"Podr¨ªa definirme como anarcopolif¨®nico"
En cosas de m¨²sica la distancia entre Madrid y Roma o Mil¨¢n y Barcelona es bastante mayor de la que suele figurar en los atlas al uso, bastante mayor que los kil¨®metros que nos separan. Aunque en esta orilla del Mediterr¨¢neo casi nunca llegamos a enterarnos, en Italia pasan cosas, muchas y muy interesantes. Una de las ¨²ltimas se llama Vinicio Capossela. Un nombre que, poco a poco y gracias al inefable boca-o¨ªdo, va tomando cuerpo entre nosotros. Ahora, la edici¨®n de su ¨²ltimo trabajo discogr¨¢fico, Ovunque Proteggi (Atlantic/Warner), puede ayudar a que el nombre de este italiano de 41 a?os se convierta, por m¨¦ritos propios, en algo cercano.
Ovunque Proteggi es un disco tan disparatado como atractivo. El abanico est¨¦tico va desde una melosa balada de aires napolitanos a una marcha militar, un chachach¨¢ o un ritmo de discoteca mientras se evocan pasajes b¨ªblicos o figuras mitol¨®gicas de perenne actualidad. "Este disco y el momento actual de mi vida son la misma cosa", afirma Vinicio Capossela. "Cuando eres joven escribes sobre el amor y otras emociones de la propia vida. Al hacerte mayor tu historia es mucho m¨¢s general. Yo hablo de cosas como el mito, las figuras que el hombre ha inventado y no puede explicar. Mi imagen es un minotauro con las ra¨ªces plantadas en la historia del Mediterr¨¢neo pero la cornamenta mirando hacia el cielo. Ese cielo que es el compa?ero de los viajeros. Hablo tambi¨¦n de la ilusi¨®n de la vida, de la frontera entendida como punto de encuentro y no como l¨ªnea de separaci¨®n. La frontera es la met¨¢fora del viaje, no hay viaje sin frontera y ¨¦ste es un disco de viajes".
Capossela habla de su disco con entusiasmo desbordante mientras disfruta con similar entusiasmo de un bocadillo de jam¨®n serrano. Elegantemente vestido con un traje oscuro de diminutas rayas, camisa roja y un amplio sombrero blanco cubri¨¦ndole su avanzada calvicie, Capossela se mesa repetidamente la barba mientras habla. "Me gustan las met¨¢foras de la antig¨¹edad porque tienen total actualidad. Por ejemplo, el coliseo romano. All¨ª no importaba qui¨¦n ten¨ªa raz¨®n sino el espect¨¢culo, y el espect¨¢culo siempre consist¨ªa en la ca¨ªda de alguien y de la forma m¨¢s morbosa. Igual que ahora". Capossela sigue hablando compulsivamente de la Medusa, del Eclesiast¨¦s o de la Odisea y entre sus im¨¢genes se cuelan los nombres de Pasolini, Fellini o Sergio Leone. "Los textos y la m¨²sica me sirven para elaborar un mundo imaginario, como si hiciera una pel¨ªcula. Y no son s¨®lo las melod¨ªas sino tambi¨¦n los arreglos, los instrumentos utilizados o donde se graba. En este disco he grabado en una cueva, en una iglesia o al aire libre y he utilizado instrumentos un poco misteriosos y evocativos, como el theremin, o ancestrales como los gongs chinos o las campanas".
Hablar con Vinicio Capossela de m¨²sica es recorrer pr¨¢cticamente todo el abanico est¨¦tico imaginable. "Me siento muy ligado a los boleros y a las baladas pero tambi¨¦n me gusta hacer cosas m¨¢s fantasiosas, como las que hago con Pascal Comelade. Al mismo tiempo, me gusta el rock, las rancheras, las norte?as, los tangos, Chavela Vargas... y la m¨²sica sinf¨®nica". Tararea un tango de Roberto Goyeneche y una norte?a de Flaco Jim¨¦nez, da la impresi¨®n que de dejarle el tiempo suficiente sacar¨ªa a colaci¨®n todo el diccionario enciclop¨¦dico de la m¨²sica. "No sabr¨ªa c¨®mo definirme, tal vez como polif¨®nico, mejor: anarco-polif¨®nico".
En poco tiempo, Vinicio Ca
possela est¨¢ consiguiendo salir de la escena alternativa italiana en la que se le hab¨ªan clausurado tras sus primeros trabajos. De su ¨²ltimo ¨¢lbum se han vendido en pocas semanas 70.000 ejemplares. A pesar de ello se siente solo: "En Italia no hay un lugar donde meterme, soy una excepci¨®n". Capossela tiene una curiosa teor¨ªa sobre las escasas posibilidades de los m¨²sicos italianos para actuar en escenarios hispanos. "La culpa la tiene Rafaela Carr¨¢", afirma sin tapujos y exhibiendo la m¨¢s maliciosa de sus sonrisas de ni?o malo. "Si el punto de uni¨®n entre Espa?a e Italia es Rafaela Carr¨¢, mejor es no tenerlo. Adem¨¢s, es cierto que se hacen cosas muy interesantes, pero la mayor parte no valen nada y la gran ilusi¨®n de la vida, mejor que no se conozcan".
Tampoco le da miedo presentarse ante p¨²blicos no italianos con enrevesados y profundos textos que posiblemente muy pocos comprendan por culpa del idioma. "La mayor parte de la m¨²sica que me gusta no es italiana y nunca he entendido lo que dice, espero que el p¨²blico que no comprende el italiano reaccione igual ante mi trabajo".
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