El ¨²ltimo gran r¨ªo de Howard Hawks
EL PA?S presenta ma?ana, s¨¢bado, por 8,95 euros, el homenaje al 'western' con el que se despide del g¨¦nero el gran director
R¨ªo Bravo, de 1959, cuando ya no quedaba tanto western por estrenar, pero tampoco hab¨ªa comenzado la era de lo crepuscular, casi una tierra de nadie entre dos ¨¦pocas, es el nombre que los mexicanos dan a R¨ªo Grande, que forma por un largo trecho la frontera con Estados Unidos.
Howard Hawks quiso hacer con ese nombre un celuloide igualmente fronterizo, de ambos lados de la l¨ªnea de agua, cantina y saloon, tez cobriza y dorados muslos entre apretadas mallas. Pero, antes que nada, nos hallamos ante un balance, quiz¨¢ un alto en el camino, en el que se pretende hacer un western distinto que eche una mirada al tiempo transcurrido.
En ese sentido, R¨ªo Bravo es un estado de la cuesti¨®n, en el que se enfrentan, sobre todo, armas cortas contra armas largas.
Si Shane fue la apolog¨ªa del "gran igualador", la pistola de seis tiros: "un rev¨®lver no es bueno ni malo, sino que depende de la mano que lo empu?a", el filme de Hawks se centra en el personaje de John Wayne, sheriff ya talludito, que cuando sale a pasear lo hace con el Winchester en la mano y sin armas cortas en el cintur¨®n, porque un d¨ªa descubri¨®: "Que otros eran m¨¢s r¨¢pidos que yo con el rev¨®lver".
Ese "resumen de lo publicado" est¨¢ contado, sin embargo, sobre una materia prima de situaciones y personajes de comedia, lo que hace a R¨ªo Bravo un producto muy especial porque, aparte de que el rancho o la caravana no acaban de compadecerse con este g¨¦nero, es, incluso dentro del mismo, muy diferente a formulaciones anteriores como Furia en el valle, de George Marshall, donde m¨¢s que fusi¨®n como en Hawks hay secuencias de comedia insertadas en un western cl¨¢sico, o Cowboy, de Delmer Daves -ambas con Glenn Ford y de 1958, un a?o antes que R¨ªo Bravo- en la que se intenta un cine directamente c¨®mico.
La cinta es tambi¨¦n una comedia de esas llamadas brillantes, como las de Charles Walters, en la que Angie Dickinson inyecta una carga de sexualidad poco frecuente en el western, lo que a lo mejor tiene algo que ver con que el personaje parezca un tanto pegado con cola; es comedia tambi¨¦n por el personaje que interpreta Dean Martin por la levedad con que se presenta al pistolero venido a mucho menos, y cuya sola aparici¨®n dinamita cualquier vislumbre de catarsis.
M¨¢s all¨¢ de los tres grandes protagonistas, una bater¨ªa de secundarios como s¨®lo Hollywood y el cine espa?ol de los cincuenta han podido tener. Entre ellos, el excepcional Walter Brennan, el carraspeo m¨¢s inconfundible del Oeste.
Despu¨¦s de la sublime R¨ªo Rojo, R¨ªo Bravo es el ¨²ltimo gran curso caudaloso de Howard Hawks, aunque como tal la corriente de agua no tenga entidad en la pel¨ªcula; en los a?os que le quedaban en activo al genio parece que le interesaron m¨¢s que nada los remakes de s¨ª mismo, y la nostalgia de un tiempo pasado, donde la sangre nunca pod¨ªa llegar al r¨ªo.
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