Una visi¨®n parcial
He le¨ªdo en el peri¨®dico del 30 de octubre de 2006, en su p¨¢gina 45, un art¨ªculo titulado Uno de los nuestros... y firmado por D. Miguel Delibes de Castro y otros prestigiosos profesores del CSIC, as¨ª como algunos catedr¨¢ticos de la Universidad Complutense de Madrid y de Sevilla, donde se hacen una serie de consideraciones sobre problemas -entre otros, endogamia- que afectan a algunos centros y profesores de las Universidades Complutense y Polit¨¦cnica de Madrid. No conozco los casos que se plantean, pero me preocupa la generalizaci¨®n, que tambi¨¦n aparece en el art¨ªculo de la p¨¢gina 44, titulado Hoy por ti, ma?ana por m¨ª. Estos casos, cuando existen, son absolutamente condenables, pero no son ni mayoritarios ni habituales.
Lo que me sorprende es la falta de rigor, impropia de su peri¨®dico, al ilustrar el texto de la p¨¢gina 45 con una foto del campus de Colmenarejo de la Universidad Carlos III de Madrid, que no es afectada por los hechos que se narran en ambos art¨ªculos y que carece, adem¨¢s, de las ¨¢reas de conocimientos referidas. No me parece buena pol¨ªtica informativa generalizar los casos concretos. La Universidad espa?ola est¨¢ formada por miles de profesores honrados, competentes y dedicados a su labor docente e investigadora, que no merecen ser tratados as¨ª. Los esc¨¢ndalos, que naturalmente los hay como en todas las profesiones, no pueden ser universalizados.
Es verdad que la libertad de cr¨ªtica y la de informaci¨®n son sagradas, pero existen otros muchos problemas universitarios sobre los que podr¨ªan tambi¨¦n interesarse y sobre los que habitualmente no informan: el progreso indudable de la investigaci¨®n en la Universidad espa?ola; la docencia, que se adapta al nuevo modelo europeo; los medios escasos con que contamos; los intentos de las comunidades aut¨®nomas, como la de Madrid, por disminuir la autonom¨ªa universitaria; y no ser¨ªa tampoco absurdo que dedicaran su atenci¨®n a la situaci¨®n de las universidades privadas. Y merecen la misma atenci¨®n las escasas remuneraciones de los profesores, que son los ¨²nicos funcionarios que necesitan el t¨ªtulo de doctor para ejercer la profesi¨®n y que son permanentemente evaluados por un organismo externo e independiente, caso absolutamente excepcional entre los funcionarios -cualquier comparaci¨®n con profesionales del mismo nivel ser¨ªa muy aparatosa en perjuicio de los profesores-.
Quiero, en fin, protestar por la desconsideraci¨®n y por la visi¨®n parcial que dan ustedes de la Universidad p¨²blica en Espa?a.
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