'Les bienveillantes', de Jonathan Littell, gana el Premio Goncourt
"Es una de las grandes novelas de los ¨²ltimos 50 a?os", dice Sempr¨²n
El fen¨®meno Jonathan Littell sigue creciendo. Este americano de 39 a?os, nacido en Nueva York pero que escribe en franc¨¦s, es un fen¨®meno por muchas razones y as¨ª lo reconoci¨® el jurado del Premio Goncourt, que coron¨® ayer su novela Les bienveillantes como la mejor de entre las publicadas en franc¨¦s a lo largo de 2006, es decir, de una cosecha que sobrepasa ampliamente los 600 t¨ªtulos. "Pero no s¨®lo es la mejor del a?o sino del decenio y una de las grandes novelas de los ¨²ltimos 50 a?os", declar¨® Jorge Sempr¨²n, miembro del jurado. "Littell reelabora novelescamente un material hist¨®rico de calidad. Tiene un gran personaje, ese protagonista, Max Aue, que es plausible y horrendo".
Sempr¨²n: "Los j¨®venes sabr¨¢n qu¨¦ pas¨® mediado el siglo XX gracias a una novela como ¨¦sta"
En Les bienveillantes, Littell invita a sumergirse en la l¨®gica del Mal de la mano de Max Aue, un oficial de la SS cultivado, inteligente y de una absoluta frialdad. Su ¨²nico amor conocido es el que siente por su hermana, del que parecen haber nacido mellizos y que, al no poder continuarse, se transforma en una homosexualidad gimn¨¢stica. Aue participa en varias de las grandes operaciones nazis destinadas al exterminio del pueblo jud¨ªo. "Dentro de una, dos o tres generaciones, los j¨®venes sabr¨¢n qu¨¦ pas¨® mediado el siglo XX gracias a una novela como ¨¦sta". Para Sempr¨²n, "no es una novela francesa sino una novela escrita en franc¨¦s. Su modelo es la gran novela rusa del XIX, Tolst¨®i o Dostoievski. Para la cultura francesa lo que es importante es que el autor haya elegido el franc¨¦s como idioma. Eso prueba que sigue siendo una gran lengua de expresi¨®n cultural".
Les bienveillantes es un volumen de 900 p¨¢ginas, editado por Gallimard y del que se han vendido, en dos meses, 250.000 ejemplares y 90.000 m¨¢s van a llegar a las librer¨ªas de inmediato. En Espa?a lo publicar¨¢ RBA el a?o que viene. "La le¨ª antes de que estuviera en las listas, al comenzar el verano, y me convert¨ª en uno de sus grandes defensores", dice Sempr¨²n, "hay quienes critican a Littell porque aseguran que se identifica con su protagonista y retrata a Aue haci¨¦ndolo atractivo. No es cierto. O si lo es, entonces hay que decir que Dostoievski tambi¨¦n se identifica con Raskolnikov en Crimen y castigo. Los jurados del Goncourt hemos coincidido todos en ello. Esta vez no hemos tenido que recurrir al voto secreto. Enseguida se ha visto que nadie le pod¨ªa disputar el premio a Littell".
Jonathan Littell no acudi¨® a la lectura de la decisi¨®n del jurado y no se prest¨® a la habitual conferencia de prensa del ganador. Este pelirrojo jud¨ªo reci¨¦n afincado en Barcelona huye como puede de la curiosidad period¨ªstica. Antes de escribir -a mano- Les bienveillantes, s¨®lo hab¨ªa publicado, apenas cumplidos los veinte, una novela de ciencia-ficci¨®n de la que hoy se averg¨¹enza. Durante m¨¢s de diez a?os ha trabajado en una ONG dedicada a la lucha contra el hambre. Eso le ha supuesto viajar a Chechenia, Bosnia o Ruanda. "Es una experiencia que me ha permitido empezar a comprender qu¨¦ es lo que convierte a las personas en verdugos, en asesinos. ?se es el tema central de mi novela", ha dicho Littell quien, hace apenas dos semanas, gan¨® el gran premio de novela de la Academia Francesa.
Tres de los grandes premios literarios franceses han reca¨ªdo este a?o en autores cuyo idioma materno no es el franc¨¦s. Es el caso de Littell, como ya queda dicho, pero tambi¨¦n de la canadiense Nancy Houston, que ha obtenido el Femina por Lignes de fuite, y el del congole?o Alain Mabanckou, quien gan¨® ayer el premio Renaudot. con sus M¨¦moires de port-¨¦pic.
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