemigo n¨²mero uno de los protagonistas de la revuelta. La regi¨®n de Loxicha, en la Sierra Madre Sur, concentra buena parte de los males de uno de los Estados m¨¢s olvidados por el Gobierno federal. Pero no por el Ej¨¦rcito, que mantiene en aquellas tierras tres bases de operaciones desde la aparici¨®n en 1996 del Ej¨¦rcito Popular Revolucionario (EPR), una organizaci¨®n guerrillera de la que poco se sabe pero que ya es leyenda en Oaxaca.
Las autoridades creen que Loxicha es un basti¨®n del Ej¨¦rcito Popular Revolucionario
"Marginaci¨®n y olvido se juntan con la impunidad y la corrupci¨®n desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas". As¨ª describe el panorama oaxaque?o el padre Wilfredo Mayren, que particip¨® en los fracasados intentos de mediaci¨®n en el conflicto y buen conocedor de las profundidades de este Estado mexicano. M¨¢s all¨¢ de las reclamaciones de los maestros, los problemas de Oaxaca tienen ra¨ªces profundas que fueron ignoradas sistem¨¢ticamente por el PRI, el ¨²nico partido que ha gobernado en el Estado durante m¨¢s de 70 a?os.
Loxicha era el 28 de agosto de 1996 una de las regiones m¨¢s marginadas de M¨¦xico, con una poblaci¨®n de 35.000 ind¨ªgenas zapotecos. Aquella noche un grupo armado atac¨® la base militar de la Sexta Regi¨®n Naval en Huatulco, en la costa del Pac¨ªfico. Hubo 12 muertos, entre marinos, polic¨ªas y guerrilleros. Fue la tarjeta de presentaci¨®n en Oaxaca del EPR, que por aquellas fechas trat¨® de llamar la atenci¨®n en otros Estados, como Guerrero, Veracruz y Chiapas, y en el Distrito Federal.
En septiembre, el Ej¨¦rcito ocup¨® varias comunidades de Loxicha y estableci¨® tres bases de operaciones mixtas en las cabeceras municipales de San Agust¨ªn, Magdalena y La Sirena. La ola represiva provoc¨® m¨¢s de 500 detenidos, la mayor¨ªa campesinos ind¨ªgenas, de los que 160 fueron procesados y encarcelados, seg¨²n cifras del abogado Israel Ochoa, que asumi¨® la defensa de un buen n¨²mero de los acusados. "Muchos fueron puestos en libertad despu¨¦s de haber sido torturados". Los 12 presos que quedan cumplen condenas de hasta 31 a?os por delitos de traici¨®n a la patria, sabotaje y homicidio, entre otros.
Los camiones militares siguen patrullando por las escarpadas pistas de la Sierra Madre Sur. En Magdalena Loxicha, municipio de 500 habitantes junto al r¨ªo del mismo nombre, viven los hermanos Juan y Vicente, quienes fueron detenidos en los peores a?os de la represi¨®n, acusados de pertenecer al EPR. "Me preguntaban qui¨¦n politizaba a la gente y me ense?aban fotos de los compa?eros que participaban en marchas. ?A qui¨¦n conoces?", explica Juan, que fue detenido un mes despu¨¦s del ataque del EPR a la base naval. Era el l¨ªder municipal de Magdalena, elegido en asamblea comunitaria, seg¨²n los usos y costumbres de los pueblos originarios.
Vicente dice que los habitantes de Loxicha siguen siendo sospechosos para el Ej¨¦rcito. "Ahora nos respetan, pero nos vigilan". Atribuye la ola represiva en estos parajes remotos no a la existencia del EPR -"nunca detuvieron a alguien con un arma en la mano"-, sino al crecimiento de la Organizaci¨®n de los Pueblos Ind¨ªgenas Zapotecos (OPIZ), que el Gobierno considera precursora del EPR. "El Gobierno se preocup¨® porque tumb¨¢bamos a los caciques que nombraban a los presidentes municipales y eleg¨ªamos a nuestros representantes", replica Vicente.
La pista que llega hasta Magdalena fue construida por el Ej¨¦rcito despu¨¦s de instalar su base. Antes hab¨ªa que hacer el camino a lomos de mula. "Abrieron la pista para el paso de los veh¨ªculos militares", dicen los vecinos, que enumeran algunas de las carencias de Loxicha: asistencia m¨¦dica, aulas, energ¨ªa el¨¦ctrica, agua canalizada, programas para adultos.
Donaciano Valencia, Chano, 64 a?os, maestro de educaci¨®n ind¨ªgena, fue presidente municipal de San Agust¨ªn Loxicha a finales de los 80. Fue detenido en abril de 1997, acusado de conspiraci¨®n y rebeli¨®n. Pas¨® tres a?os y siete meses en prisi¨®n. "Todo fue fabricado. Un testigo falso, un pobre hombre que compraron por cuatro pesos, firm¨® una declaraci¨®n en mi contra". Explica que relacionaron el ataque en Huatulco con el movimiento ind¨ªgena de Loxicha y que uno a uno fueron cayendo los dirigentes de OPIZ. "Para ellos, todos ¨¦ramos comandantes guerrilleros", dice Chano, que hoy es miembro de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). "Queremos recuperar lo bueno que tuvo la organizaci¨®n en Loxicha para la APPO", se?ala.
El caso Loxicha dej¨® un estigma hacia los habitantes de aquella regi¨®n, dice el abogado Israel Ochoa. "Algo as¨ª como lo que sucedi¨® con Ayacucho en Per¨² a ra¨ªz de la guerra desatada por Sendero Luminoso". Las autoridades est¨¢n convencidas de que Loxicha era un basti¨®n del EPR, y han lanzado campa?as de intimidaci¨®n.
Las c¨¦lulas del EPR se disgregaron y guardaron las armas, que asoman ahora. La APPO puede ser una de las secuelas de aquel conflicto. Algunos l¨ªderes de la APPO han sido acusados de vinculaciones con grupos armados, pero hasta la fecha nadie ha aportado prueba alguna.
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