Desafortunada decisi¨®n

Flaco servicio le ha hecho el Gobierno madrile?o a quienes no dudan de que el cigarrillo

es perjudicial para la salud con la decisi¨®n de suavizar las restricciones impuestas por la Ley Antitabaco, aprobada por el Parlamento el a?o pasado y vigente desde el pasado 1 de enero. El decreto del Gobierno regional permitir¨¢ fumar en los bares de los centros de trabajo de m¨¢s de 100 metros de superficie, en actos institucionales y en los reservados de restaurantes durante celebraciones privadas.

El consejero de Sanidad madrile?o, Manuel Lamela, argumenta que se trata de hacer una labor de persuasi¨®n antes que de coacci¨®n, ignorando, sin embargo, que una ley promulgada debe ser aplicada sin excepci¨®n, porque el legislador, cuando la plane¨®, la debati¨® y la aprob¨® tuvo l¨®gicamente que sopesar las ventajas y las consecuencias que acarrear¨ªa. En lo que s¨ª parece que acierta el decreto es en el programa de ayuda para favorecer la deshabituaci¨®n al tabaco. La ley vigente no recoge ning¨²n tipo de asistencia a los fumadores que pretendan abandonar el consumo. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha anunciado que el Gobierno tiene intenci¨®n de recurrir la normativa regional. Parece coherente que as¨ª sea y que no se demore, tal y como ya lo ha hecho en los casos de la Comunidad Valenciana, Castilla y Le¨®n y La Rioja, todas ellas gobernadas al igual que Madrid por el PP, que han decidido tambi¨¦n flexibilizar la norma.

Queda siempre la sospecha de que la permisividad mostrada por estas Comunidades Aut¨®nomas esconda una t¨¢ctica del PP ante los comicios municipales y regionales de mayo pr¨®ximo. No resultar¨ªa muy de recibo pretender ganar votos ofreciendo resistencia a una ley que protege la salud.