"Rubial cicatrizaba las heridas pol¨ªticas por su amor al partido"
El franquismo le consider¨® el m¨¦dico de los "rojos-separatistas" y ten¨ªa raz¨®n. Porque Pedro L¨®pez Merino tuvo entre sus pacientes a personajes tan representativos de la lucha contra la dictadura como el presidente socialista Ram¨®n Rubial; el jelkide Juan de Ajuriaguerra; el comunista Ram¨®n Ormazabal, o los sindicalistas David Mor¨ªn y Tom¨¢s Tueros. Junto a los ginec¨®logos Andoni Abando y Jos¨¦ Mar¨ªa Errazti y el pediatra Carlos Fuertes, form¨® un grupo de atenci¨®n a las familias de los presos pol¨ªticos que, por serlo, quedaban fuera del amparo de la Seguridad Social.
Eran tiempos dif¨ªciles que le forjaron una f¨¦rrea amistad con Rubial, de quien se conmemora ahora el centenario de su nacimiento. "Era un hombre extraordinario, que conoci¨® y convivi¨® con personajes m¨ªticos del socialismo como Facundo Perezaguas, Tom¨¢s Meabe, Indalecio Prieto y Luis Araquistain. Cuando iba a visitarle como m¨¦dico, la consulta facultativa apenas duraba una hora, pero la conversaci¨®n pol¨ªtica pod¨ªa sobrepasar las tres horas, f¨¢cilmente", recuerda L¨®pez Merino. En esas charlas, el l¨ªder socialista le hizo part¨ªcipe de confidencias y sus dolencias pol¨ªticas. "Le doli¨® cuando los diputados de UGT en el Congreso votaron contra los Presupuestos del primer gobierno socialista por significar la ruptura entre el partido y el sindicato y el distanciamiento entre Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra".
"A pesar de no tener puesto org¨¢nico en el partido, me propon¨ªan para cargos p¨²blicos"
"Juan de Ajuriaguerra me dijo que siempre dejaba puentes en las negociaciones"
Seg¨²n L¨®pez Merino, todas estas heridas pol¨ªticas, como las derivadas de sus muchos a?os de c¨¢rcel, "las cicatrizaba por su amor al partido". "Los avatares por los que pas¨® no mermaron su fortaleza f¨ªsica. No le quitaron el apetito de una buena cazuela de alubias en la Sabina, de La Arboleda, ni la sed para ir a tomar txikitos mientras se hablaba de pol¨ªtica". La pol¨ªtica fue lo que le dio fuerzas a Rubial para continuar hasta en los momentos m¨¢s dolorosos de su existencia. "Uno de sus cumplea?os coincidi¨® con dos noticias de signo contrapuesto: la primera victoria del PSOE en las elecciones generales y el dictamen de que su esposa sufr¨ªa un c¨¢ncer de mama", detalla L¨®pez Merino. Su mujer, Emilia, falleci¨® poco despu¨¦s. Rubial asumi¨® el hecho con gran entereza y a¨²n tuvo un gesto de humor cuando se present¨® en el funeral Felipe Gonz¨¢lez, ya Presidente del Gobierno. Su exclamaci¨®n, al verle, fue: '?Co?o, el moro!".
L¨®pez Merino pone especial ¨¦nfasis al recordar el pragmatismo pol¨ªtico que caracterizaba a aquellos dirigentes de los partidos que luchaban contra el franquismo. M¨¦dico del nacionalista, Juan de Ajuriaguerra, en una ocasi¨®n le hizo ver lo duro que era como negociador. "Ajuriaguerra me respondi¨® que siempre dejaba puentes".
Las relaciones de este m¨¦dico bilba¨ªno con los nacionalistas siempre han sido exquisitas, a pesar de las diferencias ideol¨®gicas. Y cuenta el estrecho contacto que mantuvo con quien fuera vicepresidente del Gobierno Vasco en el exilio, Joseba Rezola, durante la m¨ªtica huelga de Bandas. "Consideramos que para vencer en aquella huelga era necesario contar con informaci¨®n desde dentro de la direcci¨®n", rememora L¨®pez Merino. "Conseguimos introducir un topo y, as¨ª, darles a conocer a los obreros, con antelaci¨®n, sobre los pasos que iba a dar la direcci¨®n de la empresa en temas como la tra¨ªda de esquiroles para reventar la huelga. En todo ello nos ayud¨® much¨ªsimo Jos¨¦ Rezola, que estaba casado con una amiga de mi madre". Nunca ha descubierto la identidad de aquel topo que, cada anochecer, se reun¨ªa con ellos en la Residencia de los Jesuitas, en Bilbao.
A pesar de todo, s¨®lo fue detenido en un par de ocasiones: por participar en una asamblea obrera y como presidente de la asociaci¨®n cultural El Desv¨¢n. Sin embargo, visit¨® las prisiones m¨¢s veces en su calidad de m¨¦dico, para asistir a otros detenidos como el profesor marxista Pepe Rodr¨ªguez o el presidente del Partido Comunista de Euskadi, Ram¨®n Ormazabal, a quien consigui¨® librar de ser detenido ingres¨¢ndolo como enfermo en una cl¨ªnica bilba¨ªna.
L¨®pez Merino ha sido concejal del Ayuntamiento de Bilbao, diputado foral y miembro de las Juntas Generales de Bizkaia, por el PSE. "Y resulta curioso que, a pesar de no haber tenido nunca un puesto org¨¢nico en el partido, me propon¨ªan para esos cargos p¨²blicos", reconoce. Actualmente, participa como miembro del Instituto Tutelar de Vizcaya, a propuesta del ex diputado general de Vizcaya Josu Bergara, con la ratificaci¨®n posterior de su sucesor al frente de la Diputaci¨®n de Vicaya, Jos¨¦ Luis Bilbao.
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