"He quitado machismo al bolero"
Martirio ten¨ªa ganas de grabar un disco de esos que se pueden cantar sobre la almohada. Y para ello necesitaba empaparse de boleros. Buscaba un repertorio que no fuera conocido y que la historia tuviera una continuidad. En busca de repertorio parti¨® de la fascinaci¨®n por la cubana Marta Vald¨¦s y la manera en que el jazz modific¨® las armon¨ªas y las melod¨ªas de este g¨¦nero, en los a?os cincuenta, y en el camino se encontr¨® con Y entonces, uno de los primeros boleros feministas, compuesto por la puertorrique?a Silvia Rexach.
"El bolero es como un espejo donde se reflejan los sentimientos m¨¢s ¨ªntimos", asegura la cantante, que pas¨® muchos meses contestando correos electr¨®nicos y descolgando el tel¨¦fono para elegir, junto con el m¨²sico Nat Chediak -uno de los productores del disco junto con Fernando Trueba-, el repertorio que deb¨ªa incluir Primavera en Nueva York, su nuevo trabajo, editado por Calle 54 y en el que se incluyen 12 "baladas universales" a trav¨¦s de las cuales recorre una docena de etapas sentimentales.
El ¨¢lbum empieza y termina con el amor. Ha excluido deliberadamente el rencor por tratarse de un sentimiento que imposibilita si no se borra que uno pueda "volver a enamorarse". El resultado final podr¨ªa definirse como un "tratado de amorolog¨ªa", un disco para "escuchar con velas y camis¨®n de seda".
El deje inconfundible de su voz, que Martirio mantiene cuando interpreta lo mismo tangos que coplas, se torna a¨²n m¨¢s suave cuando se la escucha en este cuidado trabajo, cantando cosas tan rotundas como "ese sentimiento que va m¨¢s all¨¢ y que todo lo puede", "te advierto que es dif¨ªcil y muy lento ese proceso de olvidar" o "tu recuerdo es el da?o m¨¢s fuerte que me hago yo misma".
Se trata, dice, del disco que m¨¢s ha cantado frente a frente, huyendo de todo lo que fuera superficial. "Mi voz es m¨¢s desnuda y sincera que nunca", a?ade. "Eso s¨ª, he tratado de quitarle el machismo que pod¨ªa tener el bolero, por eso no lo canto con despecho. Las mujeres ahora podemos decir las cosas tranquilamente. Tengo independencia y libertad para dejar, para irme y reconocer mi parte de culpa en una ruptura".
Si seleccionar el repertorio fue un proceso arduo, la grabaci¨®n de Primavera en Nueva York se convirti¨® en un paseo. Alejada de sus m¨²sicos habituales y sin los palos del flamenco o de la canci¨®n espa?ola, en la que se mueve con soltura, la cantante aterriz¨® en la ciudad de los rascacielos con sensaci¨®n de v¨¦rtigo, pero enseguida se sinti¨® arropada.
De los m¨²sicos que participan en el disco conoc¨ªa a Paquito D'Rivera y a George Mraz, pero "fue un placer" compartir estudio con Kenny Drew Jr. (piano), Dafnis Prieto (bater¨ªa), Claudio Riditi (trompeta) y Houston Person (saxo). "En el estudio no hab¨ªa egos, me sent¨ª muy joven y muy nueva con ellos".
Ahora que se cumplen 20 a?os de la grabaci¨®n de Estoy mala, su primer disco en solitario -tras formar parte del grupo de folk Jarcha-, en el que mezcl¨® flamenco, canci¨®n espa?ola y rock, y tras una carrera que se ha mantenido en constante evoluci¨®n, la cantante parece decidida a hacer balance. "Antes describ¨ªa lo que ve¨ªa y ahora lo que me interesa es sacar lo m¨¢s profundo, la esencia de la expresi¨®n. La investigaci¨®n es una forma de creaci¨®n", asegura la autora de Madurito interesante.
Tras la sofisticaci¨®n de sus atuendos se oculta una artista que dirige con mano f¨¦rrea su carrera. Acaba de grabar un tango para un disco en Argentina, una canci¨®n con Ojos de Brujo y una versi¨®n de La del manojo de rosas para la celebraci¨®n del 150? aniversario del teatro de la Zarzuela.
Enfrascada en esa tarea de renovar un g¨¦nero anquilosado como la copla o entregada al jazz de la mano de Chano Dom¨ªnguez, un estilo que le ha proporcionado nuevos registros sonoros, Martirio lleva a?os sin componer, pero tiene al d¨ªa su cuadernos de notas, donde apunta todas las sensaciones que le van surgiendo. Para componer, confiesa, necesita mucha tranquilidad y para conseguirlo tiene que retirarse a M¨¢laga y encerrarse con su ch¨¢ndal, "sin tacones", y eso, por ahora, no le apetece, aunque ya tiene en la cabeza un disco de esos suyos donde contar¨¢ c¨®mo se siente una mujer que acaba de rebasar la barrera de los cincuenta.
Otro de los ¨¦xitos de esta vocalista es haberse mantenido alejada de su personaje. A Martirio la identifican sus peinetas, sus gafas de sol, pero a Mar¨ªa Isabel Qui?ones Guti¨¦rrez, Maribel para los amigos, no la conoce nadie. Y eso le permite jugar con ventaja.
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