Falangistas col¨¦ricos: "?Bajad a la calle!"
La venganza se masca en Bikfaya, el pueblo natal del ministro asesinado
Bikfaya: silenciosa y en llanto; tensi¨®n y cortes¨ªas. Beirut: falangistas -militantes y seguidores del Kataeb, el partido cristiano maronita al que pertenec¨ªa el asesinado Pierre Gemayel- en c¨®lera pero expres¨¢ndose s¨®lo a trav¨¦s de manifestaciones, gritos y consignas, al menos hasta el anochecer del mi¨¦rcoles (luego veremos). Por en medio, el caos y el descontrolado control militar (sirve para poco, ya lo hemos visto).
Salimos de Beirut por la ma?ana con m¨¢s o menos soldados vigilando y regresamos de Bikfaya a las tres de la tarde, para toparnos con numerosos elementos del Magawir, tropas de ¨¦lite del Ej¨¦rcito liban¨¦s que tienen la sensual costumbre de desplazarse sobre tanques-oruga. Protegen el Este cristiano, de las monta?as en donde se encuentra la casa familiar del difunto ministro de Industria hasta las cercan¨ªas del puerto, en donde est¨¢ el cuartel general de la Falange. Luego, en la plaza Sasine, coraz¨®n del Ashrafi¨¦ maronita -barrio cristiano situado en la colina oriental de Beirut-, dos camiones con polic¨ªa y m¨¢s soldados controlaban un espacio del tama?o de la plaza Real en Barcelona o de la plaza de Santa Ana en Madrid, pero circular y con varias v¨ªas abiertas en semi-estrella, lo cual puede constituir una escapatoria a la vez que un impedimento.
La religiosidad patri¨®tica es muy poderosa y lo empapa y corrompe todo
En el velatorio hubo de todo: m¨¢rtires muertos, m¨¢rtires futuros y m¨¢rtires vivos
Mientras escribo esto no parece que haya llegado nadie a m¨¢s all¨¢ de las manos, aunque dicen -la confusi¨®n es muy grande- que ayer se registraron incidentes entre falangistas y prosirios en lugares muy simb¨®licos de la capital libanesa. Seguidores de Gemayel contra afines al general Aoun (prosirio reciente y aliado de Hezbol¨¢ para hacerse con la presidencia del Gobierno), en el m¨ªtico Ain el-Rumman¨¦ -barrio cristiano del Este colindante con Chia, de musulmanes chi¨ªes-, en donde se inici¨® la anterior guerra civil en 1975, con el asalto a un autob¨²s de civiles palestinos por parte, precisamente, de falangistas.
Por otro lado, ante el cuartel general de Kataeb se manifestaron, col¨¦ricos, grupos de partidarios de Gemayel. Hubo numerosos puntos en donde se quemaron neum¨¢ticos. Algaradas siniestras. En Bikfaya, los dolidos falangistas se liaron a palos con miembros del Partido Social Nacional Sirio, laico, que acoge a militantes de todas las religiones y que nadie sabe para qu¨¦ sirve.
De modo que el pastel est¨¢ a medio acabar. S¨®lo hay que preparar el relleno.
Lo de Bikfaya, el velorio, fue una cosa bastante espeluznante, con un aire a funeral de cualquier parte de El padrino considerable, aunque debo decir que, en justicia, habr¨ªa mostrado id¨¦ntico parecido cualquiera que fuera la afiliaci¨®n del muerto. Esto es Sicilia, hay pactos de silencio, juramentos de venganza y memoria de la sangre. Por eso L¨ªbano, siendo tan peque?o, es un pa¨ªs tristemente interesante.
Considerando que el mi¨¦rcoles fue -el d¨ªa en que escribo, el d¨ªa que intento relatarles- la fiesta de la Independencia, no se puede imaginar una jornada m¨¢s triste y prometedora de desdichas. En el velatorio hubo de todo: m¨¢rtires muertos -el propio Pierre Gemayel en su ata¨²d cubierto estrictamente por la bandera falangista-; m¨¢rtires futuros -los ministros, los parlamentarios, los periodistas, los libaneses- y m¨¢rtires vivos. Esto ¨²ltimo hay que aclararlo. Se trata de personas eminentes que, habiendo sufrido un brutal atentado, salieron con vida, con o sin secuelas. En el acto de hoy estuvieron el ex presidente Ren¨¦ Moawad, que sobrevivi¨® a su atentado a finales de los ochenta o principios de los noventa, cuando estaba en el cargo; y la presentadora May Chidiak, del muy falangista canal de televisi¨®n LBC, que sali¨® viva de un coche bomba pero se qued¨® sin la pierna y el antebrazo izquierdos. Como parientes eminentes de muertos por L¨ªbano figuraban Ghassan Tueni, padre del director del diario An-Nahar, Gibrail Tueni, asesinado el a?o pasado; y su viuda.
"Por L¨ªbano", rezaba el enorme cartel con la foto del difunto desplegado a mediod¨ªa a la entrada de Bikfaya. Se sobrentiende que lo que por L¨ªbano fue dado fue la vida y lo que se obtuvo es el martirio y la gloria. Todos los bandos de esta larvada nueva guerra civil se refieren a las pobres v¨ªctimas como m¨¢rtires; no s¨®lo Hezbol¨¢. La religiosidad patri¨®tica, que a menudo s¨®lo encubre intereses mafiosos, es muy poderosa y lo empapa y corrompe todo. Por cierto, mogoll¨®n de curas y monjas maronitas en la ceremonia, am¨¦n de numerosos purpurados de diferentes cristiandades, unos cuantos drusos (musulmanes raros pero con bello tocado blanco) y apenas nadie del chi¨ªsmo. Parece ser que la oposici¨®n prefiri¨® no pisar el predio do podr¨ªan repartirse algo m¨¢s que p¨¦sames. Los ministros de Amal y Hezbol¨¢ que dimitieron hace poco enviaron sus p¨¦sames v¨ªa literaria. Fina y segura.
Bien ca¨ªda la tarde, pr¨¢cticamente tumbada ella pues aqu¨ª oscurece casi a las cuatro -las tres en Espa?a y las dos en Canarias-, en la plaza Sasine, que tiene la efigie de Bachir Gemayel -el m¨¢rtir familiar del 82- en una especie de pir¨¢mide y retratos de Geagea y Aoun colgando de las farolas, am¨¦n de numerosas banderas libanesas y de Kataeb, los otros l¨ªderes cristianos... En dicha plaza, dec¨ªa, tomada por el Ej¨¦rcito y la gendarmer¨ªa especial, se hizo presente una manifestaci¨®n de calibre regular, de falangistas con participaci¨®n de los pro Hariri, a pie y en coche, en donde se produjo lo siguiente: consigna a), "?ste es nuestro s¨ªmbolo" (mostrando carteles con el rostro de Pierre Gemayel: alguien se est¨¢ forrando con los carteles y las chapas de solapa); consigna b), "Recordad la historia de la Falange" (yo la recuerdo y se me ponen los pelos de punta), y consigna c), "?Qu¨¦ hac¨¦is en vuestras casas? ?Bajad a las calles!" (lo cual es lo peor porque como todos se encuentren aqu¨ª abajo va a suceder lo sucesorio; y puede que sea ma?ana y hoy s¨®lo calienten motores. Ma?ana, en el gran funeral beirut¨ª).
Un poco m¨¢s lejos de Sasine, en el Centro Ciudad y en la tienda de campa?a o mausoleo provisional donde se guardan los restos del llamado Mr. Lebanon, el ex presidente asesinado Rafik Hariri, representantes de un partido armenio se personaban para homenajear su memoria con una fanfarria de chavales y otros sentidos afiliados.
He pasado por Ain el-Roummaneh y no hab¨ªa vigilancia oficial, sino autovigilancia. A la entrada de la calle en donde se produjo, en 1975, la masacre de palestinos, unos cuantos s¨ªmbolos cristianos tipo Lourdes en Las Vegas se?alan la entrada y una especie de patrulla de barrio me dijo que las fotos mejor s¨®lo se las hac¨ªa a las capillitas. Yo supuse, por el talante, que el consejo de ancianos dispon¨ªa de argumentos contundentes. Y retroced¨ª.
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