Simbad en la calle
"Para Simbad, hablar con un extranjero era ya hacerse rico", explicaba F¨¢tima Mernissi en ?Otro mundo es posible?, segunda parte del reportaje Voces contra la globalizaci¨®n (La 2). Con la cita del legendario h¨¦roe de Las mil y una noches, la escritora marroqu¨ª quiso decir que en los emigrantes magreb¨ªes el deseo de conocer al Otro, al extranjero, es parte de la recompensa al emprender el viaje. El resto es ilusi¨®n. Decepci¨®n.
El reportaje -claro, amplio, l¨²cido- abord¨® problemas como la emigraci¨®n a los pa¨ªses ricos, un fen¨®meno imparable; el trabajo esclavo y la explotaci¨®n infantil, la precariedad laboral tanto de los reci¨¦n llegados como la que sufrir¨¢n en los pr¨®ximos a?os los trabajadores nativos; las consecuencias de la deslocalizaci¨®n que hace de las multinacionales una especie de Estados con sus propias leyes en cualquier territorio. Es el capitalismo especulativo que est¨¢ a punto de reventar la econom¨ªa internacional. Intelectuales tan destacados como Jeremy Rifkin ("En treinta a?os se acabar¨¢ el trabajo industrial tal como lo conocemos") o Jos¨¦ Saramago ("No hay que caer en la tentaci¨®n de justificar la injusticia") pintaron un paisaje casi apocal¨ªptico. Lamentablemente realista.
?Otro mundo es posible? Una hora antes, en L¨ªnea 900 (La 2) se mostraban unas iniciativas de las que siembran alguna esperanza. Dos empresas perfectamente rentables en las que la totalidad de los trabajadores son enfermos mentales o disminuidos ps¨ªquicos. Se trata de una granja de productos l¨¢cteos y un vivero de flores. Tal como lo presentaban, era un para¨ªso para esas personas, autosuficientes y a la vez protegidas de ese hostil mundo exterior.
Algunos simbades lo llevan peor. En el informativo de Antena 3 el domingo, un breve espacio titulado A fondo abord¨® el problema de los carteristas en Sevilla. En medio, sin venir a cuento, se incluy¨® la detenci¨®n de unos manteros senegaleses. Vend¨ªan, no robaban los billeteros. Una vergonzosa forma de mezclar los problemas. Criminalizar sin distinciones. Confundir. Construir un mundo peor.
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