Tensi¨®n final entre Montilla y Zapatero
Los partidos se han conjurado para no dar detalles del Gobierno ni de sus integrantes, m¨¢s all¨¢ de los l¨ªderes. Puigcerc¨®s se re¨²ne con los ex consejeros de su partido y busca evitar sufrimientos innecesarios. Les espeta, de entrada, que ninguno de ellos repetir¨¢, que se hagan a la idea. "As¨ª no est¨¢n nerviosos y si lo est¨¢n, pues no pasa nada", decodifica un dirigente republicano. Los socios del nuevo tripartito se aprestan a cuidar hasta el ¨²ltimo detalle de la puesta en escena del Gobierno que han bautizado como d'Entesa Nacional.
Montilla, Carod y Saura -quien acepta finalmente Interior- cierran los flecos esa misma ma?ana en el hotel Numancia, un NH situado en el barrio mesocr¨¢tico de Les Corts. La ejecutiva de ERC -con un voto en contra- y la de ICV dan luz verde al acuerdo.
Las cosas andan peor en la permanente de la ejecutiva del PSOE. ?lvaro Cuesta, responsable de Pol¨ªtica Municipal, y Alfonso Perales, de Pol¨ªtica Auton¨®mica, expresan su preocupaci¨®n por el pacto con Esquerra. La "proximidad de las elecciones municipales" es el primer motivo. Montilla realiza un viaje tranquilizador a Madrid, donde le recibe Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. La entrevista transcurre en La Moncloa un clima de amistad, pero tambi¨¦n de dureza y tensi¨®n. Hay discrepancias, no es un secreto, y la fuerza de los hechos obliga a respetar la decisi¨®n tomada por los socialistas catalanes. El primer secretario del PSC desgrana los detalles del acuerdo al que fuera su jefe de Gobierno e intenta tranquilizarlo. Esos d¨ªas ha reiterado una y otra vez: "Si no queremos que en las pr¨®ximas generales el PSC obtenga 21 diputados en Catalu?a, m¨¢s vale que nos esforcemos para que el nuevo tripartito funcione bien".
Y para ello nada mejor que vigilar, de entrada, las formas, motivo por el que los socios del tripartito han acudido a dos consultoras de imagen. Hay que aparecer como un gobierno unido. Y para ello, en la mesa negociadora que ese mismo lunes se re¨²ne en el Parlamento de Catalu?a se entremezclar¨¢n los negociadores de las distintas formaciones. No es libre albedr¨ªo, sino puro c¨¢lculo.
As¨ª, el ecumenismo que tantas veces ha fracasado en la Iglesia cat¨®lica parece que va a hacer fortuna en la izquierda catalana. Montilla trata de hacer apostolado de esa unidad disciplinada en Madrid. Y ello provoca que la ejecutiva del PSC comience con retraso y acabe pasada la medianoche. Los socialistas catalanes, aunque cansados, dormir¨¢n contentos. Han conseguido su objetivo: Jos¨¦ Montilla ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de la Generalitat.
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