M¨²sicos

Julio Iglesias fue a la academia de Operaci¨®n Triunfo (Tele 5). En teor¨ªa iba a dar una master class y a comer con los alumnos, pero en realidad estaba demostrando su gran profesionalidad al pasar por el aro de uno de los pocos formatos en el que pueden promocionarse los grandes nombres de la industria. Hace a?os le habr¨ªan llovido las ofertas para hacer programas especiales, pero hoy la sequ¨ªa es pertinaz y el cambio clim¨¢tico es un hecho. Es tanto el desprecio que las televisiones sienten por la m¨²sica actual, que OT ofrece un tipo de escaparate en el que, a cambio de tragar un poco, sale rentable exponerse. ?Es un m¨¦rito de OT o un dem¨¦rito de la televisi¨®n? Me temo que m¨¢s lo segundo que lo primero. Vimos a un Iglesias arremang¨¢ndose para poder colar su promoci¨®n, hablando del oficio, de sexo y de drogas con los aprendices, ensayando y soltando verdades como ¨¦sta: "Yo era un cantante malo, pero malo malo de verdad. Por eso me march¨¦ a los Estados Unidos".

La presencia de grandes nombres en una academia de debutantes es beneficiosa para ambos. Los debutantes tienen la ocasi¨®n de estar cercar de sus ¨ªdolos y los ¨ªdolos acceden a unas audiencias televisivas susceptibles de servir para algo. Puro inter¨¦s para un programa en el que el jurado intenta asumir la condici¨®n de villano con las intervenciones, excesivamente guionizadas, de un Risto que, al mecanizarse, est¨¢ perdiendo parte de la sombr¨ªa mala leche que caracterizaba sus primeras apariciones en un concurso de inventos. Gracias a su sentido de productolog¨ªa despreciativa, incluso ha logrado que le imiten en Buenafuente (Antena 3), otro de los pocos programas que trata bien a la m¨²sica. Invitaron a Alejandro Sanz y le hicieron participar en un divertido concurso con su fan m¨¢s militante. Result¨® que la fan sab¨ªa m¨¢s de Sanz que el propio Sanz. Luego, despu¨¦s de un di¨¢logo distendido con Buenafuente, Sanz cant¨® A la primera persona, una de las buenas canciones de su ¨²ltimo disco.