Sadam, condenado

no cabe alegrarse sin m¨¢s por la condena muerte por la matanza de 148 chi¨ªes en la aldea de Dujail en 1982, decidida ayer por un tribunal especial iraqu¨ª contra el ex dictador Sadam Husein debido, entre otras muchas razones, a las irregularidades procesales y la politizaci¨®n de un juicio que ha durado un a?o. Tambi¨¦n han sido condenados a la pena capital su hermanastro y ex jefe de los servicios de inteligencia y el ex presidente del Tribunal Revolucionario. No se trata para nada de cuestionar la gravedad de los hechos y de que Sadam y sus colaboradores no paguen por ellos, pero s¨ª que deriven en la pena de muerte, de nuevo vigente en Irak tras la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n. Ojal¨¢ que el fallo, recurrido por sus abogados y recibido con gritos y protestas por el derrocado mandatario, no d¨¦ pie a un ba?o de sangre acentuando m¨¢s si cabe la violencia.

?sta era una de la docena de causas que Sadam ten¨ªa pendientes sobre presuntos cr¨ªmenes de genocidio desde el golpe de Estado de 1968 hasta su ca¨ªda en marzo de 2003 tras la ocupaci¨®n militar de EE UU. El pasado agosto se inici¨® la vista por la matanza en el Kurdist¨¢n de m¨¢s de 180.000 personas en 1988, que tambi¨¦n adolece de la misma falta de garant¨ªas procesales que la del caso Dujail. En el transcurso de este proceso, tres de los abogados de la defensa fueron asesinados y tres de los jueces tuvieron que ser reemplazados, lo cual da idea de las condiciones de excepcionalidad que lo rodearon y de la escasa limpieza y transparencia habidas. Mucho m¨¢s justo habr¨ªa sido, incluso para honrar la memoria de las v¨ªctimas, que Sadam hubiera sido juzgado por un tribunal especial internacional, evidentemente distinto al de la Corte Penal Internacional que ni EE UU ni Irak reconocen.

No est¨¢ todav¨ªa escrito que el destino de Sadam ser¨¢ la horca. Si el recurso de la defensa ante el tribunal de apelaci¨®n prospera deber¨¢ celebrarse un nuevo juicio. Pero si el ex dictador fuera al final ejecutado es muy probable que muchos de sus seguidores de la comunidad sun¨ª lo conviertan en un m¨¢rtir, dificultando la cada vez m¨¢s dif¨ªcil normalizaci¨®n del pa¨ªs. La ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam en marzo de 2003 fue anunciada por la Administraci¨®n de Bush como el amanecer democr¨¢tico de Irak y Oriente Pr¨®ximo; y la captura del dictador, nueve meses despu¨¦s, como la pacificaci¨®n definitiva del pa¨ªs. Nada de eso ha sucedido. Al contrario, la situaci¨®n es a¨²n peor: el Gobierno de unidad nacional es muy d¨¦bil, no cesa la violencia inter¨¦tnica, el terrorismo isl¨¢mico se expande, contin¨²an muriendo soldados americanos y el presidente Bush se pregunta c¨®mo salir de ese avispero.