El funeral de Gemayel se convierte en una protesta contra Siria
Unas 200.000 personas despiden al ministro y l¨ªder cristiano asesinado en Beirut
El funeral y entierro del asesinado Pierre Gemayel, diputado, ministro de Industria, hijo de ex presidente y figura emergente de una de las familias cristianas maronitas m¨¢s prominentes de L¨ªbano, se transform¨® ayer en una demostraci¨®n de odio y furia contra el presidente prosirio, Emile Lahud, y el Gobierno de Damasco, a los que culpan de los cinco cr¨ªmenes que han sacudido el pa¨ªs ¨¢rabe en los dos ¨²ltimos a?os. Unas 200.000 personas se dieron cita en la c¨¦ntrica plaza de los M¨¢rtires de Beirut para despedir a Gemayel.
En el funeral se plasm¨® tambi¨¦n la profunda fractura que padece, una vez m¨¢s, la sociedad libanesa.
"Somos rehenes de Siria, de Ir¨¢n y de Israel", se le¨ªa en una de las pancartas
Al sepelio no acudi¨® representante alguno del presidente, el prosirio Emile Lahud
Las llamadas Fuerzas del 14 de Marzo, que agrupan a partidos que representan a sun¨ªes, cristianos y drusos, tienen como modelo los pa¨ªses occidentales. Hezbol¨¢ y sus aliados -algunos partidos menores y el oportunista general maronita Michel Aoun- buscan la protecci¨®n de Siria e Ir¨¢n. Sus proyectos para este peque?o Estado, del tama?o de Asturias y en el que conviven 18 confesiones religiosas, se antojan irreconciliables. "USA, USA", gritaban a las puertas de la catedral de San Jorge, en una bocacalle de la plaza de los M¨¢rtires, los partidarios de Samir Geagea, l¨ªder de las cristianas y derechistas Fuerzas Libanesas. "S¨ª, s¨¦ que fue un criminal, pero aqu¨ª lo han sido casi todos", admit¨ªa una de sus simpatizantes haciendo referencia a las tropel¨ªas cometidas por unos y otros durante la guerra civil (1975- 1990).
Al sepelio no acudi¨® representante alguno de Lahud, aunque s¨ª lo hicieron algunos enviados de la organizaci¨®n Hezbol¨¢, que fueron abucheados a la salida del templo, vigilado, al igual que la plaza de los M¨¢rtires, por miles de polic¨ªas, soldados y por los helic¨®pteros que sobrevolaron incesantemente la catedral y la explanada donde se reuni¨® la multitud.
Despu¨¦s del funeral, Saad Hariri, hijo de Rafik, asesinado el 14 de febrero de 2005; el l¨ªder druso Walid Yumblat, y el ex presidente Am¨ªn Gemayel, padre del ministro de 34 a?os enterrado ayer, se dirigieron tras una mampara blindada a una multitud que portaba miles de banderas nacionales y de sus respectivos partidos.
"La muerte de Hariri prendi¨® la mecha de la Intifada y hoy afirmamos que la segunda ha comenzado y que no cesar¨¢ hasta llegar a la verdad mediante un cambio total, comenzando por la cabeza, es decir, por la elecci¨®n de un nuevo presidente", clam¨® Gemayel. "Rechazamos la dictadura y la esclavitud. Exigimos justicia y que se establezca un tribunal internacional", a?adi¨® Hariri. "La historia juzgar¨¢ a Lahud y a sus amigos por las tragedias y los cr¨ªmenes", remach¨® Geagea. Se palpaba la ira contra el presidente Lahud y contra su hom¨®logo en Damasco, Bachar el Asad.
Compitieron ambos a la hora de recabar las invectivas e insultos de los manifestantes. "Nos veremos en el tribunal", rezaba una de las pancartas que muchos manifestantes portaban con la fotograf¨ªa de Lahud, al que le hab¨ªan arrancado los ojos.
El r¨¦gimen de Damasco ha negado tajantemente su implicaci¨®n en los cinco asesinatos de relevantes pol¨ªticos y periodistas que han sacudido L¨ªbano desde febrero del a?o pasado. De celebrarse el juicio bajo el paraguas del tribunal internacional, las consecuencias del proceso ser¨ªan dif¨ªciles de soportar para el Ejecutivo sirio. Pero los seguidores de Hariri, Yumblat y Geagea ya han dictado sentencia. Asad es culpable. "Nos empuja a una guerra civil", dec¨ªa una de las pancartas. "Somos rehenes de Siria, de Ir¨¢n y de Israel", se le¨ªa en otro de los carteles m¨¢s repartidos. Porque el odio a Israel es, tal vez, lo ¨²nico que congrega a los libaneses.
La determinaci¨®n de las Fuerzas del 14 de Marzo y la pujanza de Hezbol¨¢, crecida tras la contienda contra el Ej¨¦rcito hebreo, s¨®lo auguran nuevos dramas. La incertidumbre y ansiedad sobre el futuro m¨¢s cercano atenaza a la poblaci¨®n.
Se respiraba ayer un sentimiento de fatalidad, convencidos la mayor¨ªa de los libaneses de que el asesinato de Gemayel no es el ¨²ltimo episodio de esta pugna cruenta entre los dirigentes pol¨ªticos, una mezcla de antiguos se?ores de la guerra, nuevos potentados y los miembros de las familias que han dominado la vida y la muerte en L¨ªbano desde la independencia en los a?os cuarenta.
Pese a los presagios pesimistas, Am¨ªn Gemayel declar¨®: "Hezbol¨¢ no puede emplear las armas contra otros libaneses. Destruir¨ªa el prestigio ganado en el escenario ¨¢rabe".
Los partidos antisirios no cesan de repetir que Hezbol¨¢ pretende la ca¨ªda del Gabinete para que un nuevo Ejecutivo desapruebe la formaci¨®n del tribunal internacional.
El movimiento islamista, sea por la raz¨®n que fuere, est¨¢ consiguiendo paralizar la vida pol¨ªtica en todo el pa¨ªs. Siete de los 24 ministros -cinco de Hezbol¨¢ y Amal, el segundo partido chi¨ª normalmente aliado pol¨ªtica con el primero- han dimitido y uno ha sido asesinado.
Si uno m¨¢s renunciara, el Gobierno liban¨¦s deber¨ªa ser disuelto legalmente por falta de qu¨®rum. Aunque Hezbol¨¢ y Lahud ya lo consideran ileg¨ªtimo debido a la ausencia de representantes chi¨ªes en el Ejecutivo, tal como exige la Constituci¨®n del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.