Argentina, ida y vuelta
Miles de argentinos se instalan en Europa mientras el Gobierno de Buenos Aires regulariza a 300.000 'sin papeles' suramericanos
Miles de argentinos abandonan cada a?o el pa¨ªs buscando un futuro mejor, pero al mismo tiempo un n¨²mero mayor de personas, al menos unas 50.000, atraviesan las fronteras del norte desde pa¨ªses vecinos. Argentina no recibe ni pateras ni cayucos, pero de los autobuses que llegan hasta el gran Buenos Aires descienden cada d¨ªa miles de inmigrantes sin papeles procedentes principalmente de Paraguay y Bolivia, que tratan de huir de la pobreza en sus pa¨ªses.
Las duras condiciones en las que se encuentran muchos de ellos a su llegada a Argentina -precariedad, explotaci¨®n y hasta semiesclavismo, debido a su situaci¨®n irregular- han movido al Gobierno del presidente Kirchner, a poner en marcha un plan que en siete meses ha concedido documentaci¨®n a unos 300.000 extranjeros.
El incendio de un taller textil clandestino el pasado marzo en el centro de Buenos Aires sac¨® a la luz una dura realidad de la que la sociedad argentina era consciente, pero de la que se hablaba muy poco. Hacinados, en condiciones infrahumanas y trabajando durante largas y extenuantes jornadas a cambio del sustento diario, decenas de personas viv¨ªan en el lugar. El siniestro caus¨® seis muertos y una marea de protestas principalmente de la comunidad boliviana.
Los porte?os se hab¨ªan habituado a los vendedores ambulantes de fruta bolivianos, o a las empleadas de hogar paraguayas en situaci¨®n irregular, pero la tragedia hizo p¨²blica la existencia de redes de explotaci¨®n, en ocasiones gestionadas por los propios compatriotas de los trabajadores. En pocos d¨ªas, 150 talleres clandestinos situados en la capital argentina fueron localizados y cerrados y s¨®lo un mes despu¨¦s el presidente, N¨¦stor Kirchner, puso en marcha el Plan Patria Grande, dirigido principalmente a los ciudadanos de pa¨ªses del Mercosur (Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela) o asociados (Chile, Bolivia y Ecuador).
Uno de los problemas que tiene Argentina para combatir la inmigraci¨®n ilegal es que el Mercosur favorece el libre tr¨¢nsito de personas y, dado que los pa¨ªses que lo forman presentan grandes desigualdades sociales entre ellos, se generan movimientos de miles de personas que oficialmente entran en el pa¨ªs como turistas, aunque su objetivo real es encontrar trabajo y poder enviar dinero a sus familias.
Lourdes C¨¢ceres es un ejemplo de ello. Nacida en la localidad paraguaya de Ciudad del Este hace 33 a?os, cruza la frontera cada tres meses para volver a ingresar en Argentina como turista. Y as¨ª durante los ¨²ltimos 13 a?os. "A veces no puedo viajar y entonces tengo que pagar una multa de 50 pesos (unos 14 euros) o acudir a la Embajada de Paraguay para solucionar los papeles". C¨¢ceres, que en Paraguay tiene dos hijos de 14 y 8 a?os, ha desempe?ado multitud de trabajos, pero fundamentalmente se dedica a la limpieza de casas. Para ella, Argentina es casi m¨¢s familiar que Paraguay. De hecho, vivi¨® all¨ª con sus padres y otros 12 hermanos hasta 1982. "Entonces lleg¨® la guerra de las Malvinas, mi mam¨¢ tuvo miedo y decidi¨® volverse a Paraguay".
De acuerdo con datos de la Direcci¨®n Nacional de Migraciones, entre abril y octubre de este a?o m¨¢s de 283.000 personas comenzaron los tr¨¢mites de su regularizaci¨®n en Argentina, de las cuales el 59% son ciudadanos paraguayos y el 29%, bolivianos. Como dato significativo hay que resaltar que son m¨¢s mujeres que hombres quienes se han acogido a la regularizaci¨®n.
"El Plan Patria Grande es un modelo que permite la regularizaci¨®n de cientos de miles de extranjeros a los que les falta documentaci¨®n", destaca Eugenio Ambrosi, director regional para el Cono Sur de la Organizaci¨®n Internacional de Migraciones (OIM). Para Ambrosi el ¨¦xito del programa argentino se centra en que considerar que las fronteras en muchos casos son divisiones artificiales de un territorio unido hist¨®ricamente. Para el directivo de la OIM el modelo argentino es susceptible de ser utilizado en otros pa¨ªses con problemas migratorios, como es el caso de EE UU o M¨¦xico.
Junto al hecho de ser uno de los receptores de la inmigraci¨®n ilegal de la zona, Argentina est¨¢ experimentando otro fen¨®meno migratorio irregular pero de naturaleza totalmente diferente. Se trata de ciudadanos de pa¨ªses desarrollados que eligen Argentina porque tienen actividades laborales que no les exigen la presencia f¨ªsica en sus pa¨ªses de origen, o bien porque su situaci¨®n econ¨®mica se lo permite. Tambi¨¦n entran en el pa¨ªs como turistas y salen ¨²nicamente cuando el plazo de 90 d¨ªas otorgado en su permiso de turista est¨¢ pr¨®ximo a expirar. La calidad de vida de Buenos Aires, unido a un baj¨ªsimo tipo de cambio, ha disparado el fen¨®meno desde la crisis de 2001. S¨®lo en lo que va de a?o, unos 20.000 extranjeros de este tipo que se encontraban en Argentina han solicitado la residencia.
Movilidad y emigraci¨®n
A diferencia de lo que ha sucedido en otros periodos, los movimientos migratorios se est¨¢n volviendo muy r¨¢pidos y cambiantes, lo que coloca a los pa¨ªses que reciben inmigrantes ante un nuevo reto.
"Los pa¨ªses desarrollados tienen dos alternativas. O est¨¢n dispuestos a albergar a un n¨²mero anual incre¨ªblemente alto de n¨®madas de los pa¨ªses pobres, o tienen que utilizar su fuerza de trabajo alterando lo menos posible el paisaje humano y pol¨ªtico", subraya Enrique Aschieri, economista y experto en migraciones de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, quien advierte que hay dos conceptos que se mezclan a menudo y no son lo mismo. "Por un lado est¨¢ la movilidad, es decir, las personas que se van a otro pa¨ªs pero pasado un cierto tiempo regresan, y por otra parte est¨¢ la emigraci¨®n, que son aquellos que no vuelven m¨¢s a su pa¨ªs de origen. Es verdad que ¨²ltimamente la diferencia entre ambos conceptos se est¨¢ difuminando".
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