"Sur, pared¨®n y despu¨¦s..."
De resultas de la reciente Cumbre Iberoamericana de Montevideo, el rey de Espa?a, don Juan Carlos, ha quedado como "facilitador" del interrumpido di¨¢logo entre Uruguay y Argentina, relaci¨®n inexplicablemente r¨ªspida que separa a los dos pa¨ªses m¨¢s parecidos entre s¨ª de los 22 que all¨ª estaban.
El bienvenido gesto del jefe de Estado espa?ol puso una sobria nota de moderaci¨®n c¨ªvica entre tantos gestos de malquerencia que se advert¨ªan. Desgraciadamente, la relaci¨®n est¨¢ tan pedregosa que los vecinos de Gualeguaych¨², la ciudad que se queja de la instalaci¨®n de una planta de celulosa en Uruguay, en la otra ribera del r¨ªo ep¨®nimo, no s¨®lo levantaron esos d¨ªas un muro delante del puente que une a los pa¨ªses, sino que ahora anuncian corte de rutas para la temporada tur¨ªstica, los c¨¢lidos meses de enero y febrero en que los argentinos se asolean en las playas uruguayas.
Mientras tanto, el presidente Kirchner se dirige por nota al Banco Mundial pidi¨¦ndole que no conceda un cr¨¦dito a la empresa finlandesa que avanza en la construcci¨®n de su f¨¢brica, invocando -de modo poco elegante- la intervenci¨®n real. Confiamos -anhelamos- que ella logre su fruto y el di¨¢logo se reanude. Hacemos ¨¦nfasis en las palabras: la intervenci¨®n "facilitadora" tendr¨ªa un ¨¦xito resonante con restablecer ese di¨¢logo que hoy no existe. Si logra que los dos gobiernos se sienten a hablar, estar¨¢ cumplido y bien cumplido nuestro monarca.
A partir de all¨ª, obviamente, depender¨¢ de la buena voluntad de los gobiernos, porque francamente no imaginamos tan alta investidura entreverada en los vericuetos de un tema eminentemente t¨¦cnico (establecer si la tecnolog¨ªa de una f¨¢brica es adecuada o no) que se ha contaminado con una muy menuda pol¨¦mica provincial, desmesuradamente elevada a la condici¨®n de conflicto internacional.
La cuesti¨®n de fondo es que detr¨¢s de esta crisis rioplatense est¨¢ la del Mercosur. Sus instituciones no funcionan y por eso debe venir alguien del otro lado del Atl¨¢ntico para que se hablen quienes provienen de la misma cuna. El presidente pro tempore del Mercosur, el presidente brasile?o Lula da Silva, no fue a Montevideo alegando cansancio y opt¨® por retratarse en tanga en una playa de Bah¨ªa, como si los presidentes no estuvieran siempre cansados y como si no quedara bastante notorio que, pese a su condici¨®n de socio mayoritario del Mercosur, no le entusiasma la idea de mediar entre Kirchner y V¨¢squez, dos presidentes particularmente incomunicados.
A?adamos que tampoco apareci¨® el andariego presidente de Venezuela, con lo que la reuni¨®n gan¨® en sobriedad pero el bienamado Mercosur perdi¨® en consistencia, porque se trata de su m¨¢s reciente incorporaci¨®n y ni siquiera ha cre¨ªdo del caso aparecer en ese car¨¢cter ante la cita iberoamericana.
Estas dos ausencias han sido las relevantes; las otras, a las que se ha dado mucho valor period¨ªstico, son apenas anecd¨®ticas ante la continuidad de un proyecto iberoamericano que sigue adelante. Eso es lo que importa.
Las Cumbres son el momento en que se revela internacionalmente la presencia de una comunidad unida por el idioma y unos valores que le son propios en el vasto espacio de la civilizaci¨®n occidental. O sea que la foto solamente ya vale, como expresi¨®n de una entidad cultural y pol¨ªtica, que avanza en Estados Unidos con un 10% de su poblaci¨®n pensando y hablando en castellano, que se proyecta en Europa como la segunda lengua extranjera luego del ingl¨¦s, que posee una presencia en el Norte y en el Sur, en Europa y Am¨¦rica.
Pero hoy por hoy poseemos mucho m¨¢s, y desde la creaci¨®n de la Secretar¨ªa Iberoamericana se tiene una continuidad de trabajo que viene dando frutos relevantes. Sin ir m¨¢s lejos, la misma Cumbre transcurri¨® en paz (lo que no es poco hoy d¨ªa) y con una in¨¦dita presencia de juventud, que la acompa?¨® desde el ¨¢ngulo de su mayor inter¨¦s, la m¨²sica popular; de periodistas de ambas costas del oc¨¦ano que discurrieron en profundidad sobre el tema latinoamericano; de seminarios t¨¦cnicos sobre el idioma, las migraciones, el desarrollo, que aportaron base y sustento a la reuni¨®n.
Dicho de otro modo: las Cumbres son un momento de balance y di¨¢logo, pero el esfuerzo de desarrollo de la Comunidad es permanente y ¨¦l se nutre hoy de programas tan importantes como el Plan de Alfabetizaci¨®n que se lanzar¨¢ el a?o que viene, instrumentado por la Organizaci¨®n Iberoamericana para la Educaci¨®n, o el de Seguridad Social, llevado adelante por la OIS y que ser¨ªa, sin duda, de una profund¨ªsima repercusi¨®n humana.
No olvidemos que todo este esfuerzo que hoy encabeza Enrique Iglesias, se suma al de la nueva Secretar¨ªa de Estado espa?ola que conduce Trinidad Jim¨¦nez, m¨¢s la acci¨®n permanente del Instituto Cervantes que dirige Molina o la Fundaci¨®n Carolina que dirige Rosa Conde y est¨¢ otorgando becas de perfeccionamiento que van acercando a las Universidades espa?olas a nuestra Am¨¦rica, hasta hace poco mirando s¨®lo hacia el Norte, luego de que Francia, Inglaterra e Italia disminuyeran notoriamente su presencia en el ¨¢mbito educativo.
Hay tambi¨¦n mucho para celebrar, entonces. No s¨®lo las desavenencias entre Ch¨¢vez y Fox, o entre Ch¨¢vez y Alan Garc¨ªa, o entre Evo Morales y Lula o entre el abogado Kirchner y el m¨¦dico V¨¢squez, doctores de este Sur que, a pesar del tango, "despu¨¦s" del "pared¨®n" que separa, no pueden ignorar la historia, la ineludible geograf¨ªa y la cercan¨ªa de dos pueblos que sienten las mismas pasiones y viven -cada uno a su modo- la misma vida.
Julio Mar¨ªa Sanguinetti es ex presidente de Uruguay.
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