Ley de deuda: ?oportunidad perdida?

La deuda externa que los pa¨ªses m¨¢s empobrecidos se ven obligados a pagar a?o tras a?o es una deuda ileg¨ªtima, pues en gran parte fue contra¨ªda por gobiernos dictatoriales y corruptos que no usaron estos recursos en beneficio de sus poblaciones; los cr¨¦ditos fueron concedidos sin tener en cuenta cu¨¢l iba a ser el destino de estos fondos. Actualmente esta deuda asciende a 2,4 billones de d¨®lares, cuatro veces m¨¢s que en 1980, y los Estados que recibieron los cr¨¦ditos han pagado ya m¨¢s de siete veces lo recibido; los altos intereses han provocado esta situaci¨®n que hace que muchos pa¨ªses dediquen hasta un 50% de su PIB en el pago de esta deuda.

El Estado espa?ol es acreedor de 10.000 millones de euros; esta deuda se ha generado por la concesi¨®n de cr¨¦ditos a los pa¨ªses empobrecidos para promover la expansi¨®n de las empresas espa?olas (los llamados cr¨¦ditos FAD, incluidos en la Ayuda Oficial al Desarrollo espa?ola -AOD-) y por la Compa?¨ªa Espa?ola de Seguros de Cr¨¦dito a la Exportaci¨®n (CESCE). En ambos casos se utilizan recursos p¨²blicos para proteger la inversi¨®n espa?ola en el exterior sin ninguna protecci¨®n de las condiciones medioambientales y sociales y sin cuidar su impacto sobre la deuda externa de estos pa¨ªses.

El Gobierno del PSOE plantea la inminente aprobaci¨®n en el Congreso espa?ol de una ley de deuda que en sus disposiciones transitorias cuarta y quinta aumenta en 526 millones de euros los cr¨¦ditos FAD que generar¨¢n m¨¢s deuda; la condicionalidad en beneficio de intereses de transnacionales espa?olas es tambi¨¦n un aspecto insolidario de esta ley.

La sociedad civil est¨¢ exigiendo mayores dosis de solidaridad internacional, a lo que los gobiernos han de responder en las leyes y medidas que aprueban. Entre los Estados europeos destaca Noruega que recientemente ha cancelado las deudas de cinco pa¨ªses empobrecidos (Ecuador, Per¨², Jamaica, Egipto y Sierra Leona); la raz¨®n expuesta por el Gobierno noruego para esta cancelaci¨®n ha sido clara: "una pol¨ªtica de desarrollo fallida". Lejos de esta postura, el Gobierno espa?ol, que no repara en sacar beneficio de las poblaciones m¨¢s empobrecidas, que sigue sin controlar los da?os medioambientales y sociales de sus transnacionales en el exterior y que se extra?a y reacciona violentamente ante las oleadas de inmigrantes que llegan a nuestras costas, no est¨¢ respondiendo a una pregunta que nos hacemos muchas personas de nuestro Estado: ?qui¨¦n debe a qui¨¦n.